Denuncian a locutor de Esperanza por abusar de una adolescente

Sábado 22 de noviembre de 2014 | 10:15hs.
Exhumación. | La familia Céspedes acompañada por el juez Saldaña el 24 de septiembre de 2013, junto a ellos el denunciado.

Una grave denuncia fue realizada esta semana en la comisaría de Puerto Esperanza, y las actuaciones correspondientes ya fueron elevadas a la Justicia para que se investigue el abuso sexual de una adolescente de 15 años en la mencionada localidad.

 

Nora Valdez, madre de Hernán Céspedes, el joven de 19 años principal sospechoso por la violación y asesinato de Lieni Itatí Piñeiro, el 12 de julio de 2012 en un trillo de Puerto Esperanza, acusó formalmente al comunicador y propietario de una radio FM, Daniel O., de haber abusado sexualmente de su hija de 15 años.

 

Según la presentación, ya judicializada, Valdez sostuvo que el delito fue cometido en 2013, pero que por diversas cuestiones, la denuncia no fue concretada, hasta los últimos días en que, presume, Ortigoza habría intentado reiterar el abuso.

 

El acusado, propietario de FM Imperio, estaba ligado tanto a la familia Céspedes como a la madre de Taty Piñeiro, acompañándolos en marchas y actos de protesta.

 

De acuerdo a fuentes consultadas, hasta habría entablado una relación sentimental con una de las hermanas mayores de la presunta víctima de abuso sexual, que los llevó a la convivencia.

 

El acusado, tras la denuncia de Valdez, se presentó en la comisaría de Puerto Esperanza y denunció a Nora Valdez, y a una tercera hija, de haberlo atacado con una cadena y dañado su vehículo, un Chevrolet Celta, además de proferirle amenazas de muerte. “Vamos a contratar un paraguayo para que te mate”, habría dejado sentado en su denuncia.

 

El comunicador, también rechazó haber abusado de la menor.

 

Por su parte, Valdez en su denuncia sostuvo que el responsable de todas las manifestaciones e incidentes en la que participó junto a su esposo e hijas reclamando la inocencia de su hijo, fue impulsada por Daniel O.

 

Según fuentes incuestionables, sostuvo que “confiaba” y se ponía “a disposición de la Justicia hasta las últimas consecuencias” para probar esta última imputación.

 

Según sólidas fuentes, durante el 2013, Valdez insistió en no quedarse callada y que la denuncia se concrete. Pero guardó silencio.
La relación con Ortigoza se agravó en los últimos días, y por tal motivo sumado a la sospecha de un intento de repetir el abuso, decidió recurrir a la fuerza de seguridad.

 

Inhibición

 

Las dos denuncias fueron remitidas al Juzgado de Instrucción Penal, a cargo de Juan Pablo Fernández Rissi, quien se inhibió de las actuaciones y giró a su par de Eldorado, Roberto Saldaña.

 

En junio de 2013, Fernández Rissi se apartó del expediente por el crimen de Taty Piñeiro, por los reiterados actos de violencia que la familia Céspedes protagonizó en el juzgado de Puerto Iguazú, en los que también fue agredido el fiscal de Instrucción, Martín Brites.

 

El juez Saldaña fue designado para seguir con la instrucción, y ordenó la exhumación de los cuerpos de Piñeyro y Céspedes, víctima y presunto victimario, para ser peritados por el Cuerpo Forense de la Corte Suprema.

 

En cuanto a Hernán Céspedes, el único sospechoso de violar y asesinar a Taty Piñeiro, el informe de los peritos ratificó la muerte por ahorcamiento. Pero aún restan las conclusiones de las pericias que Saldaña solicitó a Gendarmería en las dependencias de la Unidad Regional V, donde en una de sus celdas Céspedes se habría quitado la vida.

 

Indubitables

 

Vale recordar que las pruebas del expediente sobre la responsabilidad de Céspedes en la violación y asesinato de la estudiante de 18 son de una contundencia notable. Pese a ello, parte de su familia insistió en asegurar que no se quitó la vida sino que fue asesinado a golpes en su lugar de detención, o al menos inducido a matarse.

 

Taty Piñeiro fue violada, golpeada y degollada con un cortaplumas en un trillo que une el centro de Puerto Esperanza con los barrios Progreso y Esperanza I y II en la fría noche del 11 y madrugada 12 de julio pasado.

 

Las pruebas científicas son indubitables: el semen hallado en la vagina y ano de Taty Piñeiro corresponde a Norberto Hernán Céspedes. Los rastros debajo de las uñas de la víctima fatal corresponden a Norberto Hernán Céspedes, que las manchas de sangre halladas en la motocicleta Motomel Trip de Céspedes son de Liani Itatí Piñeiro, que el cabello encontrado en el casco de Céspedes, coincide con el patrón genético de Piñeiro. También, que la hoja desprendida de una navaja descubierta en el lugar del crimen no sólo coincide con el resto del arma blanca hallada entre las chapas de un techo en el hogar de la familia Céspedes, sino que el material biológico detectado es únicamente el de “Taty” y que la salpicaduras de sangre en la ropa encontrada oculta en una bolsa dentro de una letrina de la casa de Céspedes, también son de la joven estudiante secundaria.

 

Pero cabe un dato más irrefutable y despeja la duda plantada por la defensa de la familia Céspedes, y de las múltiples y endebles versiones que intentaron cambiar el escenario del crimen, buscando sospechas que deriven hacia un homicidio cometido en una orgía sexual protagonizada por los conocidos como “hijos del poder” de Puerto Esperanza: las piedras encontradas en el trillo, una triangular y la restante ovalada contienen restos biológicos humanos únicamente de Piñeiro, como también el pasto y la tierra colorada manchada con el reguero de sangre.

 

Las pruebas fueron tomadas y corroboradas por los principales forenses de la Justicia provincial y analizadas en la institución que goza con el mayor prestigio en la Argentina en estudios genéticos, el Colegio de Farmacéuticos y Bioquímicos de Capital Federal y que fueron publicados en exclusiva por este medio, el domingo 9 de junio de 2013.

 

Taty cursaba el quinto año del turno noche del bachillerato y soñaba con estudiar medicina. Sus amigos la recuerdan como “una buena chica, que no se iba con ningún tipo o cualquier muchacho”.

 

 

Nota perteneciente a la edición impresa.