Caso Knack: Fiscalía pidió prisión preventiva para Paz, Godoy y Alegre

Viernes 19 de septiembre de 2014 | 18:50hs.
Casona de Panambí. | Lugar del calvario al que fueron sometidos los Knack. | Foto: Archivo El Territorio

El fiscal que entiende en el caso dictaminó a favor de la prisión preventiva de tres de los cuatro acusados por el cuádruple homicidio de la familia Knack, ocurrido el 25 de mayo pasado en la localidad de Panambí. Se trata del ex prefecto Pablo Paz (51), Juan Godoy (44) y el chapista Marcial Alegre (45), todos oriundos de San Javier, y actualmente detenidos en la Unidad Penal II de Oberá.


Diferente es la situación del cuarto imputado, el suboficial mayor del Ejército Orlando Bueno (52), para quien la fiscalía solicitó la falta de mérito y la excarcelación. En consecuencia, en las próximas horas la jueza Alba Kunzmann de Gauchat dará a conocer su resolución y el futuro judicial de los cuatro individuos.


Según fuentes del caso, la decisión del fiscal Elías Bys se basó en el cúmulo de pruebas recepcionadas en la instrucción. Para ello fue clave el resultado de los cotejos de ADN, remitidos hace una semana desde un laboratorio privado de Buenos Aires.

Así, cabellos encontrados en la escena del crimen y muestras tomadas de una barra de hierro serían concluyentes para implicar al ex prefecto Paz y a Godoy. Con estos elementos, más una serie de testimonios y huellas, la jueza contaría con elementos contundentes para dictar la prisión preventiva de los citados, quienes desde un primer momento fueron sindicados como los principales sospechosos del aberrante hecho.


Las muestras de cabellos fueron recogidas en la escena del crimen por el personal de la División Criminalística, tanto en un pasamontañas como en otras dependencias de la casa del kilómetro 7 de la ruta provincial 5.


También se habrían encontrado rastros genéticos en una barreta de hierro que utilizaron los delincuentes para golpear a las víctimas antes de ser prendidos fuego vivos.


Además, el análisis de las líneas de telefonía celular habrían determinado que Paz y Godoy se contactaron el 25 de mayo pasado, antes y después del hecho, a través de mensajes de texto.


Las mismas pericias habrían determinado que Alegre mantenía un fluido contacto con los dos citados. Por ello, si bien las pruebas genéticas no lo comprometerían, para el fiscal existen elementos para sostener la prisión preventiva, como ser las armas y el equipo hallado en su taller y el hecho de que se haya dado a la fuga cuando la Policía allanó su propiedad.

Condena anterior de Godoy
Ayer, El Territorio confirmó que Juan Godoy ya cumplió una condena de un año y medio de prisión por un hecho de robo calificado perpetrado hace una década. El sujeto cumplió su condena en la Comisaría de San Javier debido a “problemas de salud certificados”, según informó una fuente del caso.


Hasta su detención por la masacre de Panambí, el sujeto residía en el barrio Malvinas de San Javier. Su esposa es peluquera y tiene cuatro hijos. Si bien el hombre no tenía trabajo fijo, cuentan que todos los años veraneaba en Punta del Este, Uruguay.

Sus vecinos lo consideraban un hombre “pesado”, y relataron un hecho que avalaría esos dichos. “En diciembre, uno de sus hijos terminaba séptimo grado y le quedaba inglés. El chico iba a la Escuela 701 y el padre amenazó a la maestra y la profesora de inglés porque no había aprobado. A la profesora le dijo: “Te voy a perseguir a vos y a tu marido y les voy a atropellar con el auto”. Ellos hicieron la denuncia en la comisaría de San Javier por esas amenazas. Un asco de persona que vivía amenazando”, aseguró un vecino.


Cuentan que siempre andaba armado. Es el propietario del Volkswagen Bora gris, modelo y color que testigos dijeron haber visto en Panambí el domingo del hecho.


Alegre y Godoy, eran empleados del Ingenio Azucarero San Javier, tal como reconocieron desde la propia entidad luego del sangriento hecho.


La situación del militar Orlando Bueno
Por otra parte, tal como anticipó este diario, ante la falta de sustento de la acusación sería inminente la liberación por falta de mérito del suboficial mayor Bueno, detenido desde el 27 de junio pasado.


Bueno se desligó del hecho, desmintió cualquier tipo de relación con los demás acusados, aseguró que el 25 de mayo permaneció todo el día en San Javier y brindó una serie de pruebas y testigos que confirmaron sus dichos.


En el informe presentado a la jueza por el jefe de la Brigada de Investigaciones de la Unidad Regional II, oficial principal Hugo Omar González, la sospecha en torno a Bueno se basaría en una conjetura posterior a la declaración de Cristian Knack.

En el escrito, que lleva la firma de González, se indica que cuando el muchacho mencionó al “prefecto o ex prefecto se trataría de Rubén Bueno ya que el mismo pertenece a una fuerza de seguridad e iba con un camión 350 rojo” a comprar madera al aserradero del kilómetro 7 de la ruta provincial 5.


Más allá de la coartada del militar, la acusación en su contra se apoyaría en una interpretación del investigador a partir de los dichos del único sobreviviente de la masacre, quien falleció a los pocos días de haber testificado. En este contexto, fuentes del caso confirmaron que no hay sustento para mantenerlo tras las rejas y su liberación sería inminente.