Paraguay: Hallan tesoros arqueológicos en ruinas de un misión jesuítica

Sábado 2 de febrero de 2013 | 15:44hs.
Santa María de la Fe. | Los habitantes están interesados en continuar con las búsquedas arqueológicas y rescatar la historia.

Las baldosas, cuadradas y octogonales, fueron encontradas por casualidad, enterradas a 1,30 metros de profundidad, en Santa María de Fe, a unos 250 km al sureste de Asunción, mientras unos obreros cavaban un pozo detrás de la iglesia principal, cuyo edificio original fue destruido por un incendio en 1889 y terminó de derrumbarse en 1910.

"Sabemos que bajo tierra, sobre todo en la manzana que ocupa la actual Iglesia, hay muchísimo por descubrir. Los indicios son esos pisos intactos hallados hace unas dos semanas, que estaban sepultados", dijo a la AFP la investigadora inglesa Margaret Hebblethwaite, miembro del Consejo de conservación de Patrimonio de la comuna de Santa María de Fe.


El coordinador del Consejo, el educador Isabelino Martínez, dijo que con apoyo del cura párroco Hugo Maidana, la comunidad local está resuelta a buscar los tesoros jesuitas sepultados por el tiempo.

"Queremos construir un edificio para albergar las piezas, que estamos seguros que son numerosas, que están bajo tierra. Es fundamental contratar uno o dos arqueólogos extranjeros para iniciar los trabajos con rigor científico. Queremos hacerlo todo con total transparencia", señaló a la AFP.

La historia de esta misión jesuítica, fundada en 1647 por la Compañía de Jesús con el fin de evangelizar a los nativos, fue lo que llevó a Hebblethwaite, una periodista y escritora londinense, a instalarse hace varios años en el pueblo, que se erige sobre un rico sitio patrimonial en el departamento de Misiones.

Santa María de Fe sobrevivió incluso a los ataques de los bandeirantes que a sangre y fuego cazaban indios para transportarlos como esclavos a Sao Paulo.

Sus profundas huellas del legado indígena con sello jesuita se encuentran sepultadas y, según Hebblethwaite, es necesario desenterrar el enigma.

"Puede haber muchas cosas, pero el mayor tesoro es descubrir las formas de la Iglesia, la locación del colegio, el cementerio, los talleres y dormitorios. Uno no se puede imaginar qué más puede haber abajo, si más esculturas, piezas, platería, de todo", dijo.

Las misiones o reducciones jesuíticas llegaron a reunir en los siglos XVII y XVIII a unos 150.000 nativos, muchos de ellos entrenados para convertirse en magníficos escultores, pintores, orfebres, músicos, arquitectos o ingenieros.

Fuente:Terra