Mujeres patrullan las calles de Itaembé Miní por temor a los robos

Viernes 27 de febrero de 2015 | 07:29hs.
Preocupación. | Zully (derecha) manifestó estar cansada de vivir con miedo y apuntó contra el Foro de Seguridad. | Foto: Facundo Correa

Zully está cansada. Su marido Juan Alejandro es el único hombre de la zona que se anima a vigilar dos cuadras de la calle 151 en el barrio 17 de Octubre (Itaembé Miní), en las que las mujeres se encargan de patrullar con el fin de evitar que Claudio, un adolescente de sólo 15 años, continúe sembrando el terror junto a un grupo de niños de su misma edad que, según los vecinos, se dedica a robar, amenazar y agredir. Ahora Claudio está detenido, aunque los pobladores no saben hasta cuando.

 

Un espectacular operativo ordenado por el juez Giménez y llevado a cabo por integrantes de la Comisaría Novena ingresó a la vivienda de la cuestionada familia y, tras una larga búsqueda que incluyó las casas contiguas, halló al chico en el cielorraso. El accionar puso fin -al menos momentáneamente- al reclamo de la gente del lugar, que en los últimos años presentaron incontables denuncias.

 

De acuerdo a los denunciantes, la Policía aseguraba que por tratarse de un menor, dependían de una orden del juez. Los lugareños celebraron su detención, pero temen que la medida sea efímera y que la familia de Claudio tome represalias.

 

Hace 20 días desconocidos ingresaron a la casa de Karina y se llevaron televisores, computadoras y otros elementos. Se llevaron hasta la moto, pero el vehículo, que no estaba en buen estado, apareció en un monte cercano, con la llave puesta y el motor aún caliente.

 

Una vecina de la familia de Claudio aseguró que hasta las 16 del día posterior los artículos robados estaban en la casa, pero las fuerzas de seguridad no actuaron.

 

Desde entonces, Karina no duerme y se sumó a la lucha junto a Zully, que vive a media cuadra de la conflictiva familia, y otras mujeres del barrio. Todas ellas se turnan para evitar nuevos ataques y días atrás decidieron contratar a dos serenos, a los que les pagarán poniendo plata de su bolsillo. La Comisaría recién ahora comenzó a hacer recorridas y el Foro de Seguridad, cuentan, se queda en meras palabras.

 

“Mi marido trabaja y con lo que cobra pagamos las cuentas. Yo trabajo por día en casas de familia, pero ahora no puedo dejar mi casa sola y comemos de lo que nos traen los vecinos”, cuenta Zully.

 

El lunes la madre de Claudio habría pagado la fianza para salir en libertad tras pasar unas jornadas a la sombra por agredir en la vía pública a una mujer. Dos vecinas de la cuadra (una de ellas embarazada) salieron de testigos y recibieron amenazas por parte de Claudio. Ante ello, los lugareños dijeron basta y se organizaron.

 

Con palos y machetes, las mujeres están preparadas. Ningún hombre, excepto Juan Alejandro, sale siquiera a ver qué pasa.

 

Claudio, según dicen, es incontrolable. Tiene 15 años y a los 8 ó 9 comenzó sus andanzas. Es de baja estatura, de físico desgarbado y magro, lo cual le permite ingresar por el ventiluz de las casas construidas por el Iprodha. Los pobladores aseguran haberlo visto consumiendo sustancias y portando un revólver y cuchillos.

 

El chico ya fue noticia por amedrentar a los vecinos montado a caballo. “No los discriminamos, estamos cansados de vivir con miedo. Mi hija desde chica sabe que si escucha lio afuera se tiene que meter al placard con cuchillos en las manos”, dice Zully.

 

“Pensamos hacer justicia por mano propia si la Policía no los para. Ellos tienen que saber que acá no se puede robar. Si no saben convivir, se van a tener que ir”, advierte Juan Alejandro, cansado de la vida que deben llevar desde que se mudaron al lugar, hace seis años.

 

Asistencia
En relación al futuro del adolescente de 15 años detenido el miércoles en el barrio 17 de Octubre, fuentes judiciales señalaron que el chico ya se encuentra siendo asistido por un grupo de profesionales y se estima que por varios meses estaría alojado en un lugar de encierro.

 

Al mismo tiempo se señaló que existe la posibilidad de trabajar con la familia del menor, mediante la intervención de trabajadores sociales.