“Tenemos una gran materia prima, pero hay que trabajarla”

Lunes 18 de marzo de 2013
Esteban Panasiuk. | Exfutbolista y basquetbolista; profesor de educación física e ícono de la zona Centro | Foto: Daniel Villamea
Es uno de los grandes deportistas de la historia local. Se destacó en básquetbol y fútbol, compatibilizando ambas disciplinas en el máximo nivel. Por ello, el nombre de Esteban “Chopa” Panasiuk está grabado en varias de las mejores páginas de la crónica deportiva obereña.
Con el mismo compromiso encaró su carrera de profesor de Educación Física, marcando a varias generaciones. A mediados de los años 70 se transformó en un ídolo del deporte local, ya que casi en simultáneo obtuvo grandes logros con los seleccionas de fútbol y básquetbol.
En 1973 integró la selección obereña que llegó hasta las semifinales de la Copa Beccar Varela. Al año siguiente integró el seleccionado obereño de básquet que obtuvo el primer título provincial de mayores, cortando la larga hegemonía de Posadas. Eran los años previos a la Liga Nacional y el profesionalismo. Se jugaba por la camiseta y el orgullo de representar al pueblo.
Como entrenador dirigió al Oberá Tenis Club (OTC) en su primera experiencia en la Liga Nacional, en 1986. Y en 1997 estuvo al frente de Ex Alumnos 185 en Argentino B de fútbol. Por ello, su voz es más que autorizada para analizar la realidad del deporte: “Pienso que el Estado tiene una gran responsabilidad. Por empezar, tendría que haber una ley del deporte que impulse que las empresas colaboren con los clubes”.
Destacó el potencial genético de Misiones para la actividad deportiva y la necesidad de recuperar la estructura interescolar. “Hay que trabajar, si no estamos desperdiciando juventud y talento”, remarcó.

Hoy Misiones cuenta con un representante en la B Nacional de fútbol, otro en el TNA de básquet y equipos en las diferentes categorías de ascenso. ¿Eso quiere decir que el deporte misionero está creciendo?  
Hay un crecimiento, eso es innegable. La muestra está en que hay muchos jugadores de la provincia en el nivel nacional. También es cierto que hoy eso es mucho más viable porque los equipos grandes salen al interior del país a buscar jugadores, lo que a veces también es contraproducente porque se van demasiado jóvenes, extrañan a la familia y no se adaptan. Tenemos un montón de casos de chicos de Oberá que volvieron frustrados, ahora y antes. Si no son distintos no quedan.

¿Para los jugadores de su generación era muy difícil llegar a tener una oportunidad en los equipos grandes?
Mi viejo directamente no quería que juegue al fútbol ni al básquet, quería que laburemos en el taller.  Pero teníamos la ventaja de que la escuela estaba a una cuadra y la canchita de la Iglesia Cristo Rey cruzando la calle, entonces vivíamos jugando al fútbol.
Pero después, cuando empecé a jugar en Libertad, tenía que escaparme por la ventana a la hora de la siesta y Juancito Stadler me esperaba a dos cuadras. El problema era cuando volvíamos lesionados a la casa, porque los clubes no estaban preparados para atender desde el punto de vista médico al jugador, y la familia se tenía que hacer cargo. Entonces recibíamos la reprimenda de nuestros padres: ‘Viste, ahí tenés lo que te da el fútbol’. Pero teníamos nuestro orgullo y nos gustaba tanto que seguíamos para adelante.

¿No se consideraba al deporte como una salida laboral?
No. Como salida laboral ni lo pensábamos, y nuestros padres nos decían que teníamos que estudiar, que ahí estaba el futuro. En realidad, hasta hoy en día para que sea rentable hay que irse de la provincia, si no el sueldo es mínimo y no se puede vivir del fútbol. Me consta porque cuando dirigía a Ex Alumnos o Atlético Oberá los jugadores ganaban un sueldo mínimo. Por eso no se puede vivir del fútbol. Menos en el interior y tenemos el ejemplo de Oberá. Me duele decirlo, pero hoy Oberá a nivel provincial no existe en el fútbol.

