Conectados y en peligro

Domingo 2 de agosto de 2015 | 21:00hs.
Pueden variar las modalidades, los valores del botín, los dramáticos o trágicos desenlaces, y hasta la llamativa ausencia de voluntad para tomar decisiones que frenen, y hasta acaben, con el peligro de seguir sumando víctimas de violentos robos de celulares.
El peso de las estadísticas en Argentina no remite vacilaciones o dudas. Se roban más de siete mil smartphones por día en el país. Desde el aparato más rápido a lento, oneroso o de bajo costo.
También como crudo ejemplo vale resaltar que, en las comisarías próximas al microcentro posadeño, las denuncias de asalto o arrebatos callejeros, se reciben de cinco a diez diariamente.
Los delincuentes entregan a los reducidores por 50 pesos, celulares que fueron adquiridos por tres mil y más de 18 mil pesos en las agencias prestadoras del servicio.
Luego estos aparatos vuelven a ser reutilizados tras venderse, con relativa impunidad, en locales comerciales y páginas de internet.
Paradas de colectivos y los ingresos a los barrios de Posadas, son señalados como los puntos calientes donde se concreta esta modalidad delictiva.
Hace siete días, en el cruce de las avenidas Alicia Moreau de Justo (ex ruta 213) y 178 en el sur de la capital provincial, una mujer de 25 años retornaba de su puesto de vendedora en una heladería pasada la medianoche, cuando fue golpeada para desprenderse de su celular. La respuesta a su intento de resistirse fue una tunda de golpes con un manojo de llaves que le dejó heridas que no se le quitarán más de la cara.
Pero estos hechos también guardan registros fatales, tal el caso de Guido Kachuk (17) asesinado de un balazo el 22 de febrero de 2011, o el de Lucas Vega (18) (páginas 8 y 9) muerto de un disparo en el rostro el 12 de junio del mismo año y en la misma ciudad, Posadas.

Discusión
Se discute y debate en diversas esferas el avance de la tecnología en las comunicaciones. Pero, entre beneficios y oscuros presagios, ya nadie rechaza que el celular se convirtió en el tercer objeto valorado o preciado por el hombre, detrás de la casa y el automóvil.
Por qué disparar, golpear o apuñalar a un adolescente, niño o mujer para quitarle un teléfono móvil. Siguiendo el escalafón de necesidad o deseo de consumo, podría resumirse entonces en que responde a la preponderancia de una demanda de adquirirlos hasta sin importar si están manchados con sangre.

Líderes regionales
En la balanza que se ejemplifica la estadística, uno de los dos platos indica, o se inclina al límite: Uno de cada cinco celulares funcionando en Argentina fue robado.
El robo de equipos aumentó ostensiblemente, y las localidades con mayor densidad poblacional de la provincias no están aisladas de los registros.
La preocupación no apunta sólo a robos nocturnos con boquetes o forzando vidrieras de locales del rubro. Lo que alarma es el aumento de las víctimas -muchas fatales- que por resistirse a perder la herramienta, que entre otros servicios (y vaya paradoja) le facilitaría el llamado de auxilio a la Policía, y se intenta explicar en este informe.
Según los datos de la Cámara de Agentes de Telecomunicaciones Móviles de Argentina (Catema) de 2014 a 2015 la cantidad de denuncias registradas en todo el país de robos de celulares, trepó de seis mil diarias a siete mil.
Las cifras destacan al país en el escalón más alto latinoamericano, Colombia en segundo lugar con 2.700 casos, Brasil con 2.500 y Ecuador con 1.400.
Para la Interpol, entre el 55 y 58 por ciento de los usuarios de celulares en América Latina son víctimas del robo de sus aparatos. Y según el Observatorio de Seguridad de la OEA, son víctimas mayoritariamente mujeres y adolescentes y los asaltantes recurren siempre a la utilización de métodos violentos para concretar el objetivo.
Para los especialistas en seguridad, este delito podría bajarse rápidamente con legislación que obligue a las prestadoras de servicios a bloquear y deshabilitar el identificador internacional (Imei es la sigla en inglés), del teléfono. La oferta y demanda de equipos robados bajaría, y aseguran muchos, hasta desaparecería, si las empresas, gobiernos y autoridades avanzaran en agilizar estas medidas.
Mientras esto no ocurra, los 30 millones de pesos mensuales que moviliza el mercado negro de los celulares aumentará sin techo.
Por lo pronto, entre las medidas como parches de una pileta pinchada, se puede destacar la ordenanza de la Municipalidad de San Isidro, norte de Buenos Aires, que intenta frenar la venta de celulares usados.


Para Jorge Crom, asesor de Catema, los robos aumentaron porque “los dispositivos (celulares) son muy potentes, de valor unitario alto y ocupan poco lugar, por lo cual es fácil hacerse de ellos en un robo o hurto y además son rápidamente reducibles. Esto significa que existe un mercado donde los teléfonos vuelven a ser conectados y puestos a la venta".
Sobre cómo solucionar rápidamente el problema, sostuvo en una entrevista de un portal nacional, que “se pretende generar una medida técnica a partir de la denuncia de robo de cualquier terminal por un particular o por los agentes que inhiba definitivamente la reconexión. Un dispositivo que no puede ser nunca más conectado a ningún operador no tiene valor de mercado y por lo tanto es inútil robarlo. Es una medida técnica absolutamente sencilla de implementar”.


Cuatro puñaladas frente a la novia Tal vez la noticia relacionada a matar por un celular más próxima a Misiones, se produjo durante la madrugada de ayer en Corrientes capital.
Un joven estudiante de Agronomía fue asesinado cuando regresaba a su casa, acompañado por su novia.
A las 6.30, en calle Uruguay al 300, Maximiliano Aquino (21) fue atacado por dos sujetos cuando intentó defender a su pareja de que le arranquen el celular de su cartera.
En su desesperado intento por defenderla recibió cuatro puñaladas y murió.
Trascendió que los gritos de desesperación de la joven fueron advertidos por los vecinos que llamaron a la Policía. Luego coincidieron en testimoniar a medios digitales que hechos delictivos similares "se volvieron una constante en Corrientes".


35% De los 273 robos por hora que se cometen en el país. Las víctimas menores de edad y jóvenes. Los delitos se cometen mayoritariamente a bordo de colectivos urbanos.
12,5 Millones. Según la consultora Carrier y Asociados, en un informe publicado en julio por un matutino porteño, durante el 2013 se vendieron 12.500.000 equipos, 34 mil por día.
2.500.000 Denuncias. Por robo anuales se registran en Argentina, según el informe de 2014 de Catema, divulgado a través de medio nacionales durante julio.


Por Javier Pelozo
fojacero@elterritorio.com.ar


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