Las huellas más antiguas de vida sobre tierra firme están en Australia

Domingo 21 de mayo de 2017 | 22:00hs.
La región australiana de Pilbara es estudiada por científicos

¿Cuándo se originó la vida en la Tierra? Esa es la gran pregunta que se hacen los científicos que estudian el campo de las ciencias naturales, la prehistoria y también el origen del hombre.

 

¿Es el resultado de una generación espontánea de la vida inerte que a través de millones de años se abrió paso para que ciertas moléculas lograran duplicarse dando origen a procesos que hoy llamamos vida? ¿O fue la vida creada por un ser superior (teoría religiosa) o bien llegó procedente dentro de piedras u otros objetos procedentes del espacio y que de alguna forma estas "semillas" encontraron el terreno propicio para duplicarse y generar la vida (teoría de la panspermia)?

 

De una u otra manera, hace unos 4000 millones de años la vida apareció en la Tierra, cuando nuestro Sistema Solar estaba recién nacido y apenas tenía 500 millones de años. Las condiciones químicas y físicas del planeta eran las adecuadas, y la vida se apañó para sobrevivir al Gran Bombardeo de asteroides que asoló la superficie. Otros lugares del Sistema Solar, como Marte, no fueron tan afortunados ya que el agua se evaporó. Pero en nuestro planeta azul la semilla de la vida germinó.

 

Desde ese instante, el Sol ha vivido casi la mitad de su vida, y continentes enteros de la Tierra se han movido, separado y hasta desaparecido de la superficie. Aún así, los científicos saben que en algunos lugares muy concretos hay rocas excepcionalmente antiguas, que esconden en su interior los secretos de formas de vida que vivieron hace miles de millones de años.

 

En un estudio publicado recientemente en la revista Nature Communications, los investigadores han informado del hallazgo de las huellas dejadas por una forma de vida primitiva que vivió hace 3480 millones de años, y que se ha convertido en el ser vivo terrestre más antiguo descubierto nunca. Solo le superan en edad fósiles de formas de vida que vivieron en los océanos primitivos.

 

"Nuestro descubrimiento no solo aumenta la antigüedad de la vida de las aguas termales ("hot springs" en inglés), además indica que la vida estaba presente sobre la superficie terrestre mucho antes de lo que se pensaba, en concreto unos 580 millones de años antes", explicó al sitio ABC de España, Tara Djokic, una estudiante de doctorado en la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia) y primera autora del estudio. De hecho, hasta ahora los restos más antiguos de vida en tierra firme eran los hallados en Sudáfrica, que tienen entre 2700 y 2900 millones de años.

 

La importancia de esto radica en que la hipótesis más aceptada sobre el origen de la vida en la Tierra plantea que los primeros microorganismos se desarrollaron o aparecieron en los océanos, en concreto junto a chimeneas hidrotermales. Pero al encontrar formas de vida tan antiguas sobre tierra firme, gana peso la idea de que quizás fuera allí donde ocurriera antes, en opinión de Djokic. Eso o que aparecieran simultáneamente en ambos lugares.

 

Sitio ancestral para la vida
Los investigadores examinaron depósitos muy antiguos, de cerca de 3500 millones de años de edad, situados en la Formación Dresser, en pleno cratón de Pilbara, uno de los lugares del mundo donde se pueden encontrar las rocas más antiguas. La región se encuentra al noroeste de Australia en el cratón de Pilbara, y junto al cratón africano de Kaapvaal, permite obtener muestras de rocas que pertenecen al eón Arcaico, con una antigüedad de hasta 3600 millones de años.

 

Hasta ahora, se pensaba que esos depósitos se habían formado bajo el agua del océano. Pero al analizar la acumulación de un mineral vinculado con la actividad hidrotermal en la superficie terrestre, la geiserita, los autores concluyeron que estos depósitos estaban emergidos hace 3500 millones de años y que formaban parte de una formación de aguas termales.

 

Aparte de esto, los autores encontraron unas burbujas y texturas en empalizada, formadas por micoorganismos, en el interior de las rocas de este depósito. Estas huellas se encontraron dentro de unos estromatolitos, unas estructuras fósiles que se asemejan a rocas compuestas por la acumulación de múltiples capas al estilo de una cebolla. Estas rocas se forman gracias al crecimiento de comunidades de microorganismos, que van creciendo hacia arriba y apilándose unos sobre otros, y a causa de un proceso de fosilización.

 

"Esto muestra que una diversa variedad de vida existió ligada al agua dulce, en tierra, muy al comienzo de la historia de la Tierra", afirmó Martin Van Kranendonk, coautor del estudio y también investigador en la Universidad de Nueva Gales del Sur.