Aquel jueves Goreste Taschetto estaba internado por problemas de salud en San Vicente cuando su hija Margarita le dio la noticia del “despelote” que había en la chacra. “Pero yo no creí que era para tanto”, explicó el colono. No fue un meteorito, ni una bomba, ni una máquina excavadora, pero un gran hundimiento de casi dos hectáreas y quince metros de profundidad apareció una mañana en la chacra de la familia Taschetto ubicada en el paraje kilómetro 14, a poco más de diez kilómetros de la ruta Costera 2 que llega hasta El Soberbio y a unos 40 de San Vicente, luego de cruzar el arroyo Los muertos y transitar un largo trecho de tierra colorada, paisajes y ripio.
No fue fácil encontrar el agujero. El camino está lleno de cerros y quebradas cubiertas por pasturas de ganado y manchones verdes de monte nativo, pero a lo lejos se divisan autos, camionetas y camiones de vecinos y curiosos que se acercan a presenciar el extraño fenómeno.
José Raúl Rodríguez, poblador y vecino de la chacra, fue el primer colono en divisar lo que había ocurrido. El pasado jueves, como todas las mañanas José se encontraba en el potrero para alimentar sus vacas cuando se dio cuenta de que había algo extraño en el mandiocal de sus vecinos. Un gran cráter lo hizo salir en busca de otras personas que lo acompañen para ver y poder creer lo que sus ojos una y otra vez le mostraban sin poder creerlo. “El miércoles por la noche se escuchó algo parecido al ruido de un avión, pero como llovía fuerte y había muchos truenos ninguno de la familia le hizo caso a ese sonido. Nunca en mi vida había visto algo parecido”, contó todavía sorprendido.
La teoría geológica
El geólogo Samuel Arredondo opinó ayer que el hundimiento de la tierra en Colonia Aurora podría obedecer al vaciamiento o la saturación de un bolsón de agua subterráneo que existía en la zona.
Arredondo es graduado en la Facultad de Minas y Geología de la Universidad de Ostrava, República Checa, y reside en Oberá desde hace más de dos décadas.
Si bien aclaró que no estuvo en el lugar del hecho, por las características del terreno y la información que dieron a conocer los medios opinó que el fenómeno tendría una clara explicación científica y podría tener relación con la avanzada reforestación de la zona.
“Puede haber habido un bolsón de agua que vació su contenido, eso produjo un vacío y el hundimiento de la tierra; también pudo ocurrir que el bolsón se vio saturado por la acumulación de lluvias, el agua encontró una vía de escape y se produjo el vaciamiento”, detalló el geólogo.
En tanto, explicó que los denominados bolsones de agua subterráneos proliferan en la zona del Acuífero Guaraní y son de grandes dimensiones, circulares o semicirculares.
Según el especialista, el vaciamiento se podría haber producido por la reforestación de la zona, ya que actualmente la plantación de pino reemplazo a los árboles nativos. Sabido es que el pino absorbe mucha más agua que la flora autóctona, ejerciendo un efecto de bombeo de 400 litros diarios por árbol, lo que podría haber secado el bolsón subterráneo y producto de ello se desmoronó la tierra.
La segunda alternativa probable es que se haya saturado de agua por las recientes y abundantes lluvias, lo que a su vez produjo un efecto desagote y el consecuente desmoronamiento.
“En definitiva, lo que hace el bolsón con agua es contener la superficie, pero cuando se vacía cede por el peso de arriba”, graficó Arredondo.