Mientras se espera la Tolerancia Cero, posadeños escapan de la alcoholemia

Lunes 2 de mayo de 2016

Durante el último fin de semana, en la capital de la provincia, nuevamente varios conductores decidieron escapar de los controles de alcoholemia que se disponen en distintos puntos del centro y las avenidas de acceso y egreso, situación que al menos en una ocasión, terminó en una persecución por parte de los inspectores municipales y de la Policía de la provincia.
En los controles se verifica que los conductores no tengan los valores de alcohol en sangre que obliga a las autoridades a retirarlos de la vía pública (a partir de 0,5 gramos por litro). Pero posiblemente desde el próximo fin de semana, o el siguiente, ya esté en vigencia la nueva ordenanza aprobada durante la última sesión del Concejo Deliberante, que establece la denominada Tolerancia Cero, por lo que los conductores no deberán arrojar valor alguno en los alcoholímetros. Para los posadeño
En las noches previas al último fin de semana, se repitieron las escenas de las que los inspectores municipales están acostumbrados en los últimos años. Incluso, varios de ellos se lamentaron que son pocas las veces que la Policía se decide a seguir a los conductores, quienes al poder evadir los controles se escapan, en muchas ocasiones, llevándose cosas por delante y hasta atropellando a los efectivos que hacen su trabajo.

“Sucede todo el tiempo; por ejemplo, el pasado fin de semana salió una señora de unos 40 años de ese local (uno de los que funciona por la avenida Corrientes entre Centenario y continuación La Rioja) y nos pasó casi por encima… la Policía no hizo nada, es así, la gente toma y no creo que deje de tomar”, explicó a El Territorio uno de los agentes del Departamento de Control de Tránsito de la Municipalidad de Posadas, apostado, precisamente, a metros de una zona caliente en donde hay cuatro locales nocturnos.
Sobre la casi segura aplicación de una normativa que no dará margen de alcohol en sangre a los conductores, la mayoría de los inspectores en ese control móvil dijeron sin dudar que “primero tienen que darnos más herramientas y sobre todo mejorar nuestras condiciones de trabajo y que la Policía efectivamente nos ayude, colabore con nosotros en momentos como cuando se escapan”.
Además, uno de ellos se refirió a la escasa comisión que les genera estar en los controles nocturnos especiales y aseguró que “mientras yo, solo en mi caso, hago dos o tres casos de alcoholemia positiva en una noche y las multas superan los 11 mil pesos, a nosotros nos dan 350 pesos”.
En cuanto a la relación con la Policía, dieron como ejemplo que esa noche (la madrugada del último sábado) “tuvimos que levantar ese control porque la Policía no podía ir”.

Escapando sin rumbo
En la madrugada del sábado, casualmente, se dio una persecución de los municipales y de la Policía en pleno centro posadeño. La carrera de un joven comenzó tras salir de uno de los boliches en las inmediaciones de Córdoba y Buenos Aires y de acuerdo a lo detallado por algunos de los varios inspectores que participaron de la símil redada, “salió chocando carteles y eludió a los inspectores”.
El joven de unos 25 años, que conducía un VW Surán, siguió desde la esquina de Buenos Aires y Córdoba por Buenos Aires, hasta San Martín. Allí decidió girar a la derecha, pasó por el frente de la Municipalidad y los Juzgados de Faltas con las motos y el vehículo municipal más un patrullero de la Policía detrás, superó también la esquina de 3 de Febrero y finalmente se vio obligado a detener su marcha intentando entrar a un estacionamiento ubicado al lado de la casona del Tribunal Penal 2.
Allí fue rápidamente retirado de su auto y permaneció por varios minutos dentro del patrullero; luego, con la presencia de familiares empezó la discusión en plena calle San Martín con el grupo de municipales, entre los que estaba uno de ellos ya con la faja de clausura en mano.
El conductor no arrojó positivo el alcotest pero igualmente le retiran el auto porque no contaba con la documentación.

Primera quincena y la conducta
Esos mismos inspectores y otros apostados en controles del centro o la costanera detallaron que “los que salen a la noche salen a fiestas, reuniones y toman, sin dudas, lo que notamos nosotros es que del primero al 15, es increíble como toman, después baja la conducta, pero es notable esa diferencia que sin dudas va de la mano del dinero”.
Pero al margen de esas dos etapas de cada mes, la mayoría de los agentes municipales cree que si se aprueba la nueva ordenanza, “poco cambiará porque los posadeños seguirán haciendo lo mismo, se escaparán o evadirán los controles unas cuadras antes”.
En relación a si es verdad de que muchos de los posadeños saben con casi un día de anticipación en dónde serán los controles -al recibir tal información a sus teléfonos celulares-, asintieron con bronca pero también otros minimizaron esa información “porque nosotros nos movemos de un lado a otro”.
Como punto a favor, los inspectores resaltaron que los controles frenaron la locura que se sucedía en la zona de los boliches Metrópolis y Mariscal.

11Mil pesos las multas por dar positivo.
Es el valor que deben pagar los infractores tras dar positivo en el alcotest, si dan en valores normales. A criterio de los jueces, pueden aumentar.



Alcoholímetros y coimas

Los inspectores municipales admitieron que de los cuatro alcoholímetros disponibles para hacerlos operar en los controles, sólo andan dos. También dijeron que deben manejarse, por esa razón, siempre con la radio y solicitar la presencia del bioquímico para que se traslade hacia el punto en donde habría un caso positivo.
Varias fueron las voces que advirtieron que la aplicación de la nueva ordenanza sólo dará más margen a los inspectores para que pidan arreglar la falta a cambio de dinero. Es decir, según los conductores consultados la norma representa una excusa para pedir "coimas".
Para las faltas consideradas leves en la nueva ordenanza (que arroje un mínimo de alcohol en sangre), las multas rondarán los 2 mil pesos.