Recordando a Raúl Delpino

Domingo 1 de marzo de 2015

Falleció en Posadas el 25 de febrero de 2008. “Al pie de la fosa donde en un solo gesto escénico  te bajaron con sogas los dos sepultureros pensaba yo en la lucidez de tus encendidos discursos. No pude creer en esos currículums porque me diste antes detalles más precisos entre mate y mate. Creo, eso sí, en que intentaste en vida expresar tu novedosa ética. Habías nacido en Belgrano, en plena Capital. En la década del “cuarenta y…“, pero si no fuera por la divertida descripción de tus juguetes de niño proletario,  podría sospechar que naciste en la vieja Grecia. Maldecías lo que aprendiste durante el macarthysmo; que los indios eran los malos y que Custer era el bueno; supe que mientras leías las historietas de entonces ya habitaban en vos los días en Caraguataí con Willy Merker, las noches en Candelaria con Edwin Roth.
Leíste en voz alta a Whitman, y con inimitable histrionismo leíste a Poe, y con devoción idólatra a Cortázar, navegaste con el capitán Ahab tras Moby Dick, pero adonde fueras iba en tu morral, entre  el mate y el termo, el viejo I Ching de tapa negra y las monedas chinas.
Integraste, me explicabas, junto con cientos de dibujantes de todo el mundo, un equipo anónimo, que daba vida a Los Pitufos, y algo que ya no recuerdo sobre el Larguirucho. Amabas a Hitkoch y su enfoque de cómo sugerir misterio con planos elementalmente simples, a De Sica, a Gassman, a Mastroiani.

Al story board de tus días no le sobran ya cuadritos; se ha aprobado tu visa, te fue mostrado el sol y la luna, el lápiz, la sombra y el celuloide, las monedas y la contratapa del féretro que desciende; no te conmueven los amigables terrones, la señal de la cruz, ni la llovizna que encubre a las lágrimas. Y si todo es polvo y olvido como creías, entonces no te fuiste ese 25. Te nos disgregaste antes en las pensiones lúgubres, o cuando dormías en la plaza".

Aguará-í