Brasileño al banquillo por la violación y crimen de Luz Ramos

Martes 3 de mayo de 2016 | 10:01hs.
La Policía recolectando pruebas en la casa del único imputado. | Foto: miguel Mendieta

Durante la jornada de ayer, lunes, se conoció la noticia de la elevación a juicio de la causa por la violación y homicidio de la estudiante Luz Natalia Ramos de 12 años, ocurrida el 22 de abril de 2015 en la localidad de 9 de Julio. En el expediente que instruye el Juzgado de Instrucción Penal Uno de esta ciudad, se encuentra procesado con prisión preventiva Antonio Moza de 59, un brasileño que vivía a pocos metros de la vivienda de la menor y que ante las preguntas de los uniformados terminó confesando haber ahorcado a la víctima, luego de interceptarla a la salida de la escuela.

 

De esta manera, se dio por cerrada la etapa de apelaciones y ahora el implicado deberá afrontar los cargos por “abuso sexual con acceso carnal y homicidio agravado criminis causae en concurso real” en un debate oral, cuya fecha todavía no se confirmó, ya que está sujeta a la agenda que lleva adelante el Tribunal Penal de Eldorado.

 

Con respecto a esta causa, a mediados de enero de este año, José Ramos se mostró más que molesto ante la posibilidad de que el imputado pueda firmar un juicio abreviado y de esta manera reducir años su condena. Por ello, y en nombre de toda su familia, sostuvo que no bajará los brazos hasta lograr que el acusado reciba la pena que se merece.

 

"Queremos cadena perpetua para este hombre. Así no va a salir más de la cárcel”, dijo el hombre en aquella oportunidad.
Natalia Luz había desaparecido durante la tarde del miércoles 21 de abril del año pasado, luego de salir de clases en la Escuela 171.

 

Según pudo reconstruir la Policía, fue vista por última vez antes de entrar al sendero que conducía hasta su humilde morada en la localidad de 9 de Julio.

 

Su mamá la esperó por varias horas y al ver que no regresaba decidió ir junto a sus otros hijos a la comisaría local para alertar de la situación a los uniformados.

 

Inmediatamente, se desplegaron varios operativos de búsqueda en donde participaron una docena de efectivos policiales. El primer indicio de que algo grave ocurrió apareció a las 23, cuando los policías encontraron en una zona boscosa un abrigo de la nena con manchas de barro.

 

La búsqueda se intensificó y el fatal desenlace se confirmó poco más de una hora después, cuando uno de los hermanos de la estudiante, que se había sumado al rastrillaje, se topó con el cuerpo sin vida, a un costado del citado camino vecinal.
Horas después la Policía detuvo al principal sospechoso, quien terminó confesando el macabro hecho.