Exhuman cuerpo de changarín por sospecha de mala praxis

Viernes 21 de noviembre de 2014 | 08:04hs.
Allanado. | Por orden judicial se secuestró el historial clínico de Bogado en el hospital de Puerto Iguazú.

Por orden del juez de Instrucción Penal Tres, Juan Pablo Fernández Rissi, se exhumó el cadáver de Oscar Bogado de 35 años y se envió a la morgue de Posadas para ser analizado y se determinen las posibles causales del deceso, denunciado como un presunto caso de mala praxis.


Efectivos dependientes de la Unidad Regional V, concretaron durante la tarde del miércoles un procedimiento en el que se secuestró en el Hospital Samic de Iguazú el historial clínico de los días en que Bogado ingresó al centro de salud con una presunta infección dental, presuntamente fue revisado y medicado y recibió el alta médica.


A los pocos días debió regresar de urgencia, su estado empeoró y dejó de existir a principios de noviembre. Familiares conmocionados recibieron el cuerpo con el acta de defunción, velaron a Bogado y lo enterraron. Al sospechar irregularidades recurrieron a la Justicia.


Los oficiales de la Comisaría Segunda de Puerto Iguazú, secuestraron la historia clínica y otras documentaciones relacionadas a Bogado. Con este material en mano, Rissi amplió las medidas y ordenó la exhumación, que se concretó a als 6 de la mañana de ayer. El cuerpo fue enviado a la morgue de Posadas, donde permanecerá refrigerado por al menos 48 horas, necesarias para poder realizarse la autopsia.


La pericia podría concretarse mañana, por lo que el informe verbal y preliminar no llegaría a Rissi antes del domingo.
Bogado realizaba diversas changas para ganarse el sustento diario.


De acuerdo a lo establecido hasta el momento por los procedimientos y testimonios recogidos, su muerte no habría quedado aclarada ni asentada como es debido en los documentos correspondientes.


Se sospecha de una mala administración del servicio de salud, ya que Bogado ingresó por una posible infección bucal, que no habría sido estudiada como se esperaba.


Otra duda radica en la posible eficacia en la observación al paciente, quien no quedó internado como el cuadro lo habría requerido. A los pocos días retornó con un cuadro desesperante de fiebre y dolor y los tratamientos resultaron insuficientes o fuera de término.