Empresario misionero investigado por narcotráfico es buscado por Interpol

Sábado 18 de noviembre de 2017 | 07:15hs.
La Justicia de Salta es la que lleva adelante la investigación y pidió la captura internacional.

Su fotografía aparece desde hace alrededor de seis meses en la página oficial de la Policía Internacional (Interpol) ligada a una circular roja, que marca su condición de prófugo con pedido de captura nacional e internacional.

Se llama Efraín Gustavo Dallmann y tiene 45 años. La información suministrada en el sitio indica que es requerido judicialmente por su presunta vinculación a una causa penal por transporte de estupefacientes agravado por la participación de tres o más personas.


Se trata de un empresario misionero del rubro transporte de cargas domiciliado en esta ciudad. Su detención no interesa en esta provincia, sino en Salta, donde un magistrado federal lo sindicó como parte activa de una banda con ramificaciones locales dedicada a mandar marihuana hacia esa zona del país.

Su identidad apareció por primera vez a principios de este año en una investigación derivada de otra que data de 2015. Se afianzó a mediados de febrero con la incautación de poco más de una tonelada de marihuana en el doble fondo de un camión abandonado en cercanías de la localidad de Eldorado.

No es el único prófugo que tiene el expediente número 1896/2017. El sindicado cabecilla de la estructura narcocriminal, José Benítez Escobar, también por estas horas se mantiene en la clandestinidad, por lo que recientemente fue confirmado tanto su pedido de captura como la de los otros sujetos supuestamente relacionados a él.

En ese contexto, mediante el oficio 306/2017, el titular de la Secretaría Dos del Juzgado Federal Uno de Salta, Federico Mateos, informó a la Policía de Misiones sobre la situación de Dallmann, quien hasta ahora figura en el registro de evadidos de la Justicia.

Para el magistrado salteño Julio Bavio, bajo cuya órbita se encuentra la investigación, las pruebas reunidas hasta el momento marcarían la participación del misionero y de los otros sospechosos en el transporte inconcluso detectado a principios de año.

Si bien es una investigación que lleva alrededor de doce meses, El Territorio pudo saber que continúa vigente, por eso importan tanto sus detenciones. Suponen que en libertad pueden poner trabas o alertar a otros involucrados porque tienen condiciones logísticas y económicas para hacerlo.

Célula paralela
Para entender sobre la estructura organizativa, capacidad operativa e implicancia en el tráfico de marihuana, pero sobre todo la intervención que habría tenido Dallmann, es necesario remontarse al inicio de otra causa de igual tenor pero investigada desde hace por lo menos dos años.

El juez salteño advirtió a partir de esa investigación (de 2015) la existencia de varios sujetos que integrarían una célula criminal paralela a la desbaratada, por lo que ordenó la intervención inmediata de diferentes líneas telefónicas que permitió escuchar en vivo los diálogos entre ellos.

En la mayoría de las comunicaciones, apareció un hombre al que llamaban José, dejando lugar a la interpretación de que poseía un rol importante entre los involucrados que en ese momento estaban coordinando el transporte de una carga de marihuana.

Semanas después, ese anónimo fue identificado por los investigadores de Gendarmería Nacional como José Benítez Escobar. En base a las escuchas, lo colocaron como cabecilla de la estructura internacional dedicada a transportar la marihuana paraguaya ingresada al país por Misiones. En ese punto, se iniciaría la conexión con Dallmann.

El camión abandonado
Las intervenciones telefónicas de los sospechosos continuaron, siendo clave para lo que sobrevino después. Por medio de ellas, se detectó que una carga de marihuana había sido acondicionada en el doblefondo de un camión que estaba listo para iniciar viaje.

Los datos confirmados a partir de la interpretación de largas horas de diálogos entre los acusados determinaron que el 19 de febrero saldrían hacia Salta. Utilizarían un camión Scania (dominio TPR809) radicado en Posadas con acoplado (DGI485) registrado en la localidad de

Tres de Febrero, Buenos Aires, con inscripciones laterales de una supuesta empresa de transporte denominada El Abuelo.

Todo estaba dispuesto para que en el camino sean interceptados por los federales, pero un imprevisto mecánico derivó en el aborto de la misión narco. El camión fue encontrado cargado pero sin sus ocupantes sobre a ruta nacional 12, a 35 kilómetros de Eldorado.

Los gendarmes sabían que la droga estaba camuflada, por eso no tardaron en detectar el doble fondo hecho con tirantes de madera a lo largo de todo el chasis. Retiraron de ese espacio 109 paquetes que pesaron 1.022 kilos.

Un final inesperado, pero la sorpresa fue haber encontrado en el habitáculo un teléfono celular y una serie de documentos calificados después como de mucho interés para la continuidad de la pesquisa.

El peritaje a ese aparato de comunicación dejó al descubierto una serie de números e identidades que orientaron la investigación hacia el empresario misionero y otros sospechosos.

Paso a la clandestinidad
La consecuencia inmediata fue una serie de allanamientos simultáneos, que incluyeron el domicilio de Dallmann en la chacra 138 de esta ciudad. En paralelo, también se ordenó su detención al igual que la de otra misionera, Lorena Ibariucea.

Lo mismo se determinó para Jorge Eduardo Álvarez, Gustavo Gabriel González, un sujeto identificado como Simón, además de José Benítez Escobar, quien por medio de su abogado presentó una eximición de prisión pero le fue rechazada por lo que al igual que los demás hasta ahora permanece en calidad de prófugo.

Pasando en limpio, conforme surge de la hipótesis investigativa, se le atribuye a Benítez Escobar actuar como un importante eslabón en la cadena de narcotráfico, como encargado de poner la marihuana en manos de González, coordinando el transporte.

En ese entramado ilegal, aparecería Dallmann junto a los demás, con aportes que restan ser definidos detalladamente pero lo ubicarían con una participación activa en toda la cadena de tráfico desde que ingresaba la droga a Misiones.

Fuentes judiciales informaron que se encuentra en curso una compleja investigación con diversas medidas probatorias pendientes (declaraciones indagatorias, pericias y órdenes de capturas) existiendo, además de los mencionados, otros implicados en el hecho originado en el secuestro de esos 1.022 kilos que iban a Salta.