Padre e hijo condenados a 10 y 8 años por matar a un joven

Sábado 28 de febrero de 2015 | 12:50hs.
Culpables. | Ramón Villalba y su hijo, Aníbal, fueron trasladados al penal de Loreto, donde están desde hace dos años. | Foto: Gentileza Marcelo rodríguez

Culpables. Para la Justicia, Ramón Villalba (52) y Aníbal Villalba (24) son los asesinos de Julio Gustavo Vergara (23). Así quedó resuelto ayer por la mañana en el Tribunal Penal Dos de Posadas, donde se condenó a padre e hijo a 10 y 8 años de cárcel respectivamente, al hallarlos responsables del delito de “homicidio simple”.

 

Fue en el cierre del juicio oral y público que comenzó el jueves 19 de febrero y se dividió en seis jornadas, en las cuales declararon ocho testigos que, en su mayoría, escucharon las discusiones y corridas previas al desenlace fatal, además de peritos forenses y policías que actuaron en la escena del crimen, ocurrido en noviembre de 2012.

 

La condena adoptada por el tribunal fue casi similar a la solicitada minutos antes por el fiscal Rolando Oliva en los alegatos, que había pedido la misma pena de diez años de prisión para ambos al considerar que tuvieron el mismo nivel de participación en el homicidio.

 

Mas allá de eso, consideró la mala relación que tenían los encartados con la víctima, con quien en muchas oportunidades se cruzaron y discutieron e incluso el día del homicidio se cruzaron en un bar donde estuvieron bebiendo tragos.

 

Contrario a eso, el abogado defensor Manuel Balanda había requerido en su conclusión final la absolución del menor de los acusados por el beneficio de la duda y la pena mínima estipulada en ese tipo de delitos para el mayor, tal como pudo atestiguar El Territorio en la sede del Tribunal.

 

Luego de escuchar a todos, para los magistrados Roque Martín González, Marcela Leiva y Marcelo Cardozo concluyeron que las pruebas recolectadas en la causa fueron más que suficientes para probar la autoría de los acusados en el violento episodio como autor (el padre) y coautor (el hijo).

 

La decisión incluyó también, previo a ponerse de acuerdo en la sentencia, el cambio de caratula de la causa por considerar que la imputación inicial de “homicidio calificado, agravado por el ensañamiento” no se ajustaba en un todo con la circunstancias de muerte de la víctima.

 

Tiene que ver con que si bien la víctima fue apuñalada 15 veces, su muerte ocurrió en las primeras estocadas porque el cuchillo le atravesó el corazón y pulmón. No existió el agravante del sufrimiento desmedido del fallecido y tampoco agonía, por lo que teniendo en cuenta ese y otros argumentos los jueces determinaron que la condena sea por “homicidio simple”.

 

Los dos condenados cumplieron dos años en prisión, por lo que de acuerdo a su conducta el mas chico de los Villalba podría solicitar la libertad condicional en aproximadamente dos años, en tanto que su padre deberá purgar al menos tres años para que la Justicia le autorice salir del penal.

 

Última jornada
En la última jornada de debate estaba previsto que declaren tres testigos, pero ninguno se presentó en la sede del Tribunal, por lo que los jueces decidieron incorporar por lectura sus declaraciones durante la etapa de instrucción.

 

El testimonio más esperado era el de María Feliciana Da Silva, hija de Sara Bonni y Manuel Da Silva, vecinos del barrio Pozo Público de Concepción de la Sierra que testificaron el miércoles y jueves, respectivamente.

 

La declaración de la joven era importante a criterio de los jueces porque sus padres contaron que ella había visto con más claridad cómo fue el altercado, ya que en medio de la oscuridad se acercó al tejido de la propiedad y habría podido ver a los acusados encima de la víctima e incluso cuando escapaban.

 

Tampoco acudieron Anselmo Ferreyra y Eduardo Acosta, pero para esa altura ya estaba claro que padre e hijo asesinaron al joven pese a que el mayor intentó durante el debate, despegar del ataque a su hijo y cargar él con toda la culpa.

 

"Pido perdón"
Cuando terminaron los alegatos y antes de que se conociera el fallo, el todavía imputado había Ramón Villalba tuvo su oportunidad de hablar por última vez y entre lagrimas dijo estar arrepentido y pidió perdón a la familia de la víctima.

 

“Me arrepiento de haber hecho eso, pido perdón a la familia de Vergara. Lo que pasó, ya pasó y no puedo hacer nada para volver el tiempo atrás” manifestó y reconoció que “me dejé llevar por la ira aunque evité muchas veces el desenlace”.