Manos creadoras de sonidos ancestrales

Miércoles 21 de marzo de 2018 | 05:00hs.
El udu es un instrumento de percusión de origen nigeriano, tocado por las mujeres. | Foto: Natalia Guerrero
Misiones es sinónimo de hogar para quienes cansados de la rutina buscan una nueva vida en la tranquilidad de su tierra. También en su inconmensurable belleza encuentran los artistas la inspiración de sus creaciones. “Es imposible no ser creativo en esta provincia. Todo es estimulante: los olores, los sabores, la naturaleza. Sólo basta con mirar un poco alrededor”, coincide la artesana y ceramista Rossana Rinaldi (53).

Rossana es famosa por los instrumentos exóticos que elabora a mano en el taller de su casa. Y si bien durante 22 años trabajó como profesora de educación física en Neuquén, aprendió a hablar y a dar sus primeros en Cruz Alta, su pequeño pueblo natal de la provincia de Córdoba. Fue allí donde transcurrió parte de su vida en la herrería de su abuelo; desde la primera infancia tuvo contacto con las herramientas, creando, jugando.

“La herrería era el oficio que tenía mi abuelo, que tuvo mi padre. Mamá era una artesana de esas que saben hacer de todo, hasta los zapatos nos hacía a nosotros. Mi pueblo era un pueblo de inmigrantes italianos que vinieron sin nada y sobrevivieron gracias al ingenio. Yo creo que uno transmite a las otras generaciones el aprendizaje de mirar las cosas de otra manera, de resignificarlo”, sostiene esta mujer que hace quince años llegó a Posadas con sus dos pequeños hijos.

La materia prima de los trabajos de Rossana son barro y arcilla, según lo que desee elaborar. Se considera una autodidacta en constante aprendizaje de los otros y de su entorno. Sus producciones van desde utilitarios, esculturas, hasta los instrumentos. Estos últimos, los más atrapantes por su particularidad.

Mirando, yendo a talleres, cometiendo errores, empezando de nuevo, elabora, por ejemplo, vasijas sonoras, un instrumento de la cultura incaica. Se trata de dos vasijas conectadas que producen sonido; hay de dos tipos: las que lo producen al soplar por una boquilla y las que es necesario agregarle agua en su interior; y el sonido se desprende entonces en el momento en que el líquido pasa de una vajilla a la otra.

También de sus manos nace el udu, un instrumento creado por el pueblo nigeriano de Igbo, palabra que significa paz o vasija. “Es un instrumento que usan las mujeres. Según cuentan, cuando las mujeres iban a buscar agua con sus vasijas, a una se le rompió y vieron en esa segunda boca una pieza sonora. Ahora es un instrumento que se usa en distintos géneros musicales”, cuenta Rinaldi.

Así, del mismo material elabora tbilats y darbukas, instrumentos de percusión de origen marroquí. Asimismo, piezas con forma de caracol de mar de los que salen sonidos que emulan al viento, pajaritos de agua que imitan el canto de las aves, entre otros.

Lo que Rossana produce en su taller es bastante requerido por los músicos tanto locales como de Chaco, Buenos Aires y otras provincias del país para enriquecer sus melodías. Y tanto le gusta a Rossana hacer lo que hace que puede estar horas y horas en su taller sin darse cuenta del paso del tiempo. “Toda mi vida la paso acá. El almacenero me carga y me pregunta si me fui de viaje porque compro bastante mercadería y hasta que no se termine el último paquete de arroz no salgo”, bromea al respecto.



Por María Elena Hipólito
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