Reclaman que destacamento vacío funciona como aguantadero

Lunes 26 de enero de 2015 | 06:55hs.
Más seguridad. | Evidencian la necesidad de contar con presencia policial. | Foto: Daniel Villamea

Hartos de la inseguridad que los aqueja a diario, vecinos del barrio Caballeriza de Oberá reclamaron la inmediata apertura del destacamento policial situado sobre calle Río Dulce, cuyo predio se encuentra en desuso e invadido de maleza.

 

Dicha dependencia fue promovida a través de una ordenanza municipal sancionada en 2013, la comuna construyó el local y las autoridades de la Unidad Regional II de Policía se comprometieron a designar personal de guardia las 24 horas.

 

Pero pasaron los meses y todo quedó en promesas, al punto que los habitantes del barrio temen que el destacamento sea usurpado. Incluso, manifestaron que ante el abandono actual el lugar oficia como “aguantadero” de delincuentes.

 

“Cada vez hay más robos en Caballeriza, los chorros hacen lo que quieren y la Policía mira para otro lado. Nos cansamos de hacer notas y reuniones con las autoridades, hasta que la Municipalidad se decidió y construyó el destacamento, pero ahora la Policía no designa personal y estamos peor que antes”, lamentó Ignacio Arruda, vecino de calle Serrano.

 

Recordó que en mayo del 2013 el Concejo Deliberante obereño aprobó la Ordenanza 2169 que impulsa la creación de “Guardias Barriales” en los sectores más conflictivos de esta localidad, entre ellos el barrio Caballeriza.

 

“Pasó más de un año y medio hasta que consiguieron el terreno y construyeron el puesto, aunque ahora es un criadero de ratas y víboras porque nunca mandaron un policía”, agregó.

 

El vecino lamentó que “cada vez los delincuentes son más chicos y la droga está haciendo estragos en el barrio, ese es un problema que se está profundizando”.

 

Indicó que la Seccional Tercera tiene jurisdicción sobre la zona, aunque dicha dependencia está ubicada en el otro extremo de la ciudad, en Villa Svea, y dispone de un solo móvil para atender la creciente demanda diaria.

 

“El jefe de la Policía Comunitaria reconoció que les falta móviles y personal, pero en realidad distribuyen mal los recursos, porque en vez de tener cinco personas de guardia en la comisaría podrían mandar uno al barrio para que haga prevención”, opinó.