Facundo Arana: "Volver al Everest es un logro inmenso"

Sábado 30 de abril de 2016 | 13:40hs.
Facundo se preparó con todo y ahora apuntó a un nuevo desafío.

Cuatro años atrás, Facundo Arana (44) suspendió su expedición al monte Everest. Sufrió un edema pulmonar y fue rescatado en helicóptero. Revancha o segunda oportunidad, el actor decidió volver a apostar por su sueño, y ahora viajó para aclimatarse e iniciar una aventura que durará dos meses. Pocas horas antes de partir, estuvo presente en el lanzamiento de Assist Card Extreme, compañía de la que es embajador, con su esposa, María Susini, y que lo acompañará en el viaje. Con claro entusiasmo en sus palabras, el rubio relató cómo se preparó para encarar el Everest y qué sucederá con su carrera artística. “No me siento un representante de metas ni mucho menos porque, además, sería una presión muy fuerte. Sí siento que mi vida representa mi alma, y la representa bien. Soy un tipo muy afortunado porque las cosas que me van pasando y voy pudiendo lograr conmigo mismo son importantes. Esto de poder volver al Everest es un logro inmenso porque, entonces, me saco de encima esta sensación de que me fui evacuado en helicóptero. No sé si no vuelva a pasar lo de 2012, qué sé yo… Pero va a ganarle el tema de que volví…”, reconoció el papá de India, Yaco y Moro.

 

–¿En qué momento tomaste la determinación de regresar al Everest? ¿Cómo sigue tu trabajo?
–La idea arrancó hace siete meses, cuando un guía me dijo que podía escalar porque ya habían pasado cuatro años del edema. Y que al año y medio el cuerpo deja el trauma atrás. Le comenté que me habían dicho que no, que no era posible lograrlo. En ese momento no me había sido fácil aceptarlo porque me gusta mucho. Y hablé con un médico de altura y me confirmó que podía volver. Quería retomar el Everest pero había que esperar a que se diera otra expedición. Y respecto al trabajo, ya quedó todo el material para poder presentar el corte del disco. Y cuando vuelvo, lo presento. Mientras tanto, me lo llevo a cuestas para ir trabajándolo en la montaña más alta del mundo. Probablemente, eso no es relevante para nadie. Pero para mi propia historia, la que yo mismo me cuento y que cuando me voy a dormir la sueño, lo es. Es un desafío nuevo porque las canciones son propias. No sé si va a vender un montón de discos o va a ser un boom. Para mí pasa por salir a tocar, y que te apoye una compañía como Sony no es poco.

 

–Claro, no es poco…
–Grabar un disco cuesta mucha plata y es una inversión de tiempo inmensa. Y que te vayas a hacer una expedición al Everest que te lleva dos meses, si todo sale bien, hay que ser grande para acompañarme. Cuando se hizo el disco no estaba previsto esto. Y no están esperando que a mí me pase algo para que al disco le vaya bien, de ninguna manera. Voy a estar todo este tiempo preparando y soñando lo que va a pasar sobre el escenario, mientras estaré haciendo algo que sueño, anhelando llegar a mi casa, que es mi sueño hecho realidad, con mi familia, que es lo que más amo en el mundo. Son momentos muy felices para mí en este mundo que está tan convulsionado y donde todo el tiempo te estás enterando de noticias muy tremendas. Me considero un tipo muy afortunado por poder vivir todo esto y poder disfrutarlo.

 

–¿A esta expedición la vivís como una revancha?

–Revancha no es venganza. Es volver a darme la oportunidad de convertir algo que sólo iba a ser un recuerdo de algo que no pude hacer porque me tuve que ir, de poder volver. No me importa la cima. La cumbre es mi casa. Hay mucha gente que hace montaña u otros deportes que nunca viven una situación de “me tengo que ir inmediatamente de acá porque corro riesgo”. Yo la viví, y muy fuerte. Y justo estaba con una compañía de asistencia que me dejó a pata. Se me declaró un edema pulmonar y cerebral en el que cada minuto que pasa en la altura es peor, lo que tenés que hacer es no estar más ahí, y me dijeron que bajara. Pero ahora, con Assist Card, es distinto… Me preparé corriendo en una cinta con un simulador de altura, entre otras actividades. Y sé que ante cualquier necesidad la empresa va a responder.

 

–¿A qué montaña televisiva no te subirías en el segundo semestre?
–Son todos tanques los que vienen y los que están. No tengo planeado cómo sigue mi carrera como actor. Gracias a Dios, en televisión también me malcrían mucho. Hasta hoy, es levantar un teléfono y decir que tengo muchas ganas de trabajar… Es una de mis pasiones. Ya viví éxitos históricos y otros que son fracasos comerciales pero que son logros enormes en lo personal. Fracaso es que no te guste lo que hacés. La tele es siempre tele. Hemos tenido latas que ponen, y de golpe una es un éxito. Verónica Castro es una estrella y no te estoy hablando del año pasado o el anterior. Un furor impensado fue Las mil y una noches, pero los éxitos los aplaudo, son momentos. Si no, tengo que esperar que en Turquía se hayan enojado cuando fue Muñeca brava. Lo que te da la pauta es que la ficción puede ser un éxito, y eso es lo más valioso de todo.