En el ex basural piden frenar con la constante migración extranjera

Sábado 18 de abril de 2015 | 07:06hs.
Al borde de la ex cantera. | Los vecinos en constante riesgo y falta de recursos. | Foto: MP

El proceso de urbanización de la chacra 145 de la ciudad de Posadas es, desde la semana que se termina, un hecho concreto en el cual ya se está emparejando el terreno en donde se construirán las futuras viviendas y el nuevo barrio, el cual hace más de 30 años era el basural de la ciudad, en la costa del arroyo Mártires.

 

Al censo concretado hace tres años por el municipio posadeño, ahora se realiza un relevamiento en el que participan organizaciones sociales, la comisión vecinal y militantes para hacer el trabajo completo del asentamiento y futuro barrio, casa por casa.

 

Es que la chacra 145 es uno de los poblados irregulares entre los 100 que fueron seleccionados en todo el país y en el que intervendrá la Secretaría Nacional de Acceso al Hábitat (SNAH), a través del programa de urbanización y regularización de barrio Padre Carlos Mugica.

 

“El censo de hace unos años atrás arrojó 342 familias, pero es real que hay más, creemos que podemos estar superando las 360, es así, siempre van entrando más gente y la mayoría de ellos son extranjeros, es una problemática que fue creciendo en los últimos años”, dijo Francisca Benítez, la presidenta del barrio ubicado entre las avenidas Chacabuco, Eva Perón, Martín Fierro y acceso Oeste, en jurisdicción de la delegación de Santa Rita.

 

Ayer, en pleno trabajo de organización para continuar con el trabajo de relevamiento de datos, se explicó desde quienes forman parte del programa nacional, que se realizarán “obras de red eléctrica, pavimento, empedrado, cordón cuneta y desagües pluviales, en rellenos, en inmediaciones de lugares que estaban contaminados por distintos motivos”.

 

Y así, de acuerdo a las necesidades urgentes detectadas, irán desembarcando en el barrio los distintos programas direccionados a la atención específica de cada caso, siempre con el financiamiento y recursos de la Nación.

 

Los diversos males
El asentamiento sobre lo que durante las décadas del 70 y 80 del pasado siglo era nada menos que el basural a cielo abierto, en los últimos cinco años atravesó por distintas etapas hasta llegar finalmente a la concreción real de los trabajos de urbanización.

 

Pero siempre fue traumático y con los escenarios propios en donde abundan las necesidades urgentes y la carencia expuesta de manera casi irreversible en las precarias viviendas de madera, techo de cartón y pisos de tierra.

 

“Durante muchos años esto era un basural, no teníamos agua, ni luz, vivíamos rodeados de alimañas y todavía estamos en condiciones de mucha necesidad”, aseguró la presidenta del barrio Francisca Benítez.

 

La propia Francisca lamentó que entre quienes viven en el barrio se dieron casos de trata de personas y que “otro flagelo es la droga, no podemos ocultar eso, por eso es que importante este paso, este proceso que tendrá en cuenta a quienes fueron censados hace años atrás y especialmente a quienes viven desde hace más de 20 años acá”, especificó quien está a cargo de la comisión vecinal.

 

La también integrante de la comisión barrial, Noemí Bordigoni, mientras cumplía con el lento proceso de obtención de datos de cada uno de los integrantes de cada una de las familias, aseguró a El Territorio que “la mayoría de las personas que compran terrenos o se acomodan en otros lugares, son paraguayos, extranjeros, vienen con sus familias y anotan a sus hijos en la provincia y luego, como saben que acá se está urbanizando, creen que podrán ser los beneficiarios”.

 

La presidenta Benítez también afirmó que en los últimos años la situación del barrio se salió de control y “ahora hasta tuvimos que pedir policías en zona de obras porque se están metiendo también ahí”, se lamentó, aunque coincidió en apuntar que “las necesidades que hay en todas partes se nota mucho acá, es parte de lo que ocurre”.

 

En el barrio abundan las casas en estado de precariedad absoluta, a punto de caerse, separadas apenas entre pasadizos, alambrados rotos y siempre en condiciones de constante humedad y con restos de basura domiciliaria esparcidos por doquier.

 

Las carencias de quienes viven allí quedaron más en evidencia desde que se construyó el acceso Oeste y la costanera sobre el arroyo Mártires, que también creció en su cauce, desde el llenado del embalse a cota definitiva.