#Informededomingo: "Tenemos que volver al juego bonito"

Domingo 20 de agosto de 2017 | 12:38hs.
El entrenamiento también en las canchas de Fútbol 5. | Foto: Facundo Correa

Por Roxana Ramírez
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"Apostamos a una formación integral de los chicos". Con esta frase, Juan Ramón ‘Cepi’ Núñez Silveira, coordinador de la Escuela de Fútbol Guacurarí y presidente del club homónimo, engloba el objetivo marcado para el semillero.

Cepi habla de todo, su experiencia de más de 25 años como formador de jugadores va desde "mirar las libretas" de los chicos para que también estén encaminados en el estudio, fomentar una buena conducta, acompañar a los niños a las convocatorias de los clubes grandes del fútbol argentino e inculcar 'un juego bonito' en sus dirigidos.

"Los resultados van y vienen, no sirve salir campeón durante años en las inferiores sin perder y no poder sacar un chico bueno para que juegue en la Primera, algo se hizo mal", reflexionó el entrenador.

La particularidad del Club Guacurarí es que tiene 280 chicos en formación pero aún no tiene su cancha propia, aunque Núñez Silveira adelanta que están en "tratativas de tener un espacio propio".

Durante la semana, los niños de 3 a 15 años invaden con su alegría las canchas de La Terraza y también el césped del Club Educación, lugares en donde Guacurarí arma su cantera pensando en "nutrir a la Primera de nuestro club que juega la Liga Posadeña", destacó Cepi.

La Escuelita de Fútbol se inició desde el 2010 y tres años más tarde se formó el Club Guacurarí. "Los chicos se inician en la escuela y a los que ya están para competir los llevamos a los torneos representando al club fuera de la provincia; también jugamos la Liga Posadeña Infantil", explicó Núñez Silveira.

Los niños llegan desde Candelaria, Garupá, más los posadeños de los distintos barrios que componen la cantera, pero lo más importante para Cepi es "apuntar al crecimiento de los chicos primeramente para la sociedad, que sean personas de bien y tratar de enseñarles todo lo bueno que hay dentro del deporte".

Y agregó: "Acá tenemos un control de libretas, porque estamos en constante contacto con los padres, y así ayudamos todos", señaló el entrenador que saluda con una sonrisa y un "hola papi u hola mami" uno por uno a los padres que dejan en manos de los entrenadores a lo más preciado: sus hijos.

Este trato amigable tiene también sus límites. "Nosotros siempre tratamos de inculcar a los padres que no se puede ganar siempre. El gran problema del fútbol infantil son algunos padres que le meten mucha presión a sus hijos y en vez de divertirse a los 12 años no quieren jugar más".

Por eso, tras cada partido, "más allá de si los chicos ganan o pierden, siempre se van a comer su pancho, los resultados no importan; que se diviertan y entiendan el juego en equipo es lo que vale".

Por su parte, el formador destacó que hoy los entrenadores deben adaptarse a los tiempos que corren: "El compromiso no es el mismo que antes, hay muchas distracciones, computadoras, teléfonos y trabajamos con ellos y nos adecuamos a estos tiempos, armamos grupos de WhatsApp e intentamos estar unidos".

Volver a las fuentes
"En Sudamérica tenemos que volver a las fuentes y no copiar tanto el estilo europeo", reflexionó Cepi, y ofreció una visión crítica al respecto: "Yo siempre acompaño a los chicos cuando van a las evaluaciones y veo que en las inferiores, por ejemplo de San Lorenzo, chicos de 8 o 9 años entrenaban dos horas y media... a esto nos obligó el fútbol argentino, a dejar la parte lúdica y enfocarnos en la preparación física para hacer la diferencia".

Es que cuando ven a los chicos " los evaluadores se fijan más en su contextura que en la parte técnica y nuestro trabajo es hacer que jueguen bien también. En Misiones, tal vez, la falencia es que ponen a los chicos a jugar sin hacer un trabajo de base y cuando tienen 20 años están rotos con lesiones que se pueden evitar".

Actualmente, Cepi Núñez Silverira trabaja en el plan nacional de las escuelas de fútbol, con el profesor Gerardo Salorio, y ocupa el cargo de coordinador regional.
"Con el profe (Salorio) siempre hablamos que se perdió lo fundamental, que es la enseñanza de lo técnico y lo lúdico. Copiamos lo europeo pero siempre vamos un poco atrás y hasta diría que retrocedemos en algunas cuestiones".

En esa línea, resaltó que "Alemania es un ejemplo en formación de inferiores, una potencia que saca una diferencia terrible. Antes trabajaron como los españoles con mucha potencia y velocidad; y a lo que ya lograron físicamente le agregaron la técnica; hoy uno ve jugar a Alemania y tiene mezcla de lo mejores (ver página 12)".

A esto hizo una autocrítica y explicó que "el fútbol sudamericano trajo la línea de trabajo europea y nos olvidamos la técnica, porque hoy sólo nos enfocamos en hacer correr a los chicos y estamos equivocados. Brasil siempre fue el equipo que jugaba lindo y se divertía; después cambiaron el esquema y les fue mal, pero se dieron cuenta que tenían que volver a sus raíces y ahora de nuevo Brasil está jugando como siempre lo hizo y nosotros tenemos que volver a hacer eso".

Objetivo: jugar bien
Para el Club Guacurarí hay una columna vertebral que es mantener el juego con la pelota desde las inferiores hasta la Primera.

"Nuestro objetivo en todas las categorías se basa en pregonar el buen juego, de salir jugando desde el fondo, el uno contra uno, que es el temor de muchos porque tienen miedo a perder la pelota y es porque su papá o el papá de los compañeritos le inculca eso y nosotros no estamos para buscar resultados sino para mejorar performance del equipo".

"Cuando se ganó todo desde los 9 años y no salió un solo chico para nutrir tu equipo de Primera algo mal se hizo. Hay que perder y no tener miedo a los resultados, nuestra esencia es que vayan a ver todos los partidos de los grandes en la Liga y es un incentivo para ellos porque ven que si hacen las cosas bien van a poder jugar en la Primera de su club y no van a tener que irse a otro lado", dijo el DT.

Cepi destacó que "a eso es lo que apuntamos al momento de conformar la Primera de nuestro club en la Liga, porque arrancamos desde la C y esperamos llegar a la A para que los chicos tengan un incentivo más a todo lo que le vamos proponiendo".

Esto en cuanto a lo local, pero también están esos 'distintos' que supieron destacarse y que Cepi los supo moldear desde pequeños. "Los profes de las escuelas de hoy, eran chicos que yo los tenía antes en grupos de 10 años o menos; y hay algunos que juegan también en la Primera.

En su momento lo dirigí a Claudio ‘Caíto’ Fileppi, a Diego Noguera -que fue campeón con Estudiantes con el Cholo Simeone-; entre otros. Ahora tengo a un chico de 10 años, Alejandro Comes, que fichó para River y lo están siguiendo y quieren que el año que viene vaya a vivir y estudiar allá".

Para finalizar, el coordinador del Club Guacurarí destacó que le gusta ver que Guaraní apueste por jugadores de Misiones. "Darle lugar a los chicos que se forman acá es clave. Además, hasta para los hinchas es bueno porque les tienen más paciencia a los jugadores y ni hablar para el club que los usa como ejemplos".