El escritor Osvaldo Bayer echó luz sobre un oscuro capítulo del pasado

Viernes 30 de noviembre de 2007
“Hoy, para ahorrar balas, hemos degollado a 27 ranqueles”. Así, sanguinario y escueto, fue el primer parte enviado por el coronel Federico Rauch a las autoridades de Buenos Aires que lo habían contratado para exterminar a los aborígenes pampeanos.
Hoy, 180 años después de aquel genocidio, previo a la denominada Conquista del desierto, una calle de Oberá lleva el nombre de Rauch. Para colmo, como si fuese un macabro chiste del destino, se trata de la arteria que conecta a la avenida Libertad con las facultades de Arte e Ingeniería.
Por eso, un grupo de docentes y estudiantes iniciaron un recorrido que pretende culminar con el cambio de nombre de la calle. Para ello cuentan con un aliado de lujo como Osvaldo Bayer, el prestigioso historiado, periodista y escritor argentino que ayer hizo uso de la banca pública en el Concejo Deliberante obereño y echó luz sobre la personalidad del coronel Rauch.
En una brillante disertación, pródiga en citas documentadas, Bayer señaló que “es fácil comprobar la crueldad de Rauch”, un mercenario prusiano contratado por Rivadavia en 1826.
Incluso, leyó textualmente el decreto de la designación que se encuentra en el Archivo General de la Nación: “Se contrata al coronel Federico Rauch para exterminar a los indios ranqueles”. Es una sola línea, pero sintetiza el horror de una época.
“Ni siquiera dice por qué hay que exterminar a los indios ranqueles, no hay considerandos”, explicó Bayer.
La lucha del autor de “Los vengadores de la Patagonia trágica”, obra que luego sería adaptada al cine como “La Patagonia rebelde”, no se inició ayer, puesto que ya en 1963 solicitó que se hiciera un plebiscito para cambiar el nombre de la ciudad bonaerense que recuerda al mismo coronel genocida.
“Pero quién era el Ministro del Interior en ese entonces: el general Juan Enrique Rauch, bisnieto del coronel Rauch. Así que cuando volví a Buenos Aires fui preso por 63 días”, recordó.

Disparador de ideas
En la víspera, el recinto de sesiones del Concejo Deliberante se vio desbordado y los asistentes siguieron con atención el testimonio de Bayer, quien concluyó que “Rauch no tiene ningún valor biográfico”.
“No fue un hombre que vino a luchar por la libertad de los americanos ni trajo ideas de pacificación o entendimiento, sino que vino a matar y él mismo lo dice en sus comunicados”, subrayó.
Por ello, opinó que no merece que una calle lleve su nombre, y menos el de una que lleva hacia lugares de enseñanza como lo son las facultades. “Creo que se podría cambiar por un hermoso nombre como camino de la juventud o sendero del arte, una cosa poética”, y se preguntó: “¿Por qué nuestras calles tienen que tener sólo nombres de generales y no nombre de poetas, de escritores?”.
“El nombre del primer médico, de la primera maestra o de la primera mujer que tuvo un hijo en Oberá. De pioneros, no de un coronel que vino contratado para matar a los pueblos originarios”, alentó Bayer.
Si bien no se encontraron registros del año en que fue instaurado el nombre de la calle, el escritor especuló con que posiblemente lo hicieron “para quedar bien con el bisnieto” de Rauch, que fue Ministro del Interior en los 60.
Además, alentó a que “el nuevo nombre surja del voto el pueblo de Oberá, que sea una cosa auténticamente democrática”.
La propuesta del lúcido historiador fue bien recepcionada por los ediles. Al respecto, Norma Prevosti de Fabio coincidió en que “no podemos homenajear a personas que no lo merecen”. “Esta iniciativa es un disparador y amerita que se convoque a un grupo de especialistas e historiadores, porque como señaló Bayer habría que cambiar el nombre de varias calles, como Rivadavia, quien autorizó la masacre de aborígenes”, indicó.

Cerró el III Encuentro
Ayer concluyó el III encuentro Federal de Arte Popular con gran afluencia de público durante las dos jornadas de charla y reflexión. En el Paseo Bosetti de Posadas, se debatió con la temática de “Historia de un saqueo”. El encuentro fue organizado por Asociación Civil Chaloy, Espacio Cultural, y la Productora de la Tierra.
En el panel de ayer, se presentaba el escritor Theodosio Andres Barrios, autor de “Miserere”, el músico Joselo Shuap y Osvaldo Bayer.
Luego de la proyección de dos audiovisuales, el cierre se realizaba con un debate entre el público y con la música de Shuap.
El miércoles pasado, disertaron Hernán López Echagüe (escritor de "El Otro"), quien reside en el Uruguay, y Pedro Jorge Solans (escritor de “Crímenes en sangre”), residente en Córdoba. También se presentó el toba Gregorio Segundo, quien deleitó a los presentes con la ejecución del Nviqué, instrumento autóctono de su comunidad.
Después se mostraron audiovisuales que mostraron la masacre de Napalpí, ocurrida en 1924.