Bourscheid se declaró inocente pero se contradijo al expediente

Miércoles 22 de octubre de 2014 | 07:05hs.
Santa Rita. | El gajo de la planta con espinas que podría haber provocado una de las heridas halladas en Bourscheid. | Foto: Natalia Guerrero

Extensa, cargada de expectativas de familiares de la víctima fatal y del único acusado de “homicidio calificado por ensañamiento y alevosía”, Francisco Bourscheid (53), se resumió ayer la primera jornada de debate oral en el Tribunal Penal Uno de Posadas, donde se busca esclarecer el crimen de Angélica Ramírez.


Tras dos horas de lectura de la elevación a juicio del expediente, Bourscheid aceptó declarar y su situación caviló en contradicciones y buscó desligarse apuntando a su anterior defensor Miguel Bareiro.


El repartidor de pan de Puerto Rico, nacido en Río Grande do Sul, pero naturalizado argentino desde los 2 años, se encaminó a una crónica de las horas previas al crimen y posteriores. Cada paso que intentó dar fue seguido de cerca por las preguntas del presidente del Tribunal, Martín Errecaborde, por los vocales Eduardo D’Orsaneo y Ángel Dejesús Cardozo, más la fiscal Liliana Picazo.


“El 26 de septiembre a la tardecita voy a rendir la cuenta del reparto a la panadería (La Victoria). Salgo de allí, eran las 20.10 aproximadamente, y me dirijo al barrio San Francisco, de paso acercó a un amigo con el que quedamos charlando como media hora en el cruce camino al ingreso al barrio”.


Angélica Ramírez y su madre vivían en el mismo barrio que Bourscheid reconoció haber estado dando vueltas con su Renault Express horas previas al crimen de la menor.


“Yo fui hacia la casa de mi hermano que vive en ese barrio, pero paso por enfrente y veo las luces apagadas, me di cuenta que no estaba, por lo que tomé por el mismo camino hasta la avenida 9 de Julio y de allí a la ruta 12 para ir a cargar nafta a una estación de servicio. Después me fue a mi casa, cuando estaba abriendo el garage charlo con una vecina amiga, guardo el auto y vuelvo a salir al rato para ir a buscar algo para cenar”.


“Para las 10 de la noche ya estaba durmiendo porque tengo que salir a hacer los repartos antes de las 5 de la mañana”.


Bourscheid resumió que después de cumplir con su tarea volvió a su hogar y “a la noche llegaron varios policías a preguntarme si estuve en la zona donde encontraron muerta a la chica, me hicieron varias consultas y se fueron”.


A partir de este punto, el interrogatorio a Bourscheid fue intenso y apuntó a las lesiones que tenía en el antebrazo derecho y hombro izquierdo.


“Los raspones eran superficiales y se produjeron antes del 27 de septiembre limpiando mi auto, todos los días lo lavaba”. “La herida en el hombro pude habérmela provocado con las estanterías para repartir el pan que tenía armadas con maderas y caños estructurales y sujetadas dentro del auto con precintos de plástico, así para desmontarlas cuando necesitaba podía hacerlo más fácil. Uno de esos precintos pudo lastimarme”


“También la herida en la planta del pie izquierdo fue porque pisé un vidrio en mi casa y me fui a curarme a la casa de mi cuñada, que me sacó el vidrio”.


“Todas las heridas fueron en distintos días y antes del 27 de septiembre, es más la del hombro ni me había dado cuenta que la tenía”, dijo ayer ante el juez, pero la fiscal Picazo le recordó que en la ampliación de indagatoria que realizó en 2012 sostuvo: “Fue el miércoles 26 de octubre”, la tarde previa al crimen.

Sangre en las zapatillas
Las consultas sobre el allanamiento a su domicilio, también variaron en sus respuestas al cotejarlas con la instrucción de la causa.


En el caso de las zapatillas, una con manchas de sangre en la suela, que luego confirmaron las pericias coincidían con el patrón genético de Angélica Ramírez, Bourscheid manifestó ayer: “Nunca vi que haya tenido una mancha de sangre mi zapatilla, no sé de dónde pudo salir eso”. “En la comisaría (Primera de Puerto Rico), ya detenido, me entero de la zapatilla con sangre”


Sin embargo, en la versión de la indagatoria de 2012 había dicho: “Las zapatillas que llevaron (de mi casa) tenían indicios de sangre o que podría tratarse de sangre y que se las llevaban para verificar”. “Recuerdo que tenían manchitas”.


En cuanto a si conocía o no a la víctima, el acusado remarcó: “No tuve nunca algún tipo de vínculo o relación con Angélica Ramírez, por eso pedí que me cambien el abogado porque dijo que yo conocía a la víctima”.


“Es más, no sabía el nombre de la madre ni de la hija”.

Pero también admitió que: “A la que conocí una sola vez fue a la madre (de Angélica, Beatriz Del Valle), que vino a consultarme cuando yo tenía la pinturería por la (avenida) 9 de Julio, por un cartel de una vivienda para alquilar que el dueño del local había puesto”.


