El debate por el caso Knack podría iniciarse en la segunda mitad del año

Lunes 20 de marzo de 2017
Agotada la instrucción y los recursos defensivos, el Juzgado de Instrucción Tres de San Vicente elevó a juicio la causa por el cuádruple homicidio de la familia Knack, ocurrido el 25 de mayo del 2014.
En consecuencia, a casi tres años del hecho -límite legal para la prisión sin sentencia- las partes aguardan que el Tribunal Penal Uno fije la fecha para el debate oral y público del expediente N° 31.593/2016, caratulado “robo, homicidio calificado y otros delitos”.
Se estima que el juicio podría desarrollarse en el segundo semestre del 2017, confiaron fuentes del caso.
La causa tiene como imputados al ex prefecto Pablo Julio Paz (52), a Juan Godoy (47) y al chapista Marcial Alegre (47), quienes al momento del hecho residían en la localidad de San Javier.
Actualmente, el primero está alojado en la Unidad Penal VII de Puerto Rico, mientras que los restantes acusados permanecen detenidos en la Unidad Penal II de Oberá.
La denominada masacre de Panambí costó las vidas del empresario maderero Oscar Knack (43), su esposa Graciela Mabel Mojsiuk (42) y sus hijos Cristian (25) y Bianca (12), quienes fueron torturados, amarrados y quemados vivos en su vivienda del kilómetro 7 de la ruta Provincial 5.
Por la complejidad de una causa con cuatro muertos y circunstancias tan aberrantes, en casi tres años el expediente trajinó por los juzgados penales de Oberá y finalmente recaló en San Vicente.
Con relación a los tres imputados, la Cámara de Apelaciones en lo Penal de Posadas rechazó todos los recursos presentados oportunamente por las respectivas defensas.
En consecuencia, se desestimó el pedido de nulidad del llamado anónimo que el 26 de mayo del 2014 alertó a la Comisaría de Panambí sobre la presunta responsabilidad en el hecho del chapista Alegre. También fue rechazado el pedio de excarcelación y se confirmó la prisión preventiva de los tres imputados.
De todas formas, fuentes judiciales reconocieron que se vence el plazo legal para sostener la detención de los acusados sin condena, por lo que existen dos opciones: el juicio o la excarcelación, con el riesgo que implicaría la última por la posibilidad de fuga.

La masacre
En la mañana del 25 de mayo del 2014, Cristian Knack viajó a Cuatro Bocas, Corrientes, para cobrar un lote de madera vendido a un corralón de Buenos Aires. El muchacho regresó con 300 mil pesos en efectivo, más cheques por alrededor de 160 mil pesos.
Alrededor de las 19.30 del mismo día, minutos después de haber regresado, se sentó a comer una porción de torta que su mamá había preparado por el cumpleaños de su hermano, el día anterior.
Mientras tanto, su papá, su mamá y su hermanita miraban televisión en el living. Fue entonces que los cinco encapuchados los sorprendieron ingresando por el fondo de la casa.
“Yo me salvé porque justo estaba en la casa de mi novia, sino tampoco estaría acá”, reconoció Carlos “Nano” Knack, el único sobreviviente de la familia.
Esa noche llovía y hacía frío. A eso de las 20, el celular de Nano sonó y era una vecina que le dijo que habían asaltado a su familia.
“Cuando llegué a mi casa no entendía nada. Vi a toda mi familia quemada, mi mamá no tenía ropa en el cuerpo y mi hermanita se revolcaba de dolor. Es una imagen que nunca me voy a olvidar. Muchas veces tengo pesadillas con esas imágenes”, reconoció.
En tanto, Cristian habría declarado que su papá luchó con los delincuentes y logró quitarle el pasamontañas a uno. En este punto entra la figura del “prefecturiano o ex prefecturiano” a quien identificó en su declaración ante la Policía, días antes de su deceso en el Hospital Madariaga de Posadas.

