El regreso

Miércoles 26 de abril de 2017

Apenas 21 años tenía Amy Lee cuando se la conoció al frente de Evanescence, la banda que le daba una vuelta de tuerca al desfalleciente new metal sumando a la fórmula la imaginería gótica y el componente operístico. Fallen (2003) se llamaba aquel disco debut que -con hits como Bring Me To Life, Going Under y la balada lacrimógena My Immortal- copó el aire de MTV y se hizo carne en millones de adolescentes que vieron en esa música sombría un canal para las angustias que trae crecer. Amy, linda y oscura, se volvió un símbolo.
Con el tiempo la carrera de Evanescence se volvió errática. Se fue el guitarrista Ben Moody, socio creativo de Lee desde la fundación y sólo dos álbumes más siguieron: The Open Door de 2006 y el homónimo de 2011. En 2012 se tomaron un descanso “por tiempo indefinido” que terminó durando tres años. Y entre todo eso, Lee creció, se casó, fue madre y diversificó su creatividad (publicó la banda de sonido de la película Aftermath en 2014, el EP de versiones Recover Vol. 1 dos años después y el inesperado LP infantil Dream Too Much de 2016, grabado en colaboración con sus familiares más cercanos). Hoy el mundo de Amy es muy distinto del de aquella diva de la penumbra, pero Evanescence sigue siendo su criatura: mientras trabaja en un nuevo proyecto que no quiere adelantar, se apresta a tocar en Buenos Aires por tercera vez, el próximo 2 de mayo en Tecnópolis.

Cuando empezaste con Evanescence tenías una base de fans adolescentes muy importante. Esos fans crecieron. ¿Sentís que ahora les tenés que dar algo distinto?
Eso me sale naturalmente porque yo también crecí. Amo nuestro primer álbum, el segundo y el tercero. De verdad estoy orgullosa de lo que hicimos y de la gente con la que trabajo, y se dio naturalmente que los fans y nosotros creciéramos juntos. Creo que es algo bueno. No quiero hacer el mismo disco dos veces, quiero seguir evolucionando.

¿Cambió tu forma de componer?
Sí, es diferente. Recurrí mucho al dolor en mi vida y a las cosas con las que luché. No importa lo exitoso que sos o la plata que hacés, igual vas a tener estos sentimientos y estos pensamientos si sos humano. Eso es así para todos. El tema es cómo reaccionás a eso. Con esto quiero decir: no tengo problemas en encontrarme problemas, je. Pero trato de concentrarme en lo posi

¿Alguna vez sí sentiste que tenías que forzar el tono sombrío para cumplir con lo que se esperaba de Evanescence?
¡Sí! Y hasta escribí canciones sobre eso, sobre ese proceso. Todo el mundo quiere que estés triste y seas la chica en el rincón con el maquillaje oscuro. Pero eso es una parte de mí. Lo más importante que aprendí es que tenés que ser fiel a vos mismo, aún cuando no le estés dando a todo el mundo lo que quiere.