Cáscara de naranja y cuero de ananás: la apuesta alternativa de la moda

Lunes 20 de noviembre de 2017 | 23:30hs.
Alternativas hechas a partir de materiales inusuales como hongos, naranjas e incluso proteínas inspiradas en el ADN de las telarañas
La moda de alta costura y las marcas de ropa deportiva están mostrando un interés creciente en las telas recicladas y alternativas hechas a partir de materiales inusuales como hongos, naranjas e incluso proteínas inspiradas en el ADN de las telarañas… pero no solo porque se preocupan por el medioambiente. Están reconociendo que estos materiales geniales del mañana podrían ser algo que la gente quiera comprar hoy.

Durante los próximos doce meses, se espera que las marcas anuncien colaboraciones con negocios que han descubierto maneras de hacer cuero sin vacas, seda sin gusanos, piel sin animales y telas hechas de desperdicios reciclados. Este año, Salvatore Ferragamo ya ha estado vendiendo bufandas hechas de fibras de naranja, mientras que Stella McCartney produjo dos atuendos hechos con la seda inspirada en las arañas.

McCartney, una diseñadora vegana que era una voz relativamente solitaria en el campo de las telas sustentables hasta hace pocos años, contribuyó con un vestido dorado de seda hecha en laboratorios para la exposición Item: Is Fashion Modern? del Museo de Arte Moderno de Nueva York. También presentó un leotardo y unos pantalones color café chocolate en su desfile de primavera 2018 el mes pasado durante la Semana de la Moda de París.

“No la han perfeccionado por completo, pero es una seda; literalmente es una seda, pero es una textura ligeramente distinta a la de la seda tradicional”, dijo Claire Bergkamp, dirigente de Sustentabilidad y Comercio Ético de la marca Stella McCartney, y agregó que no aún no han terminado de probar la tela para todas sus posibles aplicaciones. Comentó que la marca, que ha firmado una colaboración a largo plazo con Bolt Threads, la empresa californiana que desarrolló el material MicroSilk, esperaba empezar a vender ropa hecha con esta tela en cuestión de un año o dos.

Como con cualquier tecnología nueva en una etapa temprana de desarrollo, la producción inicial de este tipo de telas sigue siendo limitada y los productos terminados son costosos. Bolt, por ejemplo, realizó un sorteo en marzo para vender sus primeras corbatas de seda inspirada en las arañas a un precio de 314 dólares cada una.Eso sin tomar en cuenta el trabajo de instituciones científicas de investigación privadas y públicas.

La seda producida en laboratorios, por ejemplo, no existiría sin los avances de los últimos treinta años que han permitido a los científicos perfeccionar maneras de editar y reproducir el ADN de organismos vivos.

Después de estudiar el ADN de las arañas y de sus telarañas, los ingenieros de Bolt Threads desarrollaron proteínas similares que se inyectan en levadura y azúcar; después se someten a un proceso patentado de fermentación. El líquido de seda resultante se convierte en una fibra a través de un proceso de hilatura húmeda que crea hebras que pueden tejerse para formar la tela.

Los rivales, que están utilizando tecnología similar, pero con distintos métodos de producción, tampoco han fabricado productos comerciales todavía. La empresa japonesa Spiber tiene un acuerdo con North Face, la empresa estadounidense de ropa deportiva (en 2016 desarrollaron el prototipo de su Moon Parka), y AMSilk, una empresa alemana, se ha asociado con Adidas para crear productos que no especificaron pero que, según ellos, esperan que salgan a la venta el siguiente año.

No obstante, Adidas está produciendo zapatos deportivos hechos de plásticos recuperados en playas y comunidades frente al mar que son parte de una línea de productos desarrollada a través de su colaboración con el grupo activista antiplásticos Parley for the Oceans. (McCartney, una colaboradora de Adidas, proporcionó algunos de los diseños).

El desperdicio reciclado de la fruta es otra sustancia prometedora para la creación de telas alternativas. La empresa italiana Orange Fiber proporcionó el material para la colección básica de bufandas de Ferragamo. Ananas Anam, con sede en el Royal College of Art de Londres, utiliza fibras de hojas de piña para crear un material no tejido parecido al cuero que se llama Piñatex, y empresas como Edun —la marca de ropa sustentable propiedad de LVMH Möet Hennessy Louis Vuitton— están creando artículos a partir de ella.

