Machu Picchu, el corazón del Imperio Inca

Viernes 14 de octubre de 2016 | 15:00hs.
Imponente. | La ciudadela es una de las postales emblemáticas de Perú.

Por Marina Barreyro

Emplazado en Perú, Machu Picchu es uno de los destinos latinoamericanos de fama mundial. Declarada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1983, y sindicada como una de las nuevas siete maravillas del mundo moderno, la ciudadela peruana que fuera la residencia de descanso del noveno inca Pachacútec, entre el 1438 y 1470, encierra los secretos de una de las civilizaciones más importantes del continente.

 

Visitada por miles de turistas al año, pocos conocen ciertos datos que son de gran utilidad a la hora de planear un viaje al corazón del imperio inca. En principio es importante tener en cuenta que antes de poder apreciar los restos arqueológicos de la ciudad construida sobre la montaña de la que toma su nombre, es menester llegar a Aguas Calientes, el pueblo ubicado al pie del monte.

 

En ese marco, vale saber que la forma más rápida y cómoda de viajar es en tren. Existen dos empresas que ofrecen frecuencias diarias a Aguas Calientes desde Ollantaytambo: PeruRail e Inca Rail. Además es recomendable reservar alojamiento para hacer noche en el poblado, dado que la jornada en Machu Picchu puede resultar agotadora.

 

Otra de las cuestiones claves tiene que ver con el apunamiento que aqueja a un gran número de viajeros, poco acostumbrados a respirar en altura. En ese marco, es importante saber que la ciudad de Cusco, la más grande de la zona a donde llegan todos los turistas provenientes de Lima, se encuentra a 3.400 metros de altura. Si bien algunos viajeros deciden tomar el tren a Machu Picchu apenas llegan a la comuna, es recomendable esperar al menos un día para aclimatarse, comer liviano, y recién salir al día siguiente.

 

En relación a aquellos turistas que deseen realizar el “Camino del Inca”, deben saber que el paseo andino ya no es tan aventurero como hace algunos años. Las reservas para formar parte de una expedición deben hacerse con al menos cuatro meses de anticipación, ya que por cuestiones de seguridad, únicamente 500 personas pueden realizar el trayecto por día. Además hay que tener presente que tampoco se puede ir por cuenta propia: es obligatorio contratar a una agencia de turismo habilitada,y a un guía. La travesía empieza en el poblado de Piscacucho, en el km 82 de la línea férrea Cusco-Quillabamba, y dura cinco días en total. Luego de atravesar una impresionante variedad de altitudes, climas y vestigios arqueológicos, el paseo finaliza con una imponente entrada a Machu Picchu a través de la Puerta del Sol.

 

Para acceder al Parque, existen varias condiciones. En principio, la ciudadela permanece abierta de 6 a 17. Asimismo es conveniente sacar la entrada con anticipación, ya que por estar protegida como Patrimonio de la Humanidad, el número permitido de visitas diarias está limitado a 400 personas por día. Antes de ingresar hay que presentar el pasaporte, y comprar además un ticket de ascenso en bus a Machu Picchu, dado que no hay taxis ni transfers privados que suban.

 

Si lo que se busca es apreciar el verdadero valor del lugar, es conveniente contratar un guía para recorrer el complejo y comprender el significado de cada piedra. Realmente hace la diferencia. Suelen ofrecer sus servicios en la entrada del parque y establecen un precio según la cantidad de personas.

 

Otro punto de gran importancia es que los peruanos cuidan y respetan cada rincón del sitio por lo que ante cualquier tipo de comportamiento indecoroso, los visitantes podrán ser sacados del parque sin miramientos.

 

Además del recorrido por el sitio arqueológico, existe la posibilidad de trepar el Huayna Picchu, la "montaña joven" ubicada frente a la ciudadela. La cumbre tiene 2.667 metros de altura y forma parte del macizo de Salcantay; desde su cima, donde hay más ruinas, se tiene una perspectiva distinta, amplificada, de Machu Picchu, aunque para subirla se requiere un óptimo estado físico. La aventura puede demandar entre 45 y 60 minutos.

 

Por último, a la hora de elegir la mejor época para viajar conviene saber que entre mayo y agosto es la temporada seca y la favorita de los europeos por lo que los precios son más caros. En verano en cambio llueve bastante, pero es la temporada alta de sudamericanos.


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