Vecinos quieren defenderse ante la propagación de pandillas en Posadas

Lunes 21 de abril de 2014
Peleas descampales. | En los enfrentamientos las pandillas utilizan piedras y botellas para agredir a sus adversarios.
El creciente accionar de las pandillas en los barrios de la capital provincial puso en alerta a los vecinos que, ante la falta de respuestas de la Policía, amenazan con hacer justicia por mano propia.
Los vecinos afirman que los jóvenes operan bajo el efecto del alcohol y las drogas. La situación preocupa a los referentes barriales.  
Las pandillas, en su mayoría, están compuestas por seis o siete personas, que atacan o roban a los frentistas en espacios públicos. La falta de desmalezamiento y limpieza en los baldíos hacen que los grupos encuentren, en esos espacios, un refugio para esconderse y sorprender a sus víctimas desprevenidas.
“Muchos propietarios tienen sitios abandonados, que funcionan como aguantaderos para estos grupos”, resaltó Néstor Benítez, delegado Municipal de Miguel Lanús, barrio A 3-2.
En diálogo con El Territorio, los delegados y presidentes de las comisiones, de distintos barrios de esta ciudad, sostuvieron que el principal inconveniente para evitar hechos de inseguridad se halla en la impunidad legal de los menores de edad que integran las pandillas y que tendrían entre 8 a 17 años.
“Ellos pasan dos días adentro de la comisaría y vuelven a salir porque son menores, pero para eso ya tienen cinco antecedentes a causa de robos”, señalaron.
En tanto, Luis Gómez, delegado municipal del barrio de Villa Urquiza, sostuvo que mediante la renovación de la plaza de Villa Urquiza han disminuido los inconvenientes ocasionados por las pandillas, en esa zona.
“Los grupos no son del barrio, generalmente son de A-4 Nueva Esperanza, A 3-2, San Isidro o Parque Adam, que pelean en calles cercanas a la discoteca Metrópolis”, sostuvo Gómez.
Las situaciones de robos, hurtos y enfrentamientos son conductas habituales en el ámbito de las patotas, que tienen un integrante del grupo que cumple la función de “campana” y vigila el lugar, mientras se desatan los hechos de vandalismos en la casa de algún vecino.
El panorama se repite los sábados o feriados. “Los grupos entran a las viviendas por el garage y  robaron  bicicletas o motocicletas”, sostuvo Gómez.
También reveló que entre la avenida Lavalle y Almirante Brown se registran las mayores denuncias a causa de motochorros, que arrebatan los bolsos y carteras de las personas que transitan por allí.
“En todos los casos siempre las víctimas son mujeres, porque son grupos que se organizan para atacar a quienes consideran los más débiles”, indicó.
Los integrantes de la Comisión Vecinal de Itaembé Miní, sector A 1, Club Vial, aseguraron que “en la zona es común ver transitar pandillas” y que los vecinos están preocupados por reiterados robos que sufren. “Tenemos casos de vecinos que estaban planeando cortar las rutas, porque no podían seguir viviendo con esta situación. Eran constantes los ataques de las patotas que siempre aparecen en grupos”, resaltó Ricardo Cantero, presidente de la comisión vecina.
Con esta medida se pretendía  encontrar una solución en el barrio, “porque muchos agarran a los delincuentes y quieren hacer justicia por mano propia. Entonces, les planteamos el tema al Foro de Seguridad, que se comprometieron en ayudarnos”, sostuvo Cantero.
Por ese motivo, sostuvo que se está trabajando con el Foro de Seguridad de la Comisaría Novena para disminuir los ataques. Según indicó Cantero, los grupos de pandillas son del barrio Las Tacuaritas, Nuevo Amanecer y Eva Perón.
Para Cantero, la Policía en Itaembé Miní tiene un solo móvil para los 90 mil habitantes de la zona. “Nos preocupa que los vecinos se pongan en la postura de golpear a alguien, que era la situación que se venía manejando. Si bien, se incrementaron las recorridas policiales hace falta más seguridad”, indicó Cantero y enfatizó: “No puede ser que solamente seis personas cumplan con el servicio de guardia y que cuando uno llame pasen dos horas hasta que llegue el móvil”.
Por su parte, Adrián West, presidente de la comisión vecinal del barrio Pratt, aseguró que el viernes se realizó una reunión entre vecinos para tratar el tema de la seguridad en el barrio.
La actividad se llevó adelante porque en algunos casos hubo intentos de linchamientos, “la gente está cansada de los robos, ataques y arrebatos, porque les cuesta comprar  sus cosas para que les roben”, manifestó West.
Por ese motivo, los vecinos empezaron a organizarse con silbatos y alarmas, a hacer reuniones vecinales para tratar de ayudarse entre todos.
“Hemos pedido más presencia de policías y desmalezamientos, porque en esta zona las pandillas están al acecho”, indicó West. Por ello, el referente barrial puntualizó que los jóvenes que comenten los actos delictivos están reconocidos por los policías y los vecinos.
“Las pandillas que salen de 6 o 7 personas a las plazas y amenazan a uno o dos vecinos son conocidos por la gente de la zona. Nosotros sabemos que los ataques son más frecuentes entre las 6.45 hasta 7.30. En esos horarios hay más robos o ataques”, aseguró.
Como consecuencia de la problemática los vecinos comenzaron a salir de sus casas acompañados de algún familiar o conocido, ya que el 90 por ciento de esos jóvenes es adicto a alguna droga, detalló West.

