El trabajo de las colectividades para reivindicar sus raíces

Domingo 1 de marzo de 2015

En la colectividad japonesa de Oberá, los días sábados se dicta clases del idioma. Si bien la propuesta surgió para reivindicar las raíces del país nipón en Misiones, en los últimos meses muchos universitarios criollos se mostraron interesados en aprender así como  también están los interesados en los animé.
Érica Owaga es una de las profesoras, junto a la directora Gloria Kurimura y llega desde San Vicente para dictar las clases.
“Empezó como hace 20 años por una cuestión de no perder la cultura, más en Oberá donde los descendientes están casados con criollos u otras colectividades y en la casa no se habla, no se práctica el idioma”, comentó Owaga.

Al principio se realizaban desayunos con los hijos de inmigrantes donde se practicaban palabras simples, saludos y lo que aprendían tenían que poner en práctica en la casa familiar.
Hoy los que aprenden son de la colectividad e interesados en la cultura. “Ahora se cuenta con 40 alumnos de los cuales la mitad son hijos y nietos de descendientes, la otra mitad son parte de la sociedad interesados en la cultura japonesa”, manifestó la profesora.
Entre las personas que se acercan a averiguar sobre el idioma, están los universitarios que se dividen en los que le interesa el animé, novelas, películas y hasta los que por intercambios de trabajo o estudio necesitan aprender japonés.
Cuentan con el nivel nacional e internacional pero como no varía mucho el costo para rendir, la mayoría prefiere rendir el internacional que se realiza en la ciudad de Encarnación, Paraguay. Se estima que son diez chicos que rinden en forma anual.
La enseñanza no solamente se desarrolla en Oberá, también dictan clases en Jardín América y Posadas, están en una federación donde realizan actividades en conjunto como la fiesta del deporte, concursos de lectura y oratoria y campamentos en los que se encuentran todos los alumnos de la provincia.
Desde que los chicos empiezan a escribir pueden ingresar. “Generalmente los chicos que empiezan a escribir ya pueden empezar el idioma, pero no hay edad, antes teníamos chicos menores de 6 años a los que se enseñaba con juegos la pronunciación”, indicó Owaga. A las personas que no tienen la misma sangre les cuestan las dos cosas, pronunciación y escritura, en tanto según las docentes "todo mejora con la práctica".


Destacan la Agencia de Cooperación Internacional
GARUHAPÉ (corresponsalía). Roberto Matsunoshita es el presidente de la Asociación Japonesa de Garuhapé que tiene asociadas a 32 familias de origen nipón residentes de la región comprendida entre las ciudades de Capioví y Eldorado.
A sus 57 años forma parte de la primera generación descendiente de japoneses en esta zona y cuenta que el idioma es uno de los pilares que se mantiene todavía dentro de la Colonia Luján. "Desde la asociación hacemos hincapié para que la escuela de idioma siga funcionando, al principio era sólo para japoneses pero ya quedan pocos así que nos fuimos volcando hacia el resto de la comunidad” explica.
Las clases se dictan todos los sábados y hoy día puede asistir quien esté interesado en aprender el idioma.
“Hay una Agencia de Cooperación Internacional que capacita a quienes van a enseñar el idioma, dan cursos y becas para viajar a Japón, están muy actualizados respecto a la enseñanza y solicitan recursos mínimos a los aspirantes”, explica.
Una de los debates que perduran dentro de la comunidad japonesa tiene que ver con la orientación que se le va a dar a la enseñanza del idioma y si se le dará prioridad a “escritura e idioma” o a “cultura, escritura e idioma” lo que incorporaría conocimientos sobre música y bailes típicos.
Matsunoshita cuenta también que “la primera generación estaba muy aislada, como fenómeno se puede ver que desde las terceras generaciones hay un rescate de los orígenes, Japón es un país muy bien ubicado entre los países desarrollados del mundo y esa imagen es atractiva para los jóvenes, también colaboraron mucho las asociaciones de señoras para que se mantenga el uso del idioma”.
Si bien el idioma nipón se conservó bastante en la colonia, los líderes de aquel país  ven con preocupación que se va perdiendo el dialecto y denominan a esto:  “etapa de transición”.
Es un fenómeno que se repite en todo el territorio latinoamericano y fue la base de uno de los debates más importantes de la última asamblea que reunió a todas las asociaciones japonesas de América del Sur. “Nosotros, gracias a nuestros antecesores -dice Roberto- tenemos una imagen de confianza, respeto y trabajo en todo el mundo, que nos da grandes ventajas en relación a otras colectividades, son los valores que buscamos transmitir, nuestro compromiso es mantener enaltecido todo lo que hicieron nuestros padres y mostrando lo importante que es cuidar la cultura y el idioma”.