Tras nadar por horas, un oso melero falleció en la costanera de Posadas

Martes 15 de octubre de 2013 | 06:49hs.
Poco frecuente. | El oso llegó lastimado y murió en brazos de un hombre.

La semana pasada atraparon a un puma cachorro de unos 11 meses de vida. Se cree que lo trajeron de la selva para tenerlo como mascota en la ciudad, en cautiverio. También se sospecha que pudo haber llegado por la costa del río Paraná, aprovechando que el gran río entra por los arroyos y otros escenarios urbanos que antes no había.


El domingo pasado, en la costanera de la capital, quienes estaban disfrutando de la calurosa jornada, poco antes del anochecer, divisaron algo no muy frecuente: un oso melero estaba trepando con mucho esfuerzo las piedras de la defensa costera.
No pasó mucho tiempo para que arribaran a la zona los integrantes de Refugio de Animales y el técnico herpetólogo del museo natural del Instituto Antonio Ruiz de Montoya, Amado Martínez.


Fue Martínez quien informó que el oso melero “llegó nadando desde muy lejos, eso es lo que se nota, llegó agotado, lastimado y no resistió al llegar a la costa y murió”.


La escena fue cruda, tan real como increíble. El animal nadó durante horas y quizás por días. Martínez no se animó a suponer dónde habría iniciado su increíble desventura por el inmenso y peligroso río Paraná.


El propio Miguel Rinas, director del Parque El Puma, había dicho la semana pasada ante la aparición del ejemplar macho cachorro, que “el animal pudo haber errado el camino”.


En esa misma línea de conjeturas, Amado Martínez no dudó ayer en afirmar que “las apariciones de animales (en la ciudad) tiene sólo una explicación, muchos eran los que vivían en los montes en galería sobre el río Paraná y ahora, después del tratamiento costero, buscan refugios en los arroyos y en la ciudad..., donde casi siempre se encuentra con el hombre y no todos son protectores”.

Pero además de pumas u osos meleros en la ciudad capital, el propio Martínez alertó que en Posadas, muchos de sus amigos vieron, incluso, a tucanes sobre árboles en la ciudad, o lo que es más ejemplificador, sobre postes de teléfonos o de electricidad.

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