Las cavernas de Terra Ronca, el nuevo destino para el ecoturismo y la aventura

Miércoles 28 de septiembre de 2016 | 19:54hs.

Por Marcelo Foresti
Ubicado en el estado de Goiás, el Parque Terra Ronca, un área preservada de más de 75.000 hectáreas y con 200 cuevas, es el espacio espeleológico más antiguo de América del Sur y una de las nuevas preferencias de los turistas que eligen Brasil como destino para el ecoturismo y la aventura.

A 400 kilómetros de Brasilia, en el centro-oeste del territorio y dentro de la llamada Ecorregión del Cerrado (espesura, en portugués), Terra Ronca es un destino donde la aventura se mezcla con la fauna y la flora del lugar con un contacto diferente.

Marcando esa diferencia, en contraste con la oferta tradicional brasileña, el parque, extendido entre las ciudades de Santo Domingo y Guaraní, posee cuevas formadas hace más de 620 millones de años que guardan ese tiempo retratado en los pliegues y vueltas de su superficie rocosa, decorada con un sinnúmero de estalactitas y estalagmitas.

Terra Ronca es un ámbito único, donde ríos de aguas cristalinas se esconden en la superficie y cascadas poliformes proporcionan un magnifico equilibrio con el clima seco de la región.

Las cálidas aguas que rodean este espacio de extrema belleza y magnetismo ofrecen al visitante decenas de cataratas y playas a la orilla de los ríos, ideales como un espacio de relax donde se podrá ver y oir, muy de cerca, a las más de 150 especies de aves y casi 50 tipos de mamíferos identificados en la región.

Esta abundante fauna se da por las propias características del clásico ecosistema del cerrado brasileño: clima seco, cavernas ricas en minerales, cataratas y lagos subterráneos, brindan un espacio más que ideal para su supervivencia y reproducción.

Durante todo el año, un considerable número de espeleólogos, turistas de ocio y aventureros, visitan el parque, atraídos por las escenografías naturales, la variedad de especies y su ámbito rural ideal para el ecoturismo y el turismo de aventura.

La región, de clima tropical, tiene una temperatura media de 24,8 grados, en la que predominan las lluvias durante la temporada estival, con una media anual de 1.340 milímetros.

Los diversos atractivos hacen necesaria una estadía no menor a siete días para que puedan ser contemplarlos en su verdadera magnitud; las visitas, en su mayoría, tienen que ser asistidas por guías especializados que pueden ser contratados desde los diferentes alojamientos disponibles.

Dentro del grupo de cuevas, la más destacada es Caverna Angélica, de 14 kilómetros y una de las más extensas del Brasil; exhibe esculturas naturales formadas por grandes estalactitas y estalagmitas; asimismo, el Complejo São Mateus, es uno de los conglomerados cavernosos más grandes de Latinoamérica.

A 50 kilómetros de la ciudad, la Cueva Angélica Bezerra es un extenso catálogo de espeleotemas (formas múltiples minerales derivadas de la filtración de aguas).

El agua, componente indispensable de la decoración arquitectónica del parque, también se hace presente a través de saltos y cascadas.

Óptima para el baño, la Cascada de San Bernardo se caracteriza por sus aguas claras y playas de arena; Gerico, sobre el río Galheiros, es un lugar ideal para la práctica de senderismo.

Se destacan, además, la Cachoeira da Palmeira, con tres descensos consecutivos y la Cascada de Pedra Talhada, que hace gala de su nombre a través de sus piedras y rocas caliza perfectamente talladas.

Completan el circuito del agua el Sumidouro (sumidero), un lugar peculiar donde el río entra en el suelo y vuelve a aparecer a unos 400 metros de distancia; y el lago de São Domingos, embalse artificial que alimenta los rotores de una usina hidroeléctrica.

La elevación más destacada de la región es el Pico do Moleque, cercano a la ciudad, que ofrece a quien lo suba una vista única del área noreste del estado de Goiás.

De los poblados próximos al parque, São Domingos, típico pueblo del interior brasileño, es el más urbanizado; si bien no existen allí resorts ni hoteles de lujo, su infraestuctura turística es completa: sus tres establecimientos registrados (los hoteles Uirapuru y Araujo -de 100 cuartos-, más la Pousada do Girasol) ofrecen alrededor de 130 habitaciones, con una capacidad promedio de casi 400 plazas.

Sin embargo, los lugares óptimos para alojarse o acampar son los hospedajes próximos a las cuevas de Terra Ronca, (Pousada do Osmar y Terra Ronca) y la cueva de São Mateus, en las posada São Mateus (departamentos para hasta seis personas), Estação Lunar (40 plazas en departamentos y cuartos simples más piscina) y Cunhantã (cabañas de material y página de facebook para contacto), en el paraje São João.

Un dato a tener en cuenta sobre los hospedajes en general, es que no integran el circuito de oferta online, por lo que las reservas deben ser manejadas por correo electrónico o telefónicamente; los ubicados en São João, en particular, no cuentan con la mayoría de los servicios que se dispone en las grandes ciudades, como internet, restaurantes, tiendas, bancos, ni cajeros.

Desde Argentina, el trayecto vía aérea puede ser hacia Brasilia o hacia Goiania, la capital del estado; la primera opción no cuenta con servicio de transporte público, por lo que habrá que alquilar un automóvil para recorrer los 450 kilómetros entre la capital brasileña y São Domingos; desde Goiania, dos líneas de transporte público de pasajeros cubren el trayecto de 640 kilómetros hacia el destino.

 

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