MycoWorks, una empresa emergente de San Francisco, está procesando el micelio, la fibra de los hongos que tiene una textura parecida a la de las raíces, como sustituto del cuero. Sin embargo, algunos especialistas dicen que este material, que luce como gamuza, aún debe pasar pruebas de durabilidad.

La marca Stella McCartney y su socio fundador, el grupo de artículos de lujo Kering, no solo están invirtiendo en materiales biofabricados, sino también en encontrar maneras de reciclar artículos de moda y utilizar menos recursos, como el agua. Los bolsos Falabella Go de McCartney están hechos de poliéster reciclado y Econyl, un nailon producido a partir de redes de pesca, alfombras y otros desperdicios reciclados, fabricado por la empresa italiana Aquafil.

En años recientes, varias firmas de capital de riesgo han apoyado el desarrollo de telas alternativas, particularmente debido a que los biocombustibles, incluyendo el maíz y las algas, no lograron cumplir su promesa inicial.

Uno de los inversionistas más recientes y de perfil más alto es la emprendedora rusa Miroslava Duma, fundadora del sitio web de moda y estilo de vida Buro 24/7.

En mayo, Duma presentó Fashion Tech Lab, un proyecto que financia y desarrolla nuevas tecnologías de moda sustentable y tecnologías portables. Tiene 50 millones de dólares en financiamiento y los servicios de consultoría de Carmen Busquets, la inversionista de comercio electrónico, y Diane von Furstenberg. Orange Fiber y Vitro Labs, una empresa que está desarrollando variantes de piel y cuero creadas en laboratorios a partir de células madre, estuvieron entre los beneficiarios iniciales de la organización.

Suzanne Lee, quien tiene casi 20 años de experiencia en la tecnología de la moda, dijo: “Se siente como si nunca hubiera habido tanta innovación en términos de nuevos materiales como en los últimos cinco años, con la sustentabilidad como el principal motor”. Actualmente es la jefa creativa de Modern Meadow, una empresa con sede en Nueva Jersey que se especializa en materiales de cuero biofabricados en laboratorios.

Lee dijo que, así como la escasez después de la Segunda Guerra Mundial impulsó el desarrollo de materiales con base en los combustibles fósiles como la licra y el poliéster, las expectativas de los límites de las fibras naturales y el cuero están haciendo que la industria de la moda busque alternativas.

Modern Meadow ha desarrollado una levadura que cuando se mezcla con azúcar produce un colágeno que después se purifica, se procesa y se tiñe para crear materiales con textura y apariencia similar a la del cuero.

La empresa dijo que planea develar su primer producto comercial el siguiente año y que se ha asociado con un actor importante de la industria de los productos de lujo, pero rechazó revelar por ahora de quién se trata.

Sin embargo, como reflejo de sus ambiciones en la industria de los productos de lujo, la empresa ha conservado los servicios de consultoría de tres veteranos de la moda: Mimma Viglezio, quien fue vicepresidenta de comunicaciones globales de Gucci Group; François Kress, quien dejó el puesto de director ejecutivo en Carolina Herrera en enero, y Anna Bakst, quien antes fue presidenta de zapatos y accesorios en Michael Kors.

De manera similar, algunas de las históricas casas de moda están innovando en este campo.

Chanel, conocida por poner una saludable dosis de presión sobre sus proveedores con el fin de que creen nuevas telas e hilos cada temporada, ha estado trabajando con hilos de papel y está investigando el uso de la impresión 3D para crear ropa prêt-à-porter (es decir, ropa hecha en serie).

La casa informó que, por primera vez, presentó trajes en su desfile de alta costura de otoño 2015 que estaban hechos con materiales producidos por una impresora 3D a partir de polvo sinterizado, o compactado, que después fueron embellecidos con bordados y trenzados de Lesage, una de las casas de artesanos de Chanel.

“Karl Lagerfeld dice que debemos hacer cosas que sean inimaginables”, dijo Hubert Barrère, director creativo de Lesage. “La creatividad se trata de estar sintonizado con la época que te tocó vivir”.