Otros zonas
En Miguel Lanús, para combatir la inseguridad, los vecinos se organizan y solidariamente se ayudan entre sí. “Le decimos a la gente que todos somos responsables en mayor o menor medida de esto. Los grupos se juntan a tomar alcohol y ahí empiezan las agresiones”, resaltó Benítez.
Dos veces al mes, se realizan reuniones con el Foro de Seguridad, donde los vecinos plantean sus inquietudes y buscan todos juntos encontrar una solución a esta problemática que les afecta y preocupa a todos.
“Hay lugares muy oscuros, que no tienen iluminación y no se ve nada. Esas cuadras oscuras están más expuestas al vandalismo”, sostuvo Benítez, que remarcó que son cuestiones que se fortalecen antes la falta de oportunidades para los jóvenes, desocupación y  el consumo de drogas.
Por otro lado, resaltó que el consejo para el  vecino “es que no compren cosas de dudosa procedencia y que sean muy baratos” y que eviten transitar de noche por las zonas, donde se ubican los asentamientos.
De esta manera, recordó que  en un oportunidad una señora  que caminaba por la costanera Sur perdió el ojo, porque  tiraron una piedra. “En ese lugar nunca llegó la iluminación”, lamentó Benítez.


Para evitar arrebatos y agresiones
Desde el Departamento de Prensa y Difusión de la Jefatura de Policía recomendaron que ante una evidente situación de riesgo llamar inmediatamente al 911 y resguardarse en un lugar seguro; no circular a solas en horarios nocturnos y lugares alejados o aislados. Asimismo, resaltaron que es importante informar a la Policía acerca de grupos generen alteraciones al orden o situaciones de riesgo para terceros.
No obstante, señalaron que las sugerencias buscan que la persona esté más atenta a detalles llamativos del entorno, pero que no debe perder la tranquilidad y la seguridad al caminar, ya que esta postura ayudará a evitar o reaccionar, con más rapidez, ante casos de arrebatos o agresiones.
“Hay que tomar conciencia sobre ciertas medidas de seguridad, porque cambiando algunos hábitos podemos reducir las posibilidades de ser víctimas de una agresión. Por eso, la actitud personal es lo más importante, se tiene que estar convencido que realmente se quiere vivir de una manera más segura y mejor”, manifestó Carlos Rivero, jefe de prensa Policía de Misiones.
Por ello, sugirió que durante el día, la persona evite transitar por zonas poco concurridas y de noche trate de ir acompañado.
“Siempre hay que elegir caminos y trayectos más transitados e iluminados. En caso de  identificar una situación sospechosa evite alejándose o cambiando de dirección”, señaló Rivero.


“Hay que tomar conciencia sobre ciertas medidas de seguridad, porque cambiando hábitos podemos reducir posibilidades de ser víctimas de una agresión.”
Carlos Rivero
Jefe de Prensa de la Policía de Misiones