¿Y por qué piensa que llegamos a esta situación?
Por un lado está la cuestión económica, pero también hoy la juventud tiene otros intereses y se aleja del deporte. Están los boliches, salen y eso antes nosotros no teníamos. Teníamos una confitería y, si salíamos, a la una o dos de la mañana ya estábamos durmiendo para jugar al otro día. Si había intercolegiales se entrenaba los domingos a las 8 de la mañana y los gurises iban siempre. Hoy les decís eso y te contestan: ‘Profe está loco’. Y sabemos que los boliches traen aparejadas otras cosas, como el alcohol, las drogas y un montón de consecuencias negativas. Por eso pienso que la familia debe estar más atenta a lo que hacen los chicos.

¿Qué responsabilidad le cabe al Estado en todo esto?
Pienso que el Estado tiene una gran responsabilidad. Por empezar, tendría que haber una ley del deporte que impulse que las empresas colaboren con los clubes. Están los dirigentes, pero a la larga se cansan y no es fácil sostener la actividad en un club. Para crecer hay que invertir. Pienso que al frente del club debe estar un empresario, y pongo de ejemplo el caso de OTC en el TNA, que al momento que se necesita puede poner y después recupera la inversión. Pero se hace difícil porque no hay plata.

Un ejemplo es Crucero del Norte…
Bueno, ahí tienen todo. Por supuesto que después debitan a través de los impuestos y eso colabora en el sostenimiento de toda la estructura. Pero son pocos los empresarios que trabajan de esa manera. Entonces hace falta una ley.

¿Coincide en que tenemos materia prima para el deporte, como se ve en los resultados del atletismo en estos años?
Tenemos una gran materia prima, pero hay que trabajarla. Por el crisol de razas Misiones tiene un potencial enorme, los descendientes de los inmigrantes europeos que se funden con los originarios y naturalmente salen talentos. Vos nombraste el ejemplo del atletismo y ahí lo tenemos a (Marcelo) Caso, que es un profesional extraordinario, que ama al atletismo como no sé si hay otro. Él vino de Santa Fe y está haciendo lo imposible para desarrollar la actividad, pero creo que muchos colegas y autoridades todavía no tomaron en serio el trabajo.
Charlo mucho con él y despacito estamos metiendo el atletismo en la primaria. Empezamos hace dos años y a todas las escuela se les mandó el pedido para que los profesores empiecen a trabajar con atletismo en forma recreativa desde el Nivel Inicial. Pero también necesitamos un Centro de Alto Rendimiento. En Posadas están construyendo uno, pero pienso que en los municipios más importantes debería haber uno de nivel intermedio para ir trabajando con los chicos de las diferentes zonas. Acá tenemos el ejemplo de los hermanos Barney, que salieron de la nada y fueron atletas de nivel internacional, Ian en lanzamiento de jabalina y Eric en salto con garrocha. Pero hay que trabajar, si no estamos desperdiciando juventud y talento.

Y así en las diferentes disciplinas.
Claro. En básquet lo tenemos a Pepe (Martínez), es otro referente que vive el deporte con pasión. Ya se jubiló, pero está aportando toda su experiencia en la escuelita del OTC. Pero hay que ver quién viene detrás porque algún día va dejar de trabajar, y no tenemos muchos. En el caso de Colonia Alberdi están trabajando muy bien con Rubén Swiresz en atletismo. Con apoyo de la comunidad hicieron su propia pista y están teniendo muy buenos resultados, a pesar de ser un pueblito perdido en el mapa. Demuestran que si se hacen bien las cosas se logran los objetivos.
En Oberá también nos está faltando una asociación de básquet, porque jugadores hay. Pero los clubes desaparecieron y hoy están sólo OTC y Aemo. OTC tiene una estructura, pero Aemo le va timoneando con mucho esfuerzo.

¿Cuánto tiene que ver la falta de recambio dirigencial en la crisis actual?
Pienso que mucho. Ya no están los Juancito Cáceres, Domínguez o Stadler, que eran tipos de fierro a los que les gustaba el deporte y estaban toda una vida dentro de una comisión. Lo mismo que Gualdoni Vigo, que fue presidente de la Liga Obereña de Fútbol por más de 20 años. Y ahora Juanca Rossberg está siguiendo los mismos pasos. Pero se hace difícil el recambio.

