Arica invita a zambullirse en el Océano Pacífico

Jueves 4 de agosto de 2016 | 22:40hs.

Por Marina Barreyro

Arica es una ciudad ubicada al norte de Chile, en la región de Antofagasta. La localidad fascina a turistas de todo el mundo por su patrimonio arqueológico e histórico, sus mágicos poblados altiplánicos y sus escenarios naturales que se alzan a 4.500 metros de altitud.


En Arica, uno de los lugares turísticos más emblemáticos por su historia, es el Morro. Además de su belleza paisajística, es famoso por lo que su toma y asalto en 1880 significó en el desarrollo de la Guerra del Pacífico, dado que permitió al ejército de Chile obtener soberanía sobre toda la provincia de Tarapacá. Dentro de sus principales sitios de interés, figuran el Museo Histórico y de Armas con colecciones militares de la Guerra del Pacífico, el Museo Sitio Colón 10 correspondiente a un enclave arqueológico de lo que fue un cementerio de la Cultura indígena Chinchorro y un espléndido mirador a 110 metros de altura que permite sorprendentes vistas de la ciudad y sus alrededores. Aunque subir la cuesta es una experiencia que demanda de gran estado físico y mental, vale la pena recorrerlo. Asimismo, por la noche el morro se muestra iluminado siendo una de las postales fotográficas preferidas por las cámaras de los turistas.

La ciudad que antes formaba parte de Perú, tiene un centro que invita a recorrerlo a pie y disfrutar de su gastronomía basada en peces y mariscos obtenidos de las aguas del Pacífico, o animarse a probar los tradicionales fricasse (caldo espeso y picante) y el chicharrón, reconocidos como manjares de la zona. Área de elegantes construcciones de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, posee tres sitios emblemáticos que son el Edificio Ex Aduana, la Casa Gobernación Provincial de Arica y la Catedral de San Marcos, edificados por Eiffel, creador de la famosa torre francesa.

Su clima agradable en verano, y sus amplias playas invitan a zambullirse en el Océano Pacífico, aunque el ingreso al mar es una experiencia destinada a valientes y calurosos. El agua del Pacífico generalmente es helada y sólo caminar por la costa ofrece la misma sensación que colocar los pies en un balde con hielo. Otro de los datos a tener en cuenta es que durante todo el año, los vientos fuertes son una constante. Para aquellos que logran superar el primer chapuzón, las playas La Lisera y El Laucho son consideradas las dos más bellas de la ciudad, fascinando por su oleaje suave, aguas cálidas y arenas blancas. La Lisera además encanta con sus hermosos jardines, palmeras cocoteras, y sus cerros que permiten lanzarse en parapente, así como su costa apta para realizar snorkeling.

Si de disfrutar de los deportes náuticos se trata, la Península Alacrán es otro de los puntos de interés para cualquier viajero. Antes de la construcción del camino artificial que la anexara al continente en 1965, convirtiéndola en península, Alacrán fue una misteriosa isla a la cual se le adjudicaban tesoros ocultos. Prisión de los rebeldes de la época de Tupac Amaru y de fortificaciones empleadas por el ejército peruano durante la Guerra del Pacífico, en la actualidad funciona como Club de Yates de Arica, sin dejar de atraer en su sector sur a quienes practican bodyboard y surf.

Antes de abandonar Arica es recomendable visitar el Museo Arqueológico y Antropológico de San Miguel de Azapa. Ubicado a 12 kilómetros de la ciudad, al que sólo se llega en vehículos privados, es uno de los lugares más fascinantes para los amantes de la historia dado que posee valiosas colecciones de petroglifos y 15 momias de la cultura Chinchorro, consideradas las más antiguas del mundo.

Como si fuera poco, la movida nocturna de la localidad chilena es una de las más entretenidas de la zona. A lo largo de su extensa costanera se ubican restaurantes y boliches bailables que congregan a jóvenes locales y turistas de todo el mundo. El brindis con “el verdadero pisco” es un ritual digno de ser consumado.

Arica combina bellezas naturales, patrimonio histórico y arqueológico y servicios de lujo que invitan a zambullirse en un periplo que logrará maravillar a cualquier visitante.


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