Buscan al locutor Carlos Carvallo por presuntos delitos de lesa humanidad

Domingo 23 de noviembre de 2014 | 08:00hs.

Un juez federal de Entre Ríos solicitó la detención del periodista Carlos Carvallo, renombrado locutor de Misiones, por presuntos vínculos con la última dictadura.
La detención de Carvallo fue ordenada por el juez federal de Paraná, Leandro Ríos, el lunes pasado, por su presunta participación como oficial de Policía en grupos de tareas que se desempeñaban en esa localidad para la detención ilegal y tortura de personas. Pero también es buscado en la investigación de un homicidio durante el mismo período.
El periodista dejó inesperadamente sus lugares de trabajo el martes y desde entonces no hubo contacto alguno con sus compañeros de FM Show, Radio Sur y Cadena Del Sol (donde trabajó hasta el 2005), como tampoco con alguna autoridad policial o de Justicia.

El exhorto que ordenaba la captura de Carvallo fue recibido en Posadas por la jueza federal de Oberá, María Verónica Skanata, subrogante de Ramón Claudio Chávez. La Interpol también fue comunicada por el paradero de Carvallo.
Durante la noche del viernes, en Garupá, la Gendarmería realizó dos procedimientos sin resultado favorable para dar con el profugado. Un allanamiento se habría concretado en la vivienda del sospechoso y el restante en una librería.
El magistrado, que tiene a su cargo varias causas por delitos de lesa humanidad, investiga el grado de participación que habría ejecutado el periodista en operativos de detención desde marzo a fines de 1976, principalmente en la capital entrerriana.
Carlos Carvallo figura en un listado del Batallón 601 como “Agente de Reunión” y “personal de civil de Inteligencia que prestó servicios entre 1976 y 1983”. En el documento del Archivo Nacional de la Memoria figura con el nombre de Carlos Luis Gómez Carvallo y se indica que dependía de Santa Fe.
Pero también habría sido policía en Entre Ríos. Sin embargo, en el Ministerio de Derechos Humanos de Misiones, recibieron información de que podría haberse desempeñado como informante militar en Oberá en 1979.
Esta versión por el momento, y por fuentes confiables consultadas por El Territorio, sería endeble y podría surgir de una confusión.
Por el contrario, en la nómina de personal civil del Batallón de Inteligencia, Carvallo figura en el orden 2034 de la Foja 38, correspondiente al Área 212, Destacamento de Inteligencia 122, con jurisdicción en la provincia de Santa Fe.
El juez federal de Entre Ríos instruye en la causa de lesa humanidad Área Paraná, en la que se investigan los secuestros de 52 personas y la desaparición de otras cinco.
El ex detenido político, Manuel Ramat, delegado de ATE, fue uno de los primeros testimonios en el debate en Paraná y apuntó al locutor como uno de sus victimarios.
Ayer en diversas declaraciones radiales explicó: “Él (por Carvallo) se presentó como oficial. Estaba a cargo de un grupo de tareas, y participó y dirigió activamente las torturas que recibí (...) Todo el tiempo me decía que se había preparado un año para esto. Que respondía órdenes. Fueron entre 45 y 50 días. Fue muy difícil para mí, pero lo cuento porque es una deuda pendiente hacia los que estuvimos ahí, y hacia los que ya no están”.
También manifestó que “Carvallo era oficial de investigaciones de la Policía de Entre Ríos. Primero fueron a la casa de mis padres. Él estaba a cargo de un grupo y se presentó como el oficial Carvallo. El 25 de septiembre del 76 en la calle me subieron a un auto y me llevaron a un centro clandestino que estaba atrás de la base aérea y Carvallo estaba ahí. Después de una sesión de tortura, el 30 de septiembre me llevaron a Santa Fe, Carvallo junto a otro hombre de civil. En un lugar que se llama Colastiné Sur me metieron en el baúl de un automóvil, dieron vueltas y me llevaron al centro clandestino que identifiqué como la vieja comisaría de El Brete, en las afueras de Paraná”.
“Carvallo participó de esas sesiones de tortura. Él se hacía conocer, y comentaba que estaban recibiendo instrucciones militares para interrogatorios y tortura desde principios de 1975. Yo estuve encapuchado pero a partir de la voz lo identificaba de cuando había ido a casa de mis padres y se presentó como el oficial Carvallo”.
“Se jactaba de su participación en distintos hechos. Yo estaba en una celda solo, pero había intenso movimiento durante todo el día y sobre todo a la noche. Los mismos vecinos veían el movimiento y lo denunciaron”.

Teléfono
Entre las modalidades de tormentos, Ramat aseguró que fue sometido a picana eléctrica; golpes en los oídos, “lo llamaban Teléfono”, y tortura psicológica. “Cuando me anunciaron que me trasladaban a otro lugar, me pusieron una pistola en la cabeza y simularon un fusilamiento. Lo hacían con nosotros y con mujeres. A muchísimas personas torturaron y hacían que escuchemos a los otros de los detenidos mientras los torturaban”.


De acuerdo a Ramat, “Carvallo era uno de los interrogadores”
POSADAS. De acuerdo a lo publicado por El Diario de Paraná, desde que se inició el juicio en octubre, el delegado sindical Manuel Ramat fue víctima de atroces sesiones de tortura desde su detención en septiembre de 1976, en las que sospecha habría participado Carvallo.
Los padecimientos que contó Ramat ocurrieron en Paraná, a quince minutos de la céntrica Plaza 1° de Mayo, y se ventilan en el juicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura.
Ramat fue privado ilegalmente de la libertad el 30 de septiembre de 1976, aunque ya en los meses anteriores habría sufrido persecuciones por parte de la Dirección Investigaciones de la Policía de Entre Ríos e inclusive cinco días antes había sido detenido y liberado, previo interrogatorio de un día en “un lugar muy cerca de la Base Aérea, que reconocí por la barrera y el sonido de los aviones”, recordó en la sala de audiencias de la Cámara Federal de Apelaciones, ante el juez Ríos.

“Condiciones inhumanas”
“Las condiciones eran inhumanas, había que comer con las manos y a ciegas; y las torturas eran a cualquier hora”, señaló Ramat. “Ahí todos eran torturadores, por el trato que daban a los detenidos; y algunos eran interrogadores”, graficó.
En el último grupo, el de los “interrogadores”, señaló a “un oficial de apellido Carvallo”, que prestaba servicio para la Dirección Investigaciones de la fuerza de seguridad provincial.
Según Ramat, Carvallo estuvo presente en una sesión de tormentos y le aseguró “que desde 1975 estaban recibiendo instrucción de los militares sobre cómo torturar para que los detenidos digan todo lo que ellos querían”, y que tales métodos se ejecutaban utilizando una cama con tirantes metálicos donde los prisioneros eran atados y mojados para que la corriente eléctrica corra con mayor rapidez.
La detención de Ramat se legalizó hacia mediados de noviembre de 1976, cuando fue trasladado a la cárcel de Paraná. Luego un Tribunal de Guerra de la dictadura lo sentenció a catorce años de prisión. Condena que fue anulada por ilegal.
Sin embargo, continuaron los traslados para ser torturado en la casita de la Base Aérea y en un lugar cercano a los cuarteles de la capital entrerriana.
En cuanto a Carlos Carvallo, ligado al juicio que preside Leandro Ríos, se mencionó ayer que a fines de 2012 el locutor habría prestado declaración en Paraná, pero que el mismo Ríos no lo habría imputado por falta de mérito.