Buscó profundizar su postura: “Nunca me acerqué a conversar ni me senté con Angélica en ningún lugar, porque era una nena y yo nunca anduve con chicas menores”.


También amplió que ya separado de su esposa, las únicas relaciones sentimentales que sostuvo, fueron entabladas con mujeres mayores, con las que no avanzó en formalizar o establecer un vínculo mayor.

Flagelo
Bourscheid relató que el consumo excesivo de alcohol fue determinante para que su matrimonio se disolviera.


“Yo sufrí el alcoholismo, estuve bajo tratamiento, por eso me separé, ella (mi esposa) me dejó (...). Yo tomaba mucho vino y cerveza, luego hice un tratamiento y desde entonces no volví a beber”.


El acusado, que podría ser condenado a prisión perpetua, también fue consultado sobre una caja con tres preservativos y un gel íntimo encontrados entre la documentación de la camioneta de reparto de panificados. Dijo al respecto: “Yo no usaba preservativo, y los que encontraron en el auto, habrán sido de mi hijo cuando salía con la novia, porque yo prácticamente soy impotente, no los necesitaba, es una de las secuelas que me produjo el alcohol”.


La declaración de Bourscheid superó las dos horas y media. Y el imputado aprovechó el absoluto respeto del Tribunal y Ministerio Público Fiscal, para resaltar varios puntos que creyó necesarios: “No tengo explicación de por qué estoy acá, si están buscando un culpable no soy yo (...) Yo no tenía el número de celular de Angélica, no tenía contacto con ella”. Su defensor, Mario Cáceres, fue quien le preguntó a modo de remate de su testimonio, si había asesinado a Angélica Ramírez. “No, no maté a Angélica”, respondió.

Santa Rita peligrosa
En cuanto a las heridas en su cuerpo, la fiscal Picazo, guardó una consulta luego que se mostraran en el recinto, las zapatillas secuestradas, los trozos de pino, presuntos elementos utilizados para causarle la muerte de Angélica, y una rama de Santa Rita, planta con espinas, material colectado en la escena del crimen.


La fiscal le acercó y pidió que tome el gajo de Santa Rita, antes de responder si la herida que sufrió en el hombro y que estimó fue con un precinto plástico de la estantería de su camioneta, podría ser tan fuerte como una de las espinas que amenazantes aún conservaba la rama que tenía en la mano.


Bourscheid vaciló y admitió que la Santa Rita era mucho más peligrosa. A lo que la fiscal manifestó que, la herida que figura en el expediente podría coincidir con un pinchazo de esta planta en la banquina de la calle Pionero Kuhn, donde Angélica fue hallada asesinada.

Voces, conclusiones y comodidad
• Impulsivo: Un experto en salud mental del cuerpo forense del Superior Tribunal de Justicia, Marcelino Acosta, declaró ayer requerido sobre la negativa a un pedido de internación solicitado por un psiquiatra de Puerto Rico, Pedro Caminos, quien indicó necesario que Francisco Bourscheid, tras ser detenido el 3 de octubre de 2012, debía ser llevado a una clínica ante la peligrosidad que su cuadro de etilismo se manifestara en depresión y podría atentar contra su integridad.


Acosta remarcó que tras analizar a Bourscheid, no compartió la internación.


También manifestó que el alcohol libera las barreras e impulsa a una persona a tomar riesgos sin sopesar consecuencias. “Puede tener impulsos violentos, ya que el control de éstos está menguado”.

“Confío en ustedes”:
Nelson Ramírez, padre de Angélica, declaró ayer en el salón de debates de calle La Rioja. Ratificó que siente confianza en la labor de la Justicia. “Yo hace dos años que estoy bloqueado por la muerte de mi hija y dejo en manos de ustedes (miembros del Tribunal) la resolución de esto. Yo sigo conforme con todo los que se trabajó por el expediente”.


Ramírez fue interrogado por el defensor de Bourscheid, Mario Cáceres, quien apuntó al tipo de relación de crianza que mantenía con Angélica. “Yo siempre vi bien a mi hija, la madre la tenía muy bien, yo cumplía todos los meses aportando dinero a una cuenta bancaria, y una vez al mes, a lo sumo cada dos meses, la visitaba. Por el mismo abogado, también fue consultado sobre las presuntas relaciones sexuales que Angélica habría mantenido con varios hombres. Negó tener conocimiento al respecto. Similar interrogatorio le fue hecho a Alexis Ramírez, hermano mayor de Angélica. Y similar fue la respuesta.

Apretados: La pequeña sala de debate del Tribunal Penal Uno no tardó en colmarse ayer media hora antes que se inicie el debate (8.30). El recinto tiene capacidad para 18 personas sentadas en el espacio destinado al público y medios de comunicación.


Varios periodistas vieron su labor recortada por este inconveniente. Es comprensible que se baraje la expectativa por el juicio como desencadenante de la incomodidad, aunque podría resultar negativo para los medios que habitualmente cubren los procesos judiciales, que no se encuentre un equilibrio y no continuar con normalidad la tareas de todos.