#Informededomingo: “Ante un error, nunca hay que presionar a un chico”

Domingo 20 de agosto de 2017 | 09:16hs.
Para los entrenadores, la satisfacción es el reconocimiento del chico. | Foto: Marcelo Rodríguez

Por Gustavo Hollmann
gushollmann@gmail.com


No todos los entrenadores están capacitados para trabajar con chicos de entre 13 y 18 años.

Más allá de las responsabilidades de transmitir conceptos técnicos y tácticos adentro de una cancha de fútbol, se requiere de un gran manejo de la pedagogía.

Los clubes le apuntan a entrenadores ‘docentes’, capaces de entender e interpretar también las necesidades, los conflictos y los intereses que tiene cada chico.

Se trata de entender el proceso de enseñanza-aprendizaje en los distintos momentos del desarrollo evolutivo del chico en una etapa muy compleja de su vida, que recorre el final de la niñez y toda la época de adolescencia, con lo que eso implica.

Para llevar a cabo esta enseñanza no alcanza con un simple entrenador que sepa de fútbol, sino que es necesario un ‘docente’ que sepa manejar los estímulos adecuados para cada respuesta espontánea de los niños.

Daniel Tabares sabe de esta problemática. Lleva casi 35 años trabajando en las divisiones menores de los diferentes clubes de Posadas y actualmente está a cargo de las dos categorías más chicas de Crucero (2009 y 2008).

Pero su trabajo se empezó a hacer conocido cuando entrenaba a los chicos de Guaraní, y luego de seis años en Villa Sarita se cambió de vereda y siguió formando pibes en Mitre durante cuatro años. En Santa Inés está desde el 2007.

"Las divisiones inferiores son la larga pretemporada del fútbol de Primera División", es la frase de cabecera de Tabares, quien así remarca la importancia que tiene el trabajo de base en los clubes.

"Hay que ser pacientes con los chicos, perdonar los errores, corregirlos, ellos no sólo se pueden equivocar, sino que se "deben" equivocar para aprender, y hay que esperarlos, del error viene el aprendizaje y si no nos equivocamos no podemos tener la experiencia de lo que está mal", explica.

"Yo quiero que los chicos se diviertan, pero que se diviertan en serio, por lo menos hasta la 4ª división, que sientan pasión, que sientan diversión por el juego, que no dramaticen por los resultados", subraya este reconocido entrenador que también trabajó en Corrientes.

"Tal vez en Reserva o en Primera ya se maneja otra presión porque uno empieza a ser profesional y a jugar por plata, pero es clave que los chicos jueguen con una sonrisa en la boca, si uno no lo hace se bloquea; hay que animarse a jugar, yo a los chicos siempre les digo que jueguen, que se animen, si te sale mal lo mejoramos en la semana, y si vuelve a salir mal lo seguimos trabajando", afirma.

El infaltable papel de psicólogo
En este sentido, reconoce que "más allá de nuestro rol de entrenador, también hacemos el papel de psicólogo y de a poco vamos haciéndole ver a los chicos las presiones que van a soportar en el futuro". "Los chicos sienten presión pero no del club ni de nosotros los entrenadores, sino de los propios padres, y con esa presión es muy difícil tratar, para los padres sólo importa ganar, y hay chicos que soportan la presión y otros que ante el primer grito se bloquean", asegura.

"Yo soy autocrítico en lo que hago y muchas veces me doy cuenta que me equivoco, pero lo que trato de no hacer nunca como entrenador es presionar a un chico ante un error", revela, y explica que "al chico hay que enseñarle que no todos llegan, y en caso de que no llegue en el deporte tiene que llegar en el estudio, en la vida, y para eso también hay que prepararlos".

Para Tabares, "la mayor satisfacción de un entrenador de fútbol de base es que el chico se acuerde de uno, más allá de si llegó o no llegó, la satisfacción no son las copas, ni los títulos ni las medallas, y sinceramente no me acuerdo si alguna vez gané algo, pero un apretón de manos o un reconocimiento de un chico para mí es como ganar una medalla de oro en un juego olímpico o como ganar un campeonato del mundo".

Tabares formó a varios chicos en los clubes más importantes de Posadas y pese al recorrido de los años mantiene las mismas ganas del primer día. El fútbol de base, agradecido.