Zacher sostiene que su padre fue el chofer de Bormann en Misiones

Domingo 28 de agosto de 2016
Zacher atesora el libro escrito por el secretario del jefe de propaganda nazi, Joseph Goebbels. | Foto: Natalia Guerrero
Mit Goebbels bis zum ende II (Con Goebbels hasta el final, parte II), escrito por Wilfried von Owen, es el libro que Emilio Reinaldo Zacher atesora en la antigua y pequeña biblioteca que posee en su vivienda de Santo Pipó.
Zacher tiene estampado en tinta azul, en la primera hoja de la publicación, tanto su nombre como el de Hitler. La publicación descolorida hace rato dejó de ser un papel blanco para convertirse en marrón.
Quien conserva esa publicación, Emilio Reinaldo Zacher, asegura que su padre, Guillermo Carlos, fue colaborador de Martín Bormann por varios años. “Mi papá era chofer de Bormann”. Al ser consultado por El Territorio de cómo recordaba tal situación, insistió: “Mi papá siempre contaba”.
Asegura que no quedan muchos elementos de su padre, quien falleció hace 27 años, y sostiene que quien posee “muchas cosas” es su hermana, Eva Juana (68), residente en Posadas. Ella, en cambio, niega que su padre fuera el chofer de Bormann, “si ni siquiera sabía manejar”, sostuvo a este matutino.
Lo que sí reconoce es el fanatismo que tenía su padre hacia el nacionalsocialismo y que como todo recuerdo tenía un cinto con la esvástica, que los hijos conservaron.

En el Graf Spee
En su vivienda ubicada en el barrio San Juan de Santo Pipó, Emilio Reinaldo refirió que su padre, Guillermo Carlos, se vino a la Argentina cuando estalló la Segunda Guerra Mundial.
Indicó que su padre trabajaba en barcos, entre los cuales -asegura- fue uno de los tripulantes del Graf Spee, una de las embarcaciones nazis más relevantes de la Segunda Guerra Mundial, hundida en las aguas de la bahía de Montevideo, Uruguay, en 1939.
En parte de tal relato, coincide su hermana, amplía y detalla la versión de su hermano.
Eva Juana aseguró su padre, “a los 17 años, en viaje de bautismo de marinero mercante en el Graf Spee, se cayó de un mástil y se rompió las dos rodillas”.
Como consecuencia, indicó que “quedó internado en un hospital alemán de Buenos Aires y fue en ese momento cuando se desató la guerra y él no fue ni arte ni parte”.

En Misiones
En cambio, su hermano sostuvo que su progenitor, estando en Misiones y posterior a aquel conflicto mundial, comenzó a tomar contactos y conoció a Bormann en San Ignacio, donde habló de la vivienda que históricamente se presume habría habitado el ex jerarca nazi. “Y fue chofer allá, un tiempo; unos diez a quince años por ahí”. Es lo que asegura recordar. Su versión es analizada por medios internacionales en este momento. “Es mentira que fuera chofer, si él no manejaba autos”, contradijo su hermana Eva.
“Después, con los años, se compró un viejo Citröen, que tuvo que vender enseguida por no saber manejar”, insistió.
Emilio, a su vez, aseguró que “nunca” su padre tuvo inconvenientes por haber colaborado con Bormann, aunque su hermana en eso también tiene otra versión.
Indicó que, en su momento, cuando hizo público su pensamiento nazi, tuvo innumerables problemas. “Pero él era de lengua para afuera, porque nunca hizo nada”.

Elemento en común
Más allá de las posiciones de los hermanos, hay una cuestión que da cuenta del interés que despierta el nazismo en la zona.
El autor de Mit Goebbels bis zum ende II no es ningún desconocido para los antiguos alemanes, menos para los seguidores de Adolf Hitler. Es que Von Owen, entre 1943 a 1945, fue secretario del jefe de propaganda nazi, Joseph Goebbels.
Von Owen ingresó al país en 1951 y vivió sin ocultar su identidad. Los cazadores nazis lo clasificaron como un ejecutor de escritorio por no haber participado en forma directa en los crímenes de guerra.
Concluida la guerra y como una forma de ratificar su pertenencia al Partido Nacionalsocialista, escribió el libro que Zacher tiene en su poder.


“Él tenía ideología nazi” Eva Juana Zacher reconoce que su padre "se identificaba con el nazismo pero no vio nada". Indicó que él llegó a esta parte de América a bordo del Graf Spee en viaje de bautismo como marinero. En esa oportunidad, aseguró que tuvo un accidente y se quedó en la Argentina. “Él vino a los 17 años, tenía ideología nazi, pero jamás tuvo cosas de oro, lo único que sé es que tenía un cinto con la hebilla de esvástica”. Aunque indicó que lo habían conservado, dice que en este momento desconoce “qué pasó con ese cinto”. Sobre que su padre era colaborador o chofer de Bormann, admite que “es un tema es muy comentado en Santo Pipó. Mi papá siempre decía: ‘soy alemán’ y a veces tomaba y decía cosas y en eso yo no estaba de acuerdo”. Y concluyó: “Es como si le hubieran realizado un lavado de cerebro".


Por Antonio Villalba
avillalba@elterritorio.com.ar