Hace 30 años vive bajo una tribuna de Guaraní y afirma ser ex futbolista

Con donaciones de abrigos, remeras, pantalones y zapatos, los vecinos del barrio Villa Sarita ayudaron a Ramón Recalde (73), el supuesto ex jugador del Club Guaraní Antonio Franco, ya que pese a su edad y condiciones de salud continúa viviendo en la calle.

En la esquina de la calle Ángel Acuña casi Ivanowski, el hombre contó que luego de una publicación realizada por El Territorio el último domingo, “muchas personas se acercaron y me dieron ropa y zapatos. Estoy muy agradecido a todos, a mi barrio de Villa Sarita”, dijo.

Desde hace 30 años, Recalde duerme debajo de una de las tribunas del estadio Clemente Argentino Fernández de Oliveira, donde la semana pasada aseguró haber sido jugador de la Franja en la década del 60 y que por distintos motivos terminó viviendo en la calle.

Aún hoy su paso como jugador de Guaraní es un misterio, ya que aunque viejos hinchas y vecinos lo recuerdan, nadie pudo dar datos precisos de él. Sin embargo, Recalde afirma que fue defensor en el equipo de los franjeados, “pero, claro que fui jugador de Guaraní. Me llevaron a Buenos Aires, Rosario y Córdoba”, dijo sin titubear.

Por otro lado, refiriéndose a las donaciones, indicó que le ofrecieron una casa en el barrio de San Isidro.
“El domingo -día en que se publicó la nota- vino mucha gente a verme y un hombre, que no me acuerdo el nombre, me dijo 'no te preocupes Ramón, vamos a darte una casa en San Isidro, quédate tranquilo'”, comentó.

En el caso de conseguir un techo seguro, el hombre buscaría a su madre que vive en la Ciudad de Buenos Aires. “Si tengo casa voy a traer a mi viejita para que venga a vivir conmigo. Ahora no le digo nada, porque se va a quebrantar”, expresó. Es que debido a su situación de calle, en los últimos tiempos, Recalde no se comunica con su madre. “No quiero preocuparla, ella es grande”, señaló.

La mamá de Ramón, Maximina Recalde (93), es vecina del barrio San Antonio de Padua en la capital. “Quiero mucho a mi viejita, quiero que venga a vivir conmigo. La voy a buscar y voy a laburar. Si tengo una casa, puedo tener una huerta”, dijo con un suspiro.