Gualambao

Sábado 25 de octubre de 2014
Si usted lo dice, maestro, será palabra santa.
´Nací en Misiones, cuenta Ramón, y desde mi infancia me acunaron los ritmos de las tres fronteras. En este compartido triángulo integrado por Argentina, Paraguay y Brasil fui creciendo en ritmo y vibraciones del color de esta tierra roja. Munido de pinceles y colores, de muchacho pinté sus paisajes y su gente, y entre esta cosas, surgieron mis canciones esenciales (El Mensú, El Cachapecero, El Jangadero…)´
Y por una necesidad de sintetizar esos distintos tonos regionales en una sola especie, Ramón creó el gualambao, ´un ritmo guaraní generado en la región oriental de Misiones´ al que dio la misión de ´vestir la selva, el Iguazú y los duendes de la tierra con un traje excepcional´.
El nombre proviene de uno de los instrumentos primigenios del hombre cazador, el arco y la flecha. El instrumento musical está formado por el arco solo, con un porongo o calabaza adosado a la parte inferior o central, según se lo use. En África y Brasil se lo denomina berimbáo y en Paraguay, parte de Argentina y sur del Brasil donde habitan los aborígenes de la etnia mbya-guaraní, se lo conoce con el nombre de gualambau. Se lo construye con madera de guayaibí, que es dura pero flexible, y se lo ejecuta presionando suavemente una varilla de madera sobre la única cuerda de metal que posee. Se obtiene así una melodía espiritual ´formada por dos ritmos de polca, encadenados por una permanente síncopa que le confiere una fisonomía particular: es el único ritmo latinoamericano que se escribe en clave de 12 x 8, es decir ´que cada compás posee 12 corcheas distribuidas en 4 tiempos´.
´Mi primera composición de gualambao, recuerda Ramón, llevaba ese nombre, y la escribí en 1958. Dice: ´Soy de la selva virgen. Vengo de la frontera. Zumo de los naranjos mojados de sueños traigo para ti. Cuando muere la tarde, galopando en el río llevo el mensaje verde de los camalotes y del camoatí. Y en el embrujo de la noche tibia voy por los caminos prendiendo en la sangre de los misioneros pedazos de selva y el eco profundo del avá ñeé´.

Aguará-í