Francisco en Chile: el Papa oficia su última misa antes de partir a Perú

Jueves 18 de enero de 2018 | 10:50hs.
El Sumo Pontífice encabezará la ceremonia en Iquique.
El papa Francisco oficia este jueves su tercera misa en Playa Lobitos, cerca de Iquique, última etapa de su visita a Chile, con el foco en la inmigración.

Por su ubicación, en el norte del país a 1.800 km de Santiago, Iquique es foco de inmigración en los últimos años. Se estima que una de cada diez personas que viven en la ciudad es inmigrante.

Chile se transformó en un país receptor de migrantes, principalmente por su frontera norte, por donde se registra un intenso ingreso irregular de extranjeros principalmente de Colombia, Haití, República Dominicana y Ecuador.

Más de medio millón de extranjeros viven actualmente en Chile en situación legal, según datos oficiales, un 3% de la población de 17,5 millones. Pero según datos recientes de la prensa, sólo el año pasado llegaron cerca de 105.000 haitianos y más de 100.000 venezolanos al país.

Luego de las manifestaciones contrarias a su visita y ataques a iglesias que se registraron a lo largo de sus etapas previas en Santiago y en Temuco, se prevé que la etapa de Iquique sea más tranquila.

El papa, que vuela directamente desde Santiago a primera hora del jueves, oficiará una misa en Playa Lobito, situada a 20 km de Iquique, frente al Océano Pacífico.

Concluirá su visita con un encuentro en la Casa de Retiros Nuestra Señora de Lourdes donde almorzará con el séquito papal y un encuentro con víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) antes de viajar a Perú donde también permanecerá tres días.

Un viaje áspero
A diferencia de otros países visitados en la región en sus cinco viajes previos, el de Chile no fue fácil. Se encontró con el país más hostil a la Iglesia católica de Latinoamérica, con una secularización galopante donde los abusos sexuales del clero a menores hicieron estragos para su imagen.

En su encuentro con las autoridades del país, el martes, el pontífice confesó su "dolor y vergüenza" por los abusos perpetrados por curas depredadores.

Ante religiosos del país, también abordó este tema y les instó a "tener la valentía de pedir perdón", consciente del tremendo daño que se causó a la Iglesia. "Sé que a veces han sufrido insultos en el metro o caminando por la calle; que ir vestido de cura en muchos lados se está pagando caro", dijo el papa, que en contra de lo previsto, se reunió con víctimas de los abusos.

Preocupado también por los pueblos originarios, en Temuco, capital de La Araucanía, el papa mandó un mensaje tanto al gobierno como a los grupos que han buscan la lucha violenta. "No se puede pedir reconocimiento aniquilando al otro, porque esto lo único que despierta es mayor violencia y división" y "más que impulsar los procesos de unidad y reconciliación, terminan amenazándolos", recordó el pontífice en esta conflictiva región del sur de Chile.