Publicarán edición limitada del libro más misterioso del mundo

“El libro imposible” o “el más misterioso del mundo”. Escrito hace más de 500 años, en un idioma desconocido, el Códice Voynich se ha convertido en un quebradero de cabeza para los expertos. Por siglos, ni reyes ni científicos ni criptógrafos -incluyendo el equipo norteamericano de la Segunda Guerra Mundial- han logrado descifrarlo.

Hoy es parte de la colección de la Biblioteca Beinecke de Libros Raros y Manuscritos, de la U. de Yale, que este año encargó a una pequeña editorial española, Siloé, la publicación de 898 copias del códice para protegerlo del deterioro, posibles siniestros y -además- diversificar su estudio.

La decisión busca que alguien logre traducir su desconcertante contenido: 252 páginas escritas en un dialecto desconocido; 113 dibujos de de plantas sin identificar; ilustraciones astronómicas y astrológicas. Dibujos de mujeres desnudas, la mayoría con abdómenes amplios, saliendo de tubos o conectadas a cápsulas. Y más de 100 bocetos de hierbas medicinales y raíces con posibles recetas farmacéuticas, según describe la propia Biblioteca Beinecke.

Lo único concreto del manuscrito es que fue creado entre los años 1.404 a 1.438, según la datación por radiocarbono. De su autor nada se sabe y las teorías van desde lo académico a lo conspirativo: la lista incluye al filósofo Roger Bacon; al matemático inglés John Dee; pasa por Da Vinci joven; por el erudito alemán Johannes Marcus y termina en extraterrestres.

En 2014, un ingeniero ruso, dijo haber descifrado 10 palabras del texto usando dialectos eslavos antiguos. Pero nada fue demostrado y el libro sigue siendo un enigma.

De allí, el interés de la U. de Yale de clonarlo. Y la escogida fue la editorial Siloé. Su catálogo la avala. Por 20 años ha reproducido libros de la biblioteca de la Abadía de Westminster, de la Corsiniana de Roma y de España, Austria y Francia.

Ahora el Voynich es su nuevo monte Everest. “Poner en circulación una edición limitada de 898 réplicas supone contribuir a su conocimiento y al posible desentrañamiento de su misterio. Además, disponer de copias exactas permitirá su exposición por todo el mundo sin arriesgar ni un ápice su integridad”, dice a La Tercera, Juan José García Gil, editor y director de Siloé.

Años de trabajo
En los últimos años, el Voynich sólo ha salido a una exposición en Washington. Por eso, García sabe que es un privilegio estar frente al original. “Es indescriptible la emoción que te embarga al contemplar semejante leyenda literaria. El embrujo del misterio se apodera de ti, en forma de temor, pues el no saber quién, dónde, por qué se hizo, te embota la mente”, cuenta García Gil.

El trabajo de joyería que tendrán a cargo en los próximos dos años, parte con fotografías en altísima resolución de los folios, detalles y del conjunto del libro. “Hay que planificar con rigor la elaboración y preparación de materiales y el orden de los trabajos. Hay que pensar en todo momento que el resultado final permanecerá para siempre y podrá ser juzgado”, dice.

Cada libro debe ser una copia fiel del original, al punto que sólo un ojo experto pueda deducir cuál es cuál.

García calcula que intervendrán más de 20 profesionales y empresas en su elaboración. ¿El proceso de envejecimiento? “Secretos realizados con herramientas y sistemas de invención propia”, afirma.

De todas las teorías que ha escuchado, la más descabellada, dice Gargía Gil, es la que lo atribuye a una mujer del planeta Amazonia, acogida en un monasterio. La más plausible: “la que postula que es un trabajo de la adolescencia de Da Vinci”. Pero, aclara que no es él quien debe emitir teorías científicas. “Sí, le diría que -sin duda- alguien, posiblemente un sádico hacia la Humanidad venidera -en aquel entonces- se llevó el secreto a la tumba y nos condenó a la incertidumbre eterna”.