Humor en primera persona

Miércoles 26 de abril de 2017
La clase de Ronnie Stanford se entremezcla con humoradas.

Las raíces de la comedia en vivo se remontan a finales del siglo XIX, con los primeros monólogos humorísticos que mantenían entretenida a la audiencia en los intervalos teatrales en las salas de Nueva York.
Sí, Estados Unidos fue la cuna del stand up con Charley Case, el primer cómico de vodevil en subir al escenario a monologar sin máscaras ni disfraces. A él le siguieron Bob Hope, Fred Allen y Jack Benny, que en la década del 30 entretenían con discursos desopilantes en sus respectivos programas radiales.
Pero fue en los años 60 cuando la trayectoria standapera norteamericana dio un importante giro. Ahora, los comediantes abrían el abanico hacia temas políticamente incorrectos como el sexo, el racismo y la política. El chiste rápido se retiraba para dar lugar al chiste ácido y la sátira. La intención de los comediantes era avanzar sobre los límites, tal como lo hizo Lenny Bruce.

En Argentina, este tipo de comedia hizo pie hace unos 20 años. Poco después se masificó. Ahora empieza a golpear las puertas en Misiones y parece que llega con todo. Tal es así que, en las últimas horas, dio inició un curso de stand up en Posadas dictado por Ronnie Stanford, que estuvo a sala llena. Gente común totalmente y alejada de las artes escénicas ocupó cada una de las sillas de Chaplin, un bar de Villa Sarita que comenzó a caracterizarse por shows de este tipo donde todos los fines de semana la gente acude para ver las presentaciones de algunos humoristas locales que comienzan a dar sus primeros pasos u otros venidos del Paraguay.
En esta ocasión, la curiosidad fue el principal motor de quienes se acercaron para realizar el curso. Y los orígenes de todos varió. Desde contadores hasta estudiantes universitarios, pasando por empleados públicos y hasta traductores, que como primer paso de superación de la timidez, optaron por dar su nombre pero guardarse el apellido.
“Me encanta el teatro y siempre me gustó hacer reír a la gente porque pasé por muchas cosas malas en mi vida”, contó Germán, un estudiante universitario que llegó a la clase.
En otra parte del salón, Carina, una contadora pública, reveló que despertó interés en ella porque “mi profesión es muy limitada y quiero ver hasta dónde puedo llegar en esto”.
“Es la primera vez que hago un curso así y la idea es aprender a hacer stand up y armar los diálogos”, detalló Cintia, una empleada pública que con cuaderno en mano tomaba nota de cada uno de los tips que tiraba el experimentando Stanford para adentrarse en este mundo. Por su lado, Mariana, quien ejerce como traductora de inglés, contó que le gusta el stand up y que algún día se ve sobre el escenario haciendo comedia.

Un estilo de comedia
El salón estaba lleno. Cuaderno en mano, solos o con amigos, la gente había colmado las expectativas de los organizadores. Los había grandes y chicos. Casados y solteros. Y mientras la ansiedad de los asistentes aumentaba, El Territorio dialogó unos minutos con el comediante Ronnie Stanford, uno de los pioneros en el país en este tipo de humor que causa furor en los bares de las grandes ciudades.
“Es la primera vez que venimos a hacer este curso acá. Va a durar cuatro meses y vamos a trabajar todos los temas que estén relacionados con este estilo de comedia, porque no somos un género teatral, somos un estilo de comedia”.
Stanford recorre el país dictando ese tipo de cursos y en ese marco detalló: “En Argentina el stand up está creciendo, crece como género. Se ha instalado mucho en la gente joven. Era un género muy urbano, muy porteño y hoy gracias a las redes sociales y los programas de televisión o Netflix los jóvenes empiezan a tener mucha curiosidad. Ese es el factor por el que llegan”.
“El puntapié inicial es esto, el curso es el semillero. Los empresarios, los dueños de bares, restaurantes, salas teatrales, casinos, les interesa mucho el humor cuando está bien logrado y planteado. El problema es tener la posibilidad de alimentar ciclos. Para que eso pase hay que empezar a tener un semillero, formar comediantes, hacer pequeñas rutinas y seguir formándose”, continuó el humorista y ejemplificó que “Montevideo fue una plaza que empezó de a poco con Alejandro Angelini, después otros empezamos a seguirlo y llevó cuatro años formar esa plaza con la movida que tiene hoy, que es muy fuerte en Sudamérica. Pero fue un trabajo constante de cursos y shows”.

La clave del éxito
Consultado sobre cuáles son las claves para que este tipo de comedia crezca, Stanford aseguró: “A los cursos no sólo vienen con expectativas de trabajar el género para usarlo sobre el escenario sino que también para usarlo en la vida. El stand up trabaja con el conflicto, es reírnos de las cosas que nos molestan. Siempre es la mirada del comediante respecto a un tema que nos molesta y cuando vos logras reírte de aquellas cosas que te molestan te volvés más grande que tu problema”.
“El stand up no es un género teatral, es un estilo de comedia que se puede hacer en un teatro o en un bar o en un grupo de amigos. Porque justamente no tengo cuarta pared, es la relación comediante-público”, señaló.
Asimismo, apuntó que hacer pie en lo regional de cada lugar es uno de los anclas centrales para que el show tenga éxito. “Acá es el comediante hablando de las cosas que le interesa hablar y dando su mirada con humor trata de caricaturizar las historias para que sean divertidas, tienen que ser historias que valga la pena contar, que sean universales. Yo puedo hablar de mi conflicto con los subtes y quizás acá en Posadas no interesa para nada porque no lo tenés que padecer. Entonces tenés que buscar acá, en lo local, cuáles con las cosas que al habitante de esta ciudad lo conflictúa y, a partir de eso, trabajo. Lo esencial es estar pescando cosas que dice la gente y escribir todo el tiempo”.
Así, el cómico de pie no necesita mucho más que un micrófono, un buen guión y excelentes remates. Es él entregado a un público que ambiciona reírse a carcajadas con cosas que vive todos los días pero que muchas veces las pasa por alto.

Para agendar

Nuevos standaperos.
El curso de stand up tiene una duración de cuatro meses. Los interesados todavía pueden inscribirse al teléfono (0376) 154 209698 o al (011) 156874 5585. El dictado es presencial una vez por semana en calle Roque González 786 de Posadas.