Una noche de chistes, chalchaleros y galardones junto al Paraná

Domingo 23 de noviembre de 2014 | 13:14hs.
Festival

Apenas el sol se escondía en el ocaso, se encendió la llama de la tercera antorcha litoraleña. El encargado de dar el puntapié inicial fue José Magallanes,  ganador del Prefestival Sede Misiones, quien se presentó junto a Tabacal Y Yerbal.

 

Mientras las gradas del anfiteatro comenzaban a poblarse lentamente, llegó el turno de Selva María, seguida por los Tres del Rio y Paola Cardozo.

 

La emoción se apoderó del ambiente cuando irrumpió en el escenario el maestro Ricardo Ojeda. El talento se convirtió en reconocimiento y el virtuoso creador de la Cantata al General Indio, volvió a ser ovacionado de pie por segunda vez en la 45 edición del Festival del Litoral.

 

La noche del viernes, el Ballet oficial a cargo de Luis Marinoni había rendido tributo al bandoneonista, con una puesta en escena que incluyó más  de 60 bailarines, denominada “Escalas mayores del solemne fuelle”.

 

Los Hermanos Brítez y Juan Carlos Jenssen aportaron color y alegría al evento litoraleño que reservó un lugar para resaltar la música de la comunidad mbýa guaraní de la mano de Karoso Zuetta y Nerina Bader.

 

Mientras aún sonaban los sonidos de la comunidad guaraní entró en escena el dúo chaqueño Tonolec, creadores del folclore étnico electrónico. Charo y fueron ovacionados de pie cuando presentaron junto a Zuetta y Bader, su particular  versión de “El Cosechero”, ante la atenta mirada de Ramón Ayala.

 

Luego llegó el momento destinado al humor a cargo del gran comediante Luis Landriscina. Apenas irrumpió en el escenario, el humorista oriundo de Chaco fue galardonado con el Mensú de Oro, el mayor premio que marca la consagración del artista en el Festival del Litoral.

 

Sobre el escenario, y a pesar de presentar problemas de salud, el gran Landriscina cosechó carcajadas por doquier durante más de una hora.

 

Aún sorprendido por el reconocimiento, el contador de cuentos fue despedido de pie por el público local que no cesó de mostrarle respeto y admiración a lo largo del show. Histriónico, Landriscina recordó su paso por Misiones, 50 años atrás.

Los Menchos del Chamamé tuvieron el honor de cerrar la velada que mantuvo cautivo al público hasta las 4.30 de la mañana.

 

La espera valió la pena, dado que los  músicos transformaron el evento en una verdadera fiesta en la que invitaron al público a bailar al escenario.

La gente respondió y durante 40 minutos las parejas se contonearon al ritmo del chamamé.

 

Con su actuación, la agrupación local demostró que se ganó un espacio privilegiado en el escenario Alcibíades Alarcón, y en el corazón de los espectadores que bailaron al compás de sus canciones hasta el amanecer