En Misiones narco buscado fue a la iglesia un domingo y se delató

Domingo 25 de junio de 2017 | 08:32hs.
Cuando los policías lo ubicaron, Leandro estaba trabajando en su campo.

Casi como todos los procedimientos que se llevaron adelante en el marco de la investigación hecha por parte de la Justicia Federal de Eldorado, la aprehensión de un nuevo integrante de la Banda del Norte se concretó esta semana en silencio y va poniendo fin una largo camino que arrojó resultados concretos por primera vez en septiembre pasado, pero se inició más de un año antes de esa fecha.

Según pudo saber este medio, en la mañana del jueves atraparon el decimosegundo integrante de la megabanda que proveía droga a varias localidades brasileñas que limitan con la frontera seca de Misiones y que está relacionada a la temible organización criminal rosarina Los Monos. Se trata de Leandro C. al que individualizaron en Colonia Esperanza, un paraje de San Antonio.


Fe y confianza
El hombre, de 37 años, fue detenido por los efectivos del Departamento Triple Frontera de la Unidad Antiterrorista de la Policía Federal, quienes venían siguiendo sus pasos desde diciembre y pudieron dar cumplimiento con el pedido de captura internacional que pesaba sobre él. Según pudo saber este medio, el lunes será indagado por el magistrado Miguel Ángel Guerrero, juez que lleva adelante la causa que no deja de sumar capítulos al voluminoso expediente.

La detención del presunto narcotraficante se dio a partir de un episodio cuanto menos extraño, ya que lo expuso de sobremanera. Algunas informaciones que manejaban los investigadores lo ubicaban en el sur del país, pero informantes aseguraron haberlo visto en una kermés de una iglesia católica en la ruta 101 el domingo, lo que disparó un operativo de inteligencia.

Durante toda la semana efectivos camuflados relevaron la zona. Recorrieron, preguntaron y fueron pacientes hasta que el trabajo dio sus frutos. En una chacra alejada de todo el movimiento urbano lo pudieron ubicar mientras hacía las tareas de campo diarias. Un machete de grandes dimensiones que tenía en la mano preocupó a los efectivos, pero cuando le dijeron quiénes eran y porqué lo buscaban lo dejó a un costado y no opuso resistencia a que lo esposaran.

Lugar estratégico
Según consignaron fuentes ligadas a la investigación, su rol en la logística estaba centrado en establecer contactos con los proveedores brasileños y actuaba en Bernardo de Irigoyen, lugar clave en toda la operación.

Se encargaba de pasar grandes cantidades de droga a lo largo de la vulnerable frontera, carente de controles y propicia para el contrabando de todo tipo de mercaderías o sustancias.

No operaba solo, puesto que
por debajo en cuanto a jerarquía de la organización coordinaba operaciones con Walter L. (43), conocido habitante de Irigoyen que está detenido desde el 31 de enero de este año. La prisión preventiva de este último estaba por resolverse, pero con esta nueva detención el análisis de su situación demorará mayor tiempo debido a que podrían incorporarse nuevas pruebas en su contra.

Tanto Leandro C. (37), como Walter L. (43) eludieron un operativo que hizo la misma fuerza federal hizo el año pasado en la localidad fronteriza. El 30 de diciembre allanaron la casa del barrio Evita de Walter, hombre relacionado al gobierno municipal, y también secuestraron 443 kilogramos de marihuana en una chacra del paraje San Roque, sobre la ruta nacional 101.

El cuidador del lugar, identificado como Manao, fue detenido y además se secuestraron dos automóviles y hasta un camión frigorífico, demostrando así su capacidad operativa.

Mientras todo esto ocurría, en Puerto Libertad se capturó a un segundo sospechosos, pero que se movilizaba en una camioneta y es apuntado como el acopiador de esta pata de la organización. Un mes después, en Eldorado, atraparon al supuesto municipal que había buscado refugio con sus familiares pero se cree que también estuvo escondido en Brasil.

Los investigadores calificaron al dúo en su momento como "amos y señores de la zona" por el manejo de mano de obra barata para concretar el paso de la droga.

Todo lo expuesto ubica a Bernardo de Irigoyen como el último punto del circuito internacional de la operatoria de la Banda del Norte. La droga ingresaba desde Paraguay, se acopiaba y acondicionaba en Wanda y de allí terminaba en Brasil, donde se vendía a las grandes urbes de la zona. Las ganancias, al cobrarse en reales, se multiplican considerablemente.

Quedan sólo dos
Las detenciones empezaron el 4 de septiembre último, mediante una investigación de más de una año que incluyó, sobre todo, análisis de líneas telefónicas intervenidas. En cercanías a Comandante Andresito la Policía de Seguridad Aeropotuaria detuvo a tres personas
una mujer y dos hombres - que se movilizaban en un Renault Sandero con 47 kilos de marihuana.

A partir de ese momento, todos los involucrados fueron cayendo uno por uno. Allanamientos simultáneos fueron autorizados y en esa instancia una comisión del Grupo Especial de Asalto Táctico (Geat) de la fuerza se dirigió esa misma noche a Wanda, donde se hicieron cuatro procedimientos y se detuvo a cuatro personas más
otra mujer, el líder de la banda y el financista - además de marihuana y cocaína.

En uno de los inmuebles, los efectivos lograron dar con una especie de taller donde se presume se realizaba el acondicionamiento de los vehículos para la distribución de la droga. Allí, en un lugar alejado del movimiento urbano, el local estaba cubierto con medias sombras y había herramientas para trabajos de chapa y pintura, entre otros elementos de interés para la causa.

La última detención de esa jornada fue la de un suboficial de la Policía de Misiones que tiene domicilio en Piñalito Norte, trabajaba en Pozo Azul, pero lo encontraron en Irigoyen. De esos ocho primeros detenidos, todos están con prisión preventiva desde diciembre último.

La organización está prácticamente desmantelada, aunque aún resta la detención de dos personas que tienen pedido de captura internacional. Uno de ellos casi fue atrapado hace un mes en Wanda y estaría acorralado porque que no puede huir a ningún lado debido a la deuda que tiene con sus proveedores.