Muchos recuerdan las competencias de los interescolares. ¿Se puede reflotar esa estructura?
Sí, estamos trabajando en eso. Antes aparecían los chicos en las escuelas y de ahí los profes los llevaban a los clubes. Eso hoy no lo tenemos organizado. Es cierto que había mucha actividad interescolar, por eso desde la supervisión armamos proyectos con los municipios para que participen todas las escuelas y las Municipalidades aporten el transporte, la comida y los trofeos, y sale espectacular. Se juega al fútbol y al vóley todo el día. Hay municipios que están trabajando muy bien y ya estamos viendo los resultados.
Yo insisto con que el Estado debe darle un poco más de importancia a la actividad deportiva, porque es una manera de combatir adicciones y cosas que le hacen mucho mal a la sociedad. Ahora la Municipalidad de Oberá colocó aparatos de gimnasia en la plazoleta Malvinas y también en la autovía. Hay mucha gente que camina y hace actividad física, eso es positivo.

En la época de ustedes había potreros, ahora escuelitas. ¿Se mejoró la técnico con eso?
Pienso que es relativo. Nosotros aprendimos a jugar en el potrero y los grandes jugadores de la época aprendieron así. Antes los clubes tenían quinta, cuarta y primera, pero también es cierto que estaba el baby fútbol y se jugaba todos los fines de semana. Había 20, 30 equipos y ahí los clubes estaban mirando a los chicos que pintaban. Yo a los 13 jugaba en quinta y a los 16 debuté en la primera del Club Libertad. Entonces muchas veces se dice que hoy los jugadores queman etapas, pero al jugar continuamente y con gente más grande se evoluciona más rápido. Nosotros jugábamos con los grandes y nos daba otro roce, por eso cuando jugábamos con los chicos de nuestra edad hacíamos la diferencia. Y no teníamos ni botines. El día que me compraron un zapato de fútbol no me sacaba ni loco. Pero hoy los chicos si primero no tienen el zapato no quieren jugar.

¿Cuál es la clave para trascender en el deporte?

Yo digo que el que quiere llegar, teniendo condiciones va a llegar. Pero hace falta constancia, acompañamiento de la familia y de los técnicos. Nosotros tenemos un ejemplo claro en este sentido con Andrés Quetglas en el básquet de Oberá. Él fue quien nos aglutinó a toda la camada que salió de acá.
Él nos decía que el entrenamiento era a las siete y a las cinco nosotros ya estábamos tirando al aro. Todos crecimos con el deporte y la mayoría llegó a la selección. Quetglas no era jugador de básquet. Fue un profe que vino con lo básico, como cualquier docente, y se enganchó con el básquet. Después estudió, se capacitó y llegó a un nivel impresionante. En esa época éramos uno de los equipos más aguerridos de la provincia porque teníamos una marcación a presión que asfixiaba a los rivales. Teníamos un promedio de 1,80 metros y con la marca suplíamos la falta de altura. Fue una época hermosa y, más allá de los logros, nos quedaron amistades por todos lados, que es lo más lindo que te deja el deporte.
 
¿Cuál es el mensaje para los profesores que recién comienzan en esta profesión?
Uno tiene que sentir la profesión. Entender que vamos a trabajar con niños y cuando uno llega a la escuela el niño está esperando algo. Entonces ese profesor, en su paso por la escuela, debe marcar algo, debe dejar una huella para no pasar desapercibido. Hay profesores que pasan desapercibidos y eso es muy malo para él y los chicos. Pero el que trabajó y abrazó la profesión como corresponde, tendrá enormes satisfacciones.
Te cuento una anécdota. Estaba de vacaciones en el Brasil, apareció un señor y me preguntó usted es fulano de tal. Sí, le dije, y me contestó que había sido mi alumno en cuarto grado de la Escuela 304, y después se fue a vivir a Buenos Aires. Y por esas casualidades de la vida, después de casi 40 años nos encontramos en un negocio. Me presentó a su señora y a sus dos hijos: “Este señor fue mi profesor”, y yo lloraba de la emoción. Esas son las cosas que te da la profesión si la abrazás con vocación y cariño.


El perfil
• Esteban Panasiuk
Profesor de Educación Física
Entrenador Nacional de Fútbol
Supervisor de Educación Física Rama Primaria
Jugó al fútbol en los clubes Libertad de Oberá, Brown y Mitre de Posadas, entre otros.
En 1973 integró la selección obereña de fútbol que arribó a semifinales de la Copa Beccar Varela.
En 1974 integró la selección obereña de básquet que obtuvo el primer título provincial.
Como entrenador dirigió a OTC en su primera experiencia en Liga Nacional, en 1986.
En 1997 dirigió Ex Alumnos 185 en el Argentino B de fútbol.


Por Daniel Villamea
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