Comprar una estufa nueva sale 35% más que el año pasado

Los comerciantes se refieren a las estufas como productos en extremo “estacionales” porque la mayoría de los consumidores esperan a que llegue el frío para salir a comprarlas. Eso es exactamente lo que sucedió en los últimos días, ni bien el termómetro bajó hasta marcas de una sola cifra. La “temporada” de calefactores arrancó antes de tiempo y los negocios recibieron a la gente con sus nuevos precios, que se movieron al ritmo de una alta inflación.

“En 2015 la demanda se había activado recién en mayo, pero este año el frío llegó un mes antes y la gente no tardó en salir a buscar equipos. Desde que bajó la temperatura, tanto en nuestra web como en los salones, las consultas sobre calefactores se duplicaron con respecto a las que teníamos hace un año”, contó al diario Clarín Alejandro Taszma, el director comercial de la cadena Frávega en la provincia de Buenos Aires.

Entre los eléctricos, los caloventores y las estufas halógenas lideran el ranking de lo más buscado, según comentó, y están seguidas por los paneles eléctricos o convectores de vidrio. “Vemos año tras año un mayor interés por los paneles con diseño. Pareciera que, de a poco, la estufa pasa a ser parte de la decoración del hogar”, remarcó.

La otra tendencia en alza en los negocios desde que subieron las tarifas es que la gente consulta mucho más por el gasto energético de los aparatos, en especial al adquirir aires acondicionados. “Antes casi nadie lo tenía en cuenta”, afirmó otra fuente del sector.

¿Cuánto subieron los valores? Tras relevar en las principales cadenas los precios de 18 calefactores a gas y otras 18 opciones eléctricas, Clarín verificó que están en promedio un 35% más caros que el año pasado. Aunque en estufas a gas sin salida al exterior y radiadores, las categorías más afectadas, el promedio quedó por encima del 40%.

Con los nuevos valores, las estufas de tiro balanceado de 3.000 calorías parten ahora de los $ 2.500, aunque las versiones con termostato, encendido mejorado y aromatizador pueden superar los $ 7.000. Las tradicionales estufas de cuarzo pasaron a rondar los $ 400. Y los caloventores comunes quedaron en un rango entre los $ 400 y los $ 700.