Los nichos bajo tierra, una tradición que se mantiene en Itacaruaré

Lunes 27 de marzo de 2017
Los piletones de cemento o nichos bajo tierra son comunes en los cementerios de algunas localidades. En Itacaruaré todavía perdura esta costumbre por parte de los residentes, quienes prefieren hacer con anticipación este tipo de construcción donde se depositarán los restos de sus seres queridos.
El camposanto de esta zona encierra mucho misterio, pero también se observa a simple vista la falta de mantenimiento en el lugar y muchos nichos-casa están rotos, tienen las ventanas dañadas y hasta incluso algunos féretros están abiertos.
En diálogo con El Territorio estuvo Teresa, una vecina del pueblo, que expresó que “ eso es una costumbre que tenemos acá”.
Es la manera por la cual los habitantes de la zona reservan un lugar, en especial cuando algún familiar tiene una grave enfermedad o los médicos no dan más esperanzas de vida. “Se realizan excavaciones, pero son amuradas con ladrillo y cemento”, contó la mujer. Además, comentó que “se arma una tapa que está hecha de cemento y hierro, porque de esta manera la tumba no se podrá abrir fácilmente”.
La estructura es construida y cuando la persona fallece se coloca el féretro en el nicho bajo tierra. “Esto permite una mejor conservación”, dijo.
La tradición de los piletones es tan importante para los lugareños que incluso hubo ocasiones en que los familiares mandaron a construir los nichos bajo tierra para enfermos de gravedad, pero el espacio nunca fue ocupado por ese pariente.
Tal es el caso de una señora que padecía de cáncer, a quien los médicos ya no le daban esperanza de vida, por lo que su marido mandó a construir un piletón; pero la mujer logró recuperarse y vive hasta el día de hoy. En algunas ocasiones, los nichos son donados a otras personas.
Otro poblador, Gustavo, dijo: “En esta zona son comunes los nichos bajo tierra, a mis abuelos les han hecho, para nosotros no es llamativo”.

Abandono y vandalismo
Una situación que preocupa a los lugareños es el estado de abandono en el que se encuentra el predio del cementerio y los actos de vandalismo que se observa. “Hay muchas tumbas rotas porque no hay mantenimiento”.
Ventanas y puertas rotas de los clásicos nichos estilo casa también denotan un deterioro por el paso del tiempo y los hechos vandálicos generan que muchos familiares opten por no arreglar el lugar.
Asimismo, los vecinos denuncian el olor nauseabundo que se esparce en el ambiente
Al respecto, Patricia, quien vive en cercanías al camposanto, manifestó que “el olor es común, creemos que sale de las tumbas rotas”.
Por otro lado, denunció que “muchas cruces fueron sacadas de las sepulturas, porque quizás los familiares no pudieron hacerle una tumba como corresponde”.
En sentido, la mujer señaló que “también se ve el avance de los pastizales, por eso muchos sacan las cruces de madera, pero es lo único que marca que alguien fue sepultado y las llevan y las depositan al lado de la cruz mayor”.
Y a la vez, reconoció que “al no existir una marcación, sobre esos sepultados colocaron otros muertos y eso se continúa realizando, no hay un respeto por la memoria de los que menos tienen”.
Y analizó: “Que no puedan hacer una tumba para un familiar fallecido no les da derecho a que se use ese mismo lugar para enterrar a otras personas”.
El camposanto también sufre un desorden en las sepulturas, ya que no están alineadas y a su alrededor crece un pastizal que avanza cada día más, aunque los vecinos destacan el buen estado del camino para ingresar al lugar.
El cementerio de Itacaruaré está ubicado a 2,5 kilómetros aproximadamente del casco urbano de la localidad. Es un lugar solitario donde sólo se escucha el cantar de los pájaros.