Pruebas y dudas
Según el expediente, las principales pruebas contra los tres imputados se circunscriben a una fracción de huella de Paz en una caja de zapatos donde Knack guardaba el dinero y al resultado de las pericias de ADN al que fue sometido un trozo de media fina que habría sido utilizado como pasamontaña por los homicidas. En el mismo género se halló en simultáneo ADN perteneciente a Paz y a Godoy.
“La llamada anónima dirigió el accionar de la Policía hacia San Javier, donde detuvieron a Paz y a Godoy sin que existiera denuncia ni investigación previa que hiciera posible incriminarlos en el hecho”, subrayaron desde su defensa.
Con relación al llamado anónimo, el mismo fue recepcionado en la comisaría local el 26 de mayo a las 18.30, cuando una voz masculina indicó: “Hola oficial, llamo para aportar datos, tome nota. En San Javier hay un tipo que se llama Marcial, tiene un taller de chapa y pintura, ahí en un tráiler están las armas y la plata que robaron ayer en Panambí”. El uniformado le solicitó que se identifique y el desconocido cortó la llamada.
El 27 de mayo la Policía allanó el taller de Alegre, pero este se mantuvo prófugo por una semana. En el lugar los efectivos encontraron algunas armas, pero no dinero.
Esa misma mañana, Paz fue detenido en el taller. Luego declaró que sabía del procedimiento y fue al lugar para ver qué pasaba, ya que había dejado un auto para reparar.
Minutos más tarde, en el semáforo de Roque González, también en San Javier, fue detenido Godoy circulando con su automóvil Volkswagen Bora.
El vehículo fue objeto de exhaustivas pericias por parte de la División Criminalística de la Policía de Misiones, dando todas resultados negativos, por lo que coche fue devuelto a la familia.

Posible ajuste de cuentas
En sucesivas declaraciones, los empleados del aserradero de Knack coincidieron al afirmar que no conocían a ninguno de los tres imputados. Los nombres del ex prefecto Paz, Godoy y Alegre no figuran en los registros de compras del aserradero.
Al ser consultados respecto al movimiento del aserradero, un empleado de apellido López declaró: “Los únicos que cargaban los camiones eran ellos”, en alusión a Knack y sus hijos.
La familia no tenía camiones para el transporte, mientras que los principales compradores eran dos empresas.
“Este último tiempo no fue tanto el movimiento porque no había mucha venta de madera. Por ese motivo, Carlitos (Oscar Knack) decidió parar el aserradero y recién hace dos semanas arrancamos nuevamente”, declaró López. Su testimonio no hizo más que confirmar lo que muchos comentaron por lo bajo desde un primer momento sobre supuestos problemas económicos que afrontaba Knack desde hacía algunos meses. Incluso, un testigo declaró que “el 24 Carlitos estaba muy nervioso, atento a los movimientos. Pero no dijo nada”.


Tres de cinco sospechosos Según el propio Cristian Knack, fueron cinco los delincuentes que irrumpieron en su casa, aunque hasta el momento son tres los implicados.
En tanto, fuentes del caso relacionar la masacre de Panambí con otro hecho registrado el 16 julio de 2015, cuando Lidia Bezus (69) y su hijo Diego Kosaczuk (29) fueron asesinados a balazos en su chacra de Paraje Samambaya, localidad de Los Helechos.
Días después fueron detenidos Jorge Miguel C. y Sergio Elías M., quienes hasta entonces no habían sido implicados en el cuádruple homicidio de los Knack.
Pero en agosto del 2015, la jueza interviniente le tomó testimonio a un sujeto identificado como Samuel M., quien manifestó haber escuchado que su compañero de celda, Jorge Miguel C., reconoció en una conversación entre detenidos que participó de la masacre de Panambí junto a Sergio Elías M.
Incluso dio detalles de la seguridad de la vivienda, pero finalmente la versión se fue diluyendo y no prosperó en el voluminoso expediente judicial.