Adaptó su viejo oficio y hace muebles con ruedas de carro

Miércoles 26 de abril de 2017
Con su esposa cargan su casa rodante y ofrecen los productos. | Foto: Norma Traid
Una vez al mes en el predio del salón parroquial se hace una feria de frutas y verduras, artesanías, semillas, plantas, orquídeas y algunos productos de emprendedores que se suman a la propuesta de comercio, que ya lleva algunos años.
El mes pasado, esa feria tuvo un invitado especial: Willi Schmidt, que llegó desde Campo Grande y que por primera vez pudo mostrar las artesanías que hace con madera. “Llegué como invitado especial, porque les llamó la atención el tipo de trabajos que hago. Son novedosos, artesanales y están hechos con ruedas de carro, hacemos mesas, sillones, bodeguitas y otras cosas más. Nos recibieron muy bien, quiero destacar que mi trabajo es casi único, porque nadie quiere hacerlo”, detalló en diálogo con este medio.
“Para hacer esto -repasó- hay que ser herrero, carpintero, pintor, tornero, soldador y diseñador; hay que unir el hierro con la madera, las ruedas se hacen en madera de anchico y los asientos en eucaliptus, se los pinta con pinturas especiales para que resistan y se puedan dejar a la intemperie”.
Por lo general, lo que más vende son mesas y sillones, y pese a recibir pedidos de otro tipo, no modifica su catálogo.
Willi Schmidt tiene 71 años y comenzó su vínculo con las ruedas de carros en Campo Grande a los 14 y de la mano de su papá, con quien aprendió a armarlas. Luego dejaron de hacerse por la masificación de los neumáticos.
Pero varios años más tarde, notó que ya nadie las fabricaba y comenzó a utilizarlas para crear muebles, en principio como hobby.
“Si hoy en día me pidieran una rueda para un carro, tranquilamente la podría hacer o restaurar alguna antigua”, aseguró.
Las ruedas que fabricaba con su papá “se hacían como las pedía el cliente, ahora yo las hago a la medida del mueble que quiero crear, pero si tengo que salir a buscar es muy difícil encontrar un par porque hay de todos los tamaños”.
Entre las dificultades que debe enfrentar está el acceso a la madera, que actualmente escasea, ya que debe tener un estacionamiento de al menos un año y medio y por sus dimensiones no se puede secar en un horno.
Desde hace cuatro años, Willi Schmidt y su esposa recorren ferias con su característico colectivo blanco, su casa rodante. Cuando llegan a las exposiciones, venden lo que pudieron cargar en su transporte y además toman pedidos. “Nos va muy bien, a la gente le gusta lo que hago”, aseguró.