Declararán hoy en la causa los acusados por el homicidio de Girula

Jueves 24 de julio de 2014 | 08:15hs.
Notificados. | Los once detenidos fueron trasladados bajo una fuerte custodia por la División Homicidios de la Policía. | Foto: Sixto Fariña

Los policías detenidos por el asesinato de Carlos Raúl Guirula se presentaron ayer ante el juez Marcelo Cardozo, donde fueron notificados de la causa por la que están imputados y además designaron a sus abogados defensores.


Si bien estaba previsto que ocurra a media mañana, los sospechosos comenzaron a llegar al filo del mediodía, de a uno y en autos con vidrios polarizados, fuertemente custodiados por los efectivos de la División Homicidios de la Policía de Misiones.

El ingreso de los acusados a los estrados del Juzgado de Instrucción Uno fue por el acceso posterior, sobre calle Buenos Aires, y en todo momento los encargados de sus traslados intentaron evadir a los fotógrafos que desde tempranas horas hicieron guardia en el lugar.


De los once policías detenidos, nueve están acusados oficialmente del delito de homicidio calificado por la golpiza letal que sufrió Guirula y dos son investigados por el supuesto encubrimiento, que los pesquisas tratan de sostener en base a las pruebas.


Hasta el momento, la mas comprometida sigue siendo la única oficial mujer involucrada, puesto que entre sus ropas estaba escondido el teléfono celular robado a la víctima cuando fue ultimado frente a un motel posadeño, prueba más que suficiente para vincularla directamente con el hecho.


La uniformada llegó hasta la sede judicial esposada y con el rostro cubierto, para notificarse de la acusación al igual que sus camaradas. Todos se mantuvieron en silencio y estuvieron alrededor de 20 minutos en el interior.


Está previsto que hoy se inicie la ronda de declaraciones a cada efectivo de manera individual; la primera en testimoniar sería la oficial señalada como quien se habría ensañado durante el operativo policial que derivó en el homicidio calificado con alevosía.


Desde ayer se liberó la orden de mantenerlos incomunicados, aunque permanecen detenidos en sus respectivos lugares de reclusión. La indagatoria se iniciará a las 9, en la misma sede, por calle Santa Fe al 1630.

Notificados
Pese al hermetismo que rodea al caso y a la protección policial para con los sospechosos, trascendió en la víspera las identidades de los once policías detenidos en el marco de la investigación del asesinato del albañil oriundo de San Isidro.


Nueve de ellos fueron arrestados el mismo día del hecho -sábado a la madrugada-, horas después de confirmarse que Guirula dejó de existir a causa de la golpiza que recibió por parte de los efectivos; y los dos restantes en horas posteriores, bajo sospecha de encubrimiento.


De todos los policías arrestados, tres prestaban servicios en la Comisaría Decimotercera del barrio Guazupí y son la oficial Lourdes Beatriz T., el sargento primero Claudio Marcelo S. y el agente Carlos D. S.


Los seis restantes son uniformados del Comando Radioeléctrico Uno: el oficial subayudante Carlos Alberto S.; los cabos primero Lucas Nahuel S., Sergio Damián R. y Ricardo E.; además de los agentes Jorge Marcelo B. y Jorge Orlando B.


Los dos arrestados por encubrimiento también prestan servicios en la comisaría del barrio Guazupí y uno de ellos es el oficial Javier O., quien estaba de servicio el día del crimen pero no integró la patrulla que detuvo a la víctima, y el suboficial mayor José V.


El abogado de la familia de la víctima, Alberto Villaneda, se entrevistó en las últimas horas con los amigos con quienes Guirula concurrió al motel y ambos contaron con detalles cómo ocurrieron las cosas esa fatídica madrugada, versión que reiterarán cuando sean citados a declarar.


También se supo que solamente uno de los detenidos designó a un defensor oficial, en tanto que los diez restantes contrataron abogados particulares para que ejerzan sus defensas.



“Un trabajador incansable”
Guirula fue ultimado a golpes el sábado por la madrugada luego de que lo demoraran en un motel de Andresito y Santa Catalina. Según el expediente, se había negado a pagar 104 pesos por una bebida consumida y eso motivó la intervención de los uniformados, quienes le habrían propinado una golpiza en la vereda del lugar.


El hombre se resistió a la detención, por lo que se desató la tunda de patadas y golpes de puño que le provocaron la pérdida de conocimiento y la muerte en pocos segundos, por la presión del tórax y la rotura de las costillas que le perforaron los pulmones, según se desprende del informe forense luego de la autopsia.


Se presume que rápidamente los uniformados subieron el cuerpo a la caja de la Toyota Hilux de la Decimotercera y se dirigieron acompañados por otros tres móviles del Comando Radioeléctrico hasta la comisaría.


En el patio de la dependencia bajaron el cadáver, lo arrastraron hasta una canilla y hasta lo mojaron para limpiarle la cara y otras partes ensangrentadas del cuerpo. También lavaron la caja del móvil y dejaron al albañil debajo del rodado.


Recién una hora después fueron avisadas las autoridades judiciales del hecho y cuando se presentaron en la dependencia les notificaron que Guirula había muerto de un infarto en el trayecto entre el lugar donde fue detenido y la sede policial, versión que fue descartada luego de la autopsia.


En ese contexto, queda claro para la Justicia que los uniformados no sólo lo mataron, sino que intentaron llevar adelante un plan para ocultar el homicidio y lo que se intenta ahora es determinar que nivel de responsabilidad que le cabe a cada uno de los sospechosos.


Mientras avanza la investigación, el caso sigue generando repercusiones por la brutalidad policial y en el barrio donde vivía Guirula, los vecinos salieron a pedir justicia, aunque a la par se mostraron confiados en que el juez de la causa condene a los responsables.


“Desmentimos las versiones que corrieron sobre que Carlos era un borrachín, vago y hasta violento con su familia. Era un trabajador incansable, que no se metía con nadie y por eso nos indigna que a un vecino tan bueno lo maten como lo hicieron y peor aún que lo hicieron quienes deben protegernos”, manifestó Francisca Segovia.


En ese sentido concordó con otros vecinos y reiteró que “no tenemos ninguna queja de él, era un excelente ciudadano y nunca nos enteramos que tuvo algún problema, por eso pedimos que se haga justicia, que no quede impune un hecho tan macabro y sin precedentes en Posadas”.


Guirula estaba casado y tenía cuatro hijos. Sus vecinos se organizaron para ayudarla en la economía del hogar.

Nota sacada de la edición impresa Diario "El Territorio"