Los misioneros aprovechan la caída del real para ir de compras a Brasil

Sábado 28 de marzo de 2015 | 06:46hs.
Movimiento unilateral. | En la Aduana, es notoria la cantidad de argentinos que cruzan a Brasil para hacer compras.

Calles vacías, negocios cerrados, angustia y desolación, forman parte del nuevo panorama de las ciudades misioneras fronterizas con Brasil. Es conocido que la devaluación del real trajo consecuencias negativas para el comercio en la zona limítrofe con el país carioca. Sin embargo, también afectó al movimiento de turistas y visitantes frecuentes, sobre todo en las localidades de Bernardo de Irigoyen, Andresito, Alba Posse y San Javier.

 

En Puerto Iguazú, por su parte, pese a la gran demanda turística por las cataratas, también se pudo apreciar un 50 por ciento en la baja de turistas brasileños.

 

El intendente de Bernardo de Irigoyen, Edgardo Aquino, se refirió a la situación como “casi desesperante”.

 

Ello, teniendo en cuenta que la merma en el movimiento en ese municipio fue del 60 al 70 por ciento. Según los dichos del jefe comunal, “la ciudad es un desierto. Lo estamos tratando de sobrellevar. Esto es una inyección para nosotros”.

 

El alcalde de Alba Posse, Nelson Carvalho, reveló a El Territorio que hubo una baja en la visita de brasileños de un 50 por ciento en esa ciudad, lo que repercute en el comercio, pero también en restaurantes y hoteles.

 

“Era normal que los brasileños vengan a cenar o pasear acá. Y ahora ya no viene nadie”, indicó Carvalho.

 

De la misma manera, la situación afloró en Andresito, donde el fin de semana largo fue una muestra de cuánto perjudica el tipo de cambio a las ciudades fronterizas. “Se siente cuando ves que en los días de descanso, todo aquel que tiene un auto lo agarra y cruza a Capanema (Brasil), como pasó el fin de semana pasado. No queda nadie acá”, manifestó apenado Bruno Beck, titular del Ejecutivo de esa comuna.

 

Donde menos tuvo peso la diferencia cambiaria fue en San Javier. Rubén de Lima Natividade, intendente de esa comuna, aseveró que la situación aún no se ha tornado crítica para su ciudad, aunque no descarta que se empiece a sentir la falta de compradores brasileños.

 

Despidos masivos
Por el contrario, Bernardo de Irigoyen es quizás la ciudad que más siente la desvalorización de la divisa brasileña. Esto afecta sobremanera a los comerciantes de la zona, debido a que los habitantes del vecino país dejaron de cruzar la frontera para realizar las grandes compras, como lo hacían habitualmente.

 

Sobre ello, Aquino explicó que hay muchas familias desesperadas, porque los trabajadores van quedando sin empleo. “Hay comercios que van largando a sus empleados de entre diez y quince cada uno. Y obviamente, eso afecta a la industria y a la falta de trabajo, que al mismo tiempo hizo que merme también gran parte de la recaudación”, lamentó.

 

Al respecto, Bruno Beck opinó que aunque en Andresito aún no hay despidos masivos, no falta mucho para que ocurran. “Prevemos que va a llegar un momento en el que los comercios van a dejar a muchos empleados sin trabajo. Eso, además de afectar a las familias, afecta a todo el municipio, porque cuanto menos venta hay, menos recaudación también”, afirmó.

 

Disminución de las ventas
El presidente de la Cámara de Comercio de Puerto Iguazú, Jorge Florentín, reconoció la caída de las ventas en locales comerciales del lugar. “Se frenó de manera abrupta la inversión económica en la zona.

 

"Esto tendrá consecuencias importantes en la recaudación impositiva”, observó.

 

En el centro de la Ciudad de las Cataratas se pueden ver cada vez más locales vacíos o siendo reparados para alquilar, y muchos de los nuevos emprendimientos se cerraron.

 

Por su parte, el intendente de Andresito sostuvo que se deberían ajustar los controles aduaneros, a fin de que no se traigan tantas cosas de Brasil y se compren más los productos argentinos.

 

“Nosotros no somos como los brasileros, que vienen y cuidan su plata. Nosotros vamos y compramos de todo. Por eso acá se siente la baja en las casas de alimentos, ropa, calzados y repuestos”, detalló Beck.

 

Soluciones

Nelson Carvalho, de Alba Posse, sostuvo que lo que importa en situaciones como estas es tratar de salir a la superficie y autoabastecerse. Por ello, el municipio apuesta a las ferias francas y a los productos regionales.“Apostamos mucho al mercado interno. Antes se vendía a los brasileños y hoy eso no pasa. Pero el trabajo estratégico que realizamos desde la comuna es colocar las fichas a los productores locales y sus mercaderías”, apuntó el alcalde. No obstante, mucho de los feriantes del Alto Uruguay deben llevar sus productos a las ferias de la zona Centro o Sur, a fin de que no se echen a perder.

 

Por el momento, la solución que encontraron desde el Ejecutivo de Bernardo de Irigoyen es el otorgamiento de puestos de trabajo en las obras que está llevando a cabo el municipio.

 

“Tenemos que conversar con la Cámara de Comercio para que las obras que se están ejecutando, como la construcción de nuevas plazas, empedrados, escuelas, puedan absorber la mano de obra de esta gente que quedó desocupada”, señaló el alcalde local.

 

De esta manera, intendentes y referentes comerciales plantean los efectos de la caída del real en la frontera.

 

Refuerzan la seguridad
Los comerciantes de Puerto Iguazú indicaron que se ven preocupados ante la situación de desolación en las calles y comercios.

 

Así también, con la crisis comercial en Iguazú, preocupa que afecte la seguridad. Debido a los reiterados hechos de robo en la vía publica que se registraron en la Ciudad de las Cataratas, se llevó a cabo una reunión con autoridades policiales e integrantes del Foro de Seguridad para solucionar estos problemas.

 

Para el presidente de la Cámara de Comercio de Puerto Iguazú, Jorge Florentín, la situación que atraviesa el comercio local, a partir de la devaluación del Real y la caída en las ventas, puede derivar en desempleo y en posibles hechos delictivos. Las fuerzas junto al foro de seguridad buscan coordinar tareas en conjunto y ciertas medidas a seguir para optimizar la seguridad en distintos barrios de la ciudad.

 

Alrededor del 12 por ciento de los pequeños comercios ya cerraron sus puertas, hay otros que están de a poco cambiando de rubro y buscando vender otros productos incorporando otras ventas para sostener el comercio.