Autoridades brasileñas insisten en la apertura del paso Rosales

Lunes 27 de marzo de 2017
El buen estado de la ruta en las cercanías del puente hace que el cruce sea un buen punto migratorio. | Foto: Facundo Correa
Funcionarios de Brasil continúan con las negociaciones con el gobierno nacional de ese país para la pronta apertura y puesta en funcionamiento del puente sobre el Río Pepirí Guazú, que une la ciudad brasileña de Paraíso y San Pedro en Argentina.
El gobernador del estado de Santa Catarina, Raimundo Colombo, se reunió el pasado miércoles en Brasilia, con el ministro de Transporte, Puertos y Aviación Civil, Mauricio Quintela Lessa, para abordar esta temática.
En dicho encuentro, defendió la liberación del puente sobre el río Pepirí Guazú, entre Paraíso y San Pedro, como forma de garantizar la competitividad del agronegocio catarinense.
“Si conseguimos la viabilidad del puente, podremos buscar maíz de Argentina y de Paraguay, reduciendo los costos de transporte”, explicó el gobernador de Santa Catarina.
Además del ministro de Transporte, en la reunión estuvo presente también el director general del Departamento Nacional de Infraestructura y Transporte (DNIT), Valter Casimiro, quien confirmó la contratación de la empresa para el test de carga, que determinará el peso de los vehículos que podrán utilizar con seguridad el puente, construida por empresas brasileñas y argentinas.
“Con el reconocimiento de la  estructura por el DNIT, podremos buscar junto a la Receita Federal y el Ministerio de Relaciones Exteriores un puesto aduanero e impulsar el turismo y la economía en todo el Estado”, indicó el secretario de Articulación Nacional, Acélio Casagrande. El puente sobre el río Pepirí Guazú fue inaugurada en 1904 y tiene 102 metros de extensión.

Situación actual
La habilitación de este cruce fronterizo sobre el arroyo Pepirí Guazú, es un tema que da que hablar hace ya algunos años.
El problema radica en que del lado brasileño no están presentes los controles aduaneros necesarios; por lo tanto, al cruzar se está infringiendo la ley ya que los vehículos circularán en condición de ilegal, por no realizar la entrada al país.
En caso de contar con una sede de aduana brasileña, sería una puerta de entrada y salida mucho más ágil, tanto para ir de compras como para vacacionar, descomprimiendo los otros puntos fronterizos de la provincia.
Cabe destacar que actualmente el puente se encuentra habilitado para el cruce de visitantes; sin embargo, los controles migratorios no están en dicho cruce.  
De esta manera, aunque en el Paraje Rosales se realice el trámite correspondiente, no es posible pasar más allá de San Miguel do Oeste sin encontrarse en infracción.
Las personas pueden cruzar pero sólo hasta San Miguel do Oeste; en caso de viajar hasta Camboriú, los automovilistas deben viajar hasta Bernardo de Irigoyen y pasar a Cerqueira, realizando el correcto ingreso al país vecino.
En el lugar, sólo se encuentra un puesto de Senasa para el control de los alimentos.
Tanto del lado brasileño como del argentino existe una necesidad imperante por habilitar el cruce. Desde 2015, la ruta 27 se encuentra en óptimas condiciones, facilitando el acceso al paso, en contraposición de la ruta que va hacia Bernardo de Irigoyen.
En cuanto a su uso, la iniciativa arrancó el 23 de abril de 2009, en un acuerdo entre los gobiernos de Argentina y Brasil. Para entonces, uno de los primeros desafíos era la conclusión de las obras de pavimentación de la carretera federal (BR) 282, en el estado de Santa Catarina (Brasil) y la construcción de obras básicas y pavimento sobre la ruta provincial 27, entre la ruta nacional 14 (San Pedro) y el puente sobre el río Pepirí Guazú.