Cartonea para poder comprarle una silla de ruedas a su mamá

Domingo 24 de mayo de 2015 | 08:28hs.
El único ingreso de la familia es una pensión de Pami. | Foto: Carolina Ozuna Schumann

Apenas sale el sol, Daniel Zanabria (56), vecino del barrio Los Lapachitos de la ciudad de Posadas, agarra su bicicleta amarrada a un carro de alambre, donde apila los cartones que junta en la calle para ahorrar dinero y comprarle una silla de ruedas a su madre, Luciana Zanabria (76), quien tras recibir el diagnóstico de artritis sufre serias dificultades para caminar.

 

El hombre, que hace dos años dejó Buenos Aires para ayudar a su mamá y mejorar su calidad de vida, relató que “todo lo que hago es por mi madre, ella hace poco tuvo una operación en la rodilla derecha. Usaba muletas, pero ahora ya no puede caminar más, necesita mucho la silla de ruedas”.

 

El amor que siente hacia su mamá es grande. Cada mañana, Daniel se coloca sus zapatillas algo gastadas de tanto caminar por la ciudad y sale a pelear a la vida. Lo hace sin importar el frío, la lluvia o los rayos del sol. El hombre que viste una gorra blanca, camisa celeste y jeans, cotidianamente hace en promedio 25 kilómetros de distancia. Tiene un recorrido fijo, que se extiende desde la zona de la Terminal de Ómnibus hasta el casco céntrico.

 

“En ese trayecto puedo llegar a juntar los cartones que necesito para vivir y con la plata que me queda ahorrar para la silla”, expresó. El único sustento estable que posee la familia es una pensión del Pami, que tiene la madre.

 

“Esa plata nos ayuda a pagar los remedios y el alquiler. Después que se operó, los médicos le dijeron que se tenía que mudar del barrio, porque había mucha humedad y le hacía mal a los huesos. Ahora, ella vive en una pieza en Los Paraísos. Una sobrina y mi hijo la cuidan, yo siempre que puedo voy a verla. Necesitamos la silla, porque no se puede mover”, señaló Zanabria preocupado.

 

Dejó todo por su madre
Con el único objetivo de ayudar a su mamá, Daniel dejó su vida en Buenos Aires y se vino a vivir a Misiones para cuidarla. El egoísmo no ganó su corazón,“ella me llamó y me contó cómo estaba y me vine. Fue justo cuando empezó a sufrir los dolores de artritis y a mí también me habían ofrecido un trabajo acá - hizo referencia a Posadas- que al final no se concretó”, indicó.

 

Al tener que costear los gastos de la enfermedad y estar desempleado, empezó a pedir trabajo en empresas de construcción, carpinterías y herrerías.

 

“No te dan trabajo en ningún lado y si te dan no son fijos, te contratan y te largan, porque son changas que uno hace. Viste como es...”, lamentó el hombre quien trabajó en una empresa de seguridad privada en Buenos Aires.

 

Sueña con trabajar de soldador
En una de las veredas de la avenida Santa Cruz casi Santa Catalina, Zanabria compartió uno de sus sueños. “Si la vida me diera la oportunidad de pedirle algo, le pediría trabajar en herrería. Sé de máquinas y de soldaduras, mucho tiempo trabajé en ese rubro, espero algún día volver al taller. Eso es lo mío”, dijo mientras se recostaba por su bicicleta.

 

En esa postura expresó: “Como te decía, ser cartonero no es fácil, uno hace esto porque no te queda otra”. Sin desviar la atención de su madre, el hombre volvió hablar de ella, “es una persona grande y se le hace muy difícil moverse, más si tiene que caminar, ya pedimos en el Ministerio de Salud Pública y nos ayudaron, pero todavía no consiguieron la silla”, sostuvo Zanabria, quien con el transcurrir de los minutos comenzaba a inquietarse.

 

“Me tengo que ir, todavía me quedan muchas cuadras para andar”; con esas palabras se despidió dirigiéndose hacia la zona céntrica. Se fue pedaleando lento y con la esperanza de que pronto su madre esté mejor. El hombre se ofreció para trabajar en panificadoras, pinturerías u obras de construcción.

 

Quienes deseen colaborar pueden comunicarse al teléfono de la madre de Zanabria, que es 376-154-281159.