En Posadas, una veterinaria recibe cerca de 20 clientes por noche

Domingo 15 de noviembre de 2015
Los clientes llegan para comprar alimento o por urgencias. | Foto: Marcelo Rodríguez.

El reloj marca las 22.10 y una joven se acerca a la veterinaria Animal World a comprar alimento balanceado para su mascota “Morse”, un caniche de un año y medio. Del otro lado del mostrador, Javier Del Valle (35) se incorpora rápidamente y le presenta todas las opciones que ofrece el comercio, mientras un hombre llega junto a su hija en busca de una bolsa de dos kilos para “Capitán”, el can que adoptaron de la calle. Las horas avanzan y más de una decena de clientes mantiene ocupado a Javier Del Valle, que carga y descarga presuroso bolsas de balanceado.
Del Valle trabaja desde hace cuatro años en el turno nocturno de la única veterinaria que atiende las 24 horas en Posadas.“Estoy hace cuatro años en el turno noche, que es de 21 a 9. Al principio me costó porque yo venía de hacer guardias dos noches por semana, y después empecé a trabajar de lunes a lunes. Pero ahora, pienso que es mejor porque cuando trabajaba algunas noches nomás no me terminaba de acostumbrar nunca. Ahora ya tengo una rutina”, resaltó el vendedor, al tiempo que reconoció que debido al trabajo a contraturno perdió peso e incrementó el nivel de estrés. “Yo siento que bajé de peso y estoy más estresado. Ando nervioso porque no descanso bien”, indicó Del Valle.
La oscuridad avanza y dos mujeres llegan con un perro en brazos en busca del servicio de atención veterinaria. A su encuentro sale el doctor Santiago Fioranelli (39), quien cubre las guardias de los miércoles y algunos fines de semana. “Acá somos cuatro veterinarios que rotamos las guardias. Yo trabajo los miércoles de noche y el sábado es rotativo. Te toca uno por mes, igual que el domingo. De lunes a viernes estamos de 21 a 00.30 y luego nos vamos a las casas pero quedamos a disposición de recibir llamadas telefónicas hasta las 8 de la mañana”, explicó el profesional.

Fioranelli se desempeña como médico veterinario de guardia en Animal Planet desde el 2011 y destaca que “siempre viene gente”. Entre las consultas más comunes se distinguen las intoxicaciones alimentarias o por veneno y las intoxicaciones por morder un sapo, así como los accidentes en general y las heridas por peleas entre perros. “Cada vez es más necesario este tipo de servicio porque la ciudad creció y hay mayor conciencia del cuidado de las mascotas. Al hacer guardias rotativas yo no siento cambios en mi organismo, duermo bien y todo, pero si el hecho de que por trabajar de noche algo te vas a restringir en tu vida en general”, precisó Fioranelli.

Contra el reloj social
Los cambios en el reloj biológico de las personas que trabajan de noche son objeto de numerosos estudios de varias disciplinas. Sin embargo, el mayor problema que manifiestan quienes realizan tareas a contraturno son las limitaciones para llevar una vida normal en el plano social.
Javier está casado y tiene tres hijos, uno de 15, otro de 12 y el más pequeño de cinco años. Con el objetivo de estar presente en sus vidas, el vendedor sacrifica horas de sueño. “Duermo pocas horas al día. A veces cuatro o cinco, porque si te acostás se te pasa la vida. Yo trato de estar con mis hijos, de compartir con ellos. El trabajo de día no te permite estar tiempo con tu familia. Si trabajara de día, el mayor tiempo que estaría en casa sería a la noche cuando todos están durmiendo”.
Sin embargo, Del Valle resalta que lo que considera un beneficio se torna un problema a la hora de los paseos familiares. “Se complica porque no podés salir a cenar en familia, ni ir a la costanera o salir a pasear. Tampoco con tus amigos. Generalmente se complica con los cumpleaños y cenas. Eso sí me gustaría, poder disfrutar más a la tardecita y a la noche con la familia”.
En la misma línea opinó el médico veterinario: “El organismo tiene un reloj biológico que por hacer guardia una o dos veces por semana, no se altera. Pero lo más jodido es en lo que respecta a las cuestiones familiares. Tenés que estar permanentemente con un cronograma a futuro, a ver si justo ese día te toca guardia o no. Yo estoy separado y tengo que cronometrar para ver a mis hijos, ver si justo el fin de semana que me toca cuidarlos no tengo guardia. Lo mismo para viajar a Iguazú para ver a mis padres, o para ir a un cumpleaños o un asado. Siempre calculando si toca o no toca”.

Por Marina Barreyro
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