Hasta hoy los tatuajes son protagonistas en Leandro N. Alem

Domingo 17 de mayo de 2015 | 12:25hs.
En los stands los visitantes pueden ver fotografías, comprar remeras de rock y los que tatúan pueden conseguir insumos. | Foto: Facundo Correa

Que el Tattoo Fest fue un acontecimiento distinto en la ciudad de Leandro N. Alem, no caben dudas. Que hubieron vecinos de la localidad que se opusieron a su realización también es un hecho.

 

Ya lo habían advertido un grupo de tatuadores provenientes de Chaco que el viernes dijeron: “No estuvimos en la cárcel, no vendemos drogas ni somos mujeriegos”. El prejuicio y las barreras de la ignorancia los persiguen -aunque en estos tiempos en menor grado- por dondequiera que vayan. La fiesta del tatuaje, realizada por primera vez en Misiones, tiene entre sus objetivos derribar los pensamientos que recaen en el estereotipo: de criminal, de oscurantismo y las drogas.

 

Las calaveras, un dibujo repetido en las pieles de los tatuadores y de otras personas, no significa para ellos lo mismo que para el común de la población. Mientras que la mayoría la relaciona con la muerte, ellos le atribuyen una relación con la vida.

 

“Tienen una mala idea del tatuador. Acá todos tenemos familias, tenemos hijos”, argumentó el formoseño Arturo Sosa, quien se inició pintando murales.

 

La mayoría de ellos son artistas, dibujantes, muralistas que dieron al arte otra forma de expresión. Una manifestación que se remonta hace miles de años atrás y fue adoptada por distintas culturas.

 

“Me parece muy linda. Es algo nuevo en Alem y me parece que está interesante”, señaló Ricardo Aguilar, que miraba los puestos junto a Rosana De Olivera y el pequeño David Angelo.

 

De visita por la localidad misionera, la sanjuanina Priscila Martin y el francés Rémy, no se perdieron la oportunidad de maravillarse. “Me parece algo súper original, porque en San Juan no hay este tipo de cosas. Está muy buena la propuesta. Se le hubiese sumado a los skaters y artistas callejeros”, sostuvo la joven.

 

Los visitantes, en su mayoría, fueron adolescentes que se movían en grandes grupos. Consultaban, se sacaban dudas y algunos se animaron a dejar de lado el miedo. Sin embargo, las familias también encontraron diversión y entretenimiento en la fiesta.

 

Para quienes quieran realizarse algún tatuaje, los precios varían según el stand y el tamaño, pero pueden hacerlo desde un valor de 150 pesos en adelante y tienen tiempo de aprovecharlo hasta hoy, el último día de la convención. Se realiza en el Club Social y la plaza San Martín de esa localidad, desde las 17. Para ayer estaba prevista la visita de Roberto López, el tatuador de las estrellas.

 

Desde Posadas
Tomás Motta (36) se paseaba en su silla de ruedas charlando con sus camaradas en la previa de la fiesta. Antes de esta convención, Tomy no había participado de ninguna otra. Sólo las visitaba y aprovechaba la ocasión para comprar insumos. El posadeño incursionó en el arte de dibujar sobre el cuerpo cuando tenía catorce años y anualmente viaja a Mercedes (Corrientes) para tatuar en la multitudinaria fiesta popular del Gauchito Gil.

 

“Los pelados tattoo team”, se denominan Miriam, Nayo, Emiliano y Gabriel que llegaron desde Buenos Aires. El equipo recorre todas las convenciones que se desarrollan en lo largo de la Argentina y de algunos países de Latinoamérica, como Uruguay y Chile.

 

Son campeones en rubros como oriental, full color, entre otros. Miriam, por su parte, se especializa en dermopigmentación, más conocida como maquillaje permanente, en lo que es delineado de párpados y labios; también hace piercing y otras perforaciones.

 

“Esto no es un hobby para nosotros. Siempre hacemos un seguimiento del cliente para ver cómo sigue el tatuaje. Damos clínicas y nos formamos en seguridad e higiene”, explicó Nayo sobre su forma de trabajar.