Envasaban marihuana al vacío y disimulaban el olor con naftalina

Miércoles 21 de marzo de 2018 | 07:35hs.
Policiales | En la vivienda allanada también se encontraron varias bolsas con hachís. | Foto: Policía de Misiones
Un centro de acopio y posterior embalaje de marihuana. Eso resultó ser el aguantadero narco detectado por la Policía de Misiones el lunes a la tarde, en el corazón del barrio Paz de Montecarlo.

En ese domicilio particular, cercano al centro de la ciudad, no solamente se armaban las cajas con droga que luego eran enviadas por encomienda a ciudades de Entre Ríos y Mar del Plata, sino que una de las habitaciones albergaba una especie de taller con sofisticados elementos utilizados con el objetivo de neutralizar el olor de la sustancia y, de esa forma, anular cualquier sospecha al momento de despacharlas.

Una mujer bonaerense, identificada como Perla C. (27) y quien por estas horas permanece prófuga, era la encargada de mantener activo el negocio hasta el acondicionamiento. En tanto que un hombre, Cristian C. (36), detenido recientemente en la Terminal de Ómnibus de esa localidad con diez kilos de cannabis sativa, se ocupaba de organizar el transporte hacia los puntos de distribución.

La investigación de la Dirección de Toxicomanía concluyó que de esa forma se movían y más personas podrían estar involucradas en la maniobra. Por estas horas, cruzan datos con varias terminales de envío y recepción de encomiendas para llegar a la identidad de los otros sospechosos, más allá de confirmar el modus operandi de la organización.

Perla, en tanto, es buscada en las zonas donde viven sus parientes, en esta provincia, pero se presume que pudo haber cruzado al Paraguay, de donde es oriundo el proveedor de la droga que recibe. El domingo, logró escabullirse entre los pasajeros cuando detuvieron a su presunto socio y desde entonces su paradero es incierto.

Tampoco estaba en la casa cuando los peritos ingresaron, pero los elementos incautados dejaron al descubierto su capacidad operativa. Los asocian con envíos descubiertos en las últimas semanas por Gendarmería Nacional en terminales de Buenos Aires y Córdoba.

Por semana, 200 kilos

Por los datos basados en una pesquisa que demandó alrededor de un mes, se cree que por encomiendas llegaban a mandar hasta 200 kilos de marihuana por semana. Lo hacían con identidades falsas o de terceras personas que, en la mayoría de los casos, ni siquiera se enteraban, aunque varias veces hacían viajes personales o pagaban a las denominadas mulas.

Los envíos eran armados con un peso estimado entre 25 y 35 kilogramos. Primero envasaban al vacío cada ladrillo, después los apilaban en una caja con naftalina que era introducida en otra más grande, que a su vez era rellenada con espuma poliuretano para evitar que despida olor. El paso final era envolverla con papel film industrial y, recién después, despacharla.

En la vivienda de Perla, los investigadores detectaron cuatro cajas listas para ser enviadas, más allá de varias bolsas termoselladas que contenían cogollos, flores y semillas de cannabis. En el taller incautaron una máquina de envasado al vacío, una balanza digital, el tubo generador de espuma poliuretano, rollos de papel film y sobres con naftalina.

En esa área -de acondicionamiento- también detectaron un teléfono celular cuyo contenido está siendo analizado a instancias de un pedido del titular del Juzgado Federal de Eldorado, Miguel Guerrero.

En una revisación superficial consiguieron datos importantes para el devenir de la pesquisa, que se sumará a lo que diga el detenido si es que decide hablar en la instancia indagatoria.

35 Kilos por paquete

Según las investigaciones, los paquetes que enviaba la organización pesaban entre 25 y 35 kilogramos. Se estima que hacían varios envíos por semana hasta completar los 200 kilogramos.

Flores a toda Argentina y el desafío de los investigadores

El envío de marihuana mediante encomiendas es una práctica común y los paquetes salientes desde Misiones se van a los más diversos destinos de todo el país. Sin embargo, en el último tiempo se ha incrementado notablemente, reflejado por la gran cantidad de operativos que se realizan.

El desafío de las fuerzas de seguridad y de la Justicia Federal es llegar a la organización que hay detrás de un pequeño paquete con droga, tanto remitentes como receptores, que casi siempre usan identidades falsas para realizar el trámite.

La utilización de cogollos o flores responde a que es la parte de la planta que tiene más tetrahidrocannabinol (THC), principal constituyente psicoactivo del cannabis. Esta característica hace que su valor sea mucho mayor, como así también las ganancias.
Entre los antecedentes se destaca una organización que operaba desde Eldorado y mandaba solamente flores a Rawson, Chubut, que fue desbaratada en abril del 2017. Son cuatro detenidos, dos misioneros y dos chubutenses - entre ellos una mujer -, que están con procesamiento firme y camino al juicio.

En diciembre de ese mismo año, dos misioneros fueron aprehendidos por la Justicia Federal acusados de enviar cannabis a Piedra Buena y Puerto, pequeños pueblos de Santa Cruz. La droga llegaba de Capioví y uno de los integrantes fue atrapado en Garuhapé.

Más atrás en el tiempo, en marzo, una mujer fue detenida en Eldorado acusada de integrar una banda que llevaba droga a Neuquén para después depositarla en Chile. La organización, con sede en San Martín de los Andes, tenía el apoyo de dos efectivos de la Policía Federal Argentina (PFA), presos durante